-Eres un idiota, Perú- me tomó por los hombros con fuerza haciendo que suelte un quejido por el dolor.
-Sabes que Bolivia puede atacarme, no quiero pasar por otra guerra ¿Acaso cuidar de mi nación es estúpido?
Aparté sus brazos de encima de mí y lo golpeé con toda la fuerza que tenía, haciendo que mi amigo retrocediera dos pasos mientras cubría su rostro intentando parar el dolor.
—Lo siento, pero no puedo seguir así— no me disculpé por haberlo herido y di media vuelta para darle la espalda en señal de rechazo.
Yo y Argentina habíamos sido compañeros mucho tiempo, desde la independencia hasta ese momento en que él me sacaba veinte centímetros de altura. Cuando recién nos conocimos nos prometimos muchas cosas que eran imposibles de cumplir, y siendo así, la única promesa que si cumplimos fue esa de seguir siendo amigos.
Yo seguramente había hecho a pasar a Arge por muchas cosas que lo habían puesto en una mala situación y aun con eso siempre me había perdonado. Argentina siempre había sido mi voz de la razón y casi nunca se equivocaba, pero en ese instante sentía que no podía hacerle caso, por un simple motivo, por ser él. Argentina siempre ha despreciado a aquellos que son diferentes, pero yo ya sabía que pasaría eso antes de mencionarlo. Todo porque somos dos hombres.
-Puedo terminar con nuestra amistad ahora mismo- pensé y abrí la boca con la intención de volver a gritarle, esta vez usando las palabras más hirientes que pudiera, con la intención de tocar los temas que más le dolían para que se alejara de mí y me dejara llevar mi nación como quisiera.Pero él no.
—Está bien, no debemos agredirnos— habló con la voz más calmada que de costumbre, y noté la sangre bajando por su nariz a chorros—. Si tú te quieres casar no puedo hacer nada, ya me conoces y sabes lo que pienso, para que intentar convencerte si a pesar de eso tú ya tomaste una decisión.
—Si...— saqué un poco de papel higiénico de mi bolsillo y se lo entregué para que parara el sangrado.
—No ves el panorama completo. Todos saben que USA y Rusia son cercanos, yo lo sé, y por eso me enoja tanto que tú no puedas aceptarlo por tus ganas de aferrarte a él. No lo entiendo. Es una idea sin bases.
—Lo sé, pero USA no se uniría a Rusia, aunque hubiera guerra ¿Crees que él lo ayudaría?—. Él me miro colérico.
—Lo dices con tanta seguridad que me dan ganas de devolverte el golpe.
Ambos cruzamos miradas, la de él siempre siendo más dominante por la práctica, me miraba con odio y cansancio, con frustración, y yo intentaba mantener mi enfado a pesar de estar dudando.
Argentina se sentó en la silla detrás de mi escritorio como si fuera la suya, solo para darse un respiro de toda esta conversación, mientras que yo me paseaba de un lado al otro por el tramo frente a la ventana intentando disfrutar la vista.
Miré un momento a una de las estanterías donde se encontraba la copia original de la biografía de mi madre Tahuantinsuyo, y por primera vez en años quise que estuviera conmigo y que me diera un abrazo.
Por un lado, tenía esa opción de no casarme y expandir mi territorio, de intentar solucionar las cosas con Bolivia, incluso si sé que nunca me haría caso y terminaríamos en una guerra territorial, y, por otra parte, esa idea de si casarme, de no tener una guerra, de enseñarle a USA a amar, y de que algún día USA de verdad me ame como tendría que haber sido desde el principio. En mi mente era clara la opción correcta.-La fiesta de compromiso es dentro de poco, y yo iré para cuidarte, dame esa oportunidad de mostrarte que confiar en ese... Tipejo no es buena idea.
—Si, quizás sea una buena idea, pero yo confió en que no vas a encontrar nada, confió en USA-dije pensando en la promesa que él y yo habíamos hecho cuando éramos jóvenes. Estaba convencido de que USA no la había olvidado.
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Perú, la potencia
FanfictionBienvenido, te presento mi libro. Una realidad diferente, donde muchos hechos históricos han sido cambiados, y ahora Perú es una potencia. Aclaro que si ven algo fuera de lugar con los hechos históricos me lo pueden hacer saber, aunque hay muchas co...