Me quedo contigo

40- Claire - Una boda con muchas sorpresas

Una boda con muchas sorpresas

Es el 16 de diciembre y me siento desesperada por absolutamente todo lo que sucederá este día. Es aún demasiado temprano, pero eso no impide que todos estemos ya despiertos en plenas 7:00 am y todo eso es porque tenemos muchas cosas por hacer, y entre ellas es que hoy es la boda de Kyrre y Genevieve. Lo sé, ese par por fin serán esposos, por fin formarán la familia con la que siempre han soñado tener y por fin van a ser más felices de lo que ya son.

Saber que mi mejor amigo este día pasará de ser novio a esposo es maravillosamente emocionante para mí.

Soy demasiado feliz.

—Mira lo que Lina me obligó a ponerme —Dylan señaló una rosa que llevaba prendida en el lado izquierdo de su traje —. Que según ella es porque soy parte de los padrinos.

—Yo también la tengo —la señalé con mi dedo.

—Bueno, si tú también la tienes, entonces ya me gustó llevarla puesta —sonrió cómico. 

—Estoy contenta —respiré hondo y sonreí —. Me siento muy emocionada igual.

—Yo también —tomó mis manos —. Hoy será un bonito día a tu lado igual… Y déjame decirte que te miras más guapa de lo que ya eres —besó mi frente.

—Tú también te miras bien hermoso.

—Eso ya lo sabía —guiñó su ojo y rio —, pero si me lo dices tú, entonces sé que soy más atractivo de lo normal.

—Te adoro —me reí fuerte y ambos salimos de mi habitación —. Ahora ve a ver allá y asegúrate de que los demás ya están listos, y de no ser así los apuras.

—A la orden, patrona mía.

Caminando un poco lejos, llegué a una habitación que se encuentra un tanto apartada en la que claramente oí como alguien hablaba —entre gritos y llantos —, por lo que me acerqué un poco y pude notar que se trataba de Genevieve, cosa que provocó que mi estómago se resolviera por un sentimiento feo que sentí al escucharla en tal estado.

—¿Así que no vendrás? —sonó molesta —. ¡Claro! Era de imaginarlo… La verdad no sé ni por qué tenía fe de que aparecerías ahora… —hizo una pausa para poder respirar —. ¡Hoy que es el día de mi boda! ¡Hoy que será uno de los mejores días de mi vida! —Permaneció en silencio un momento, supongo que la persona con la que hablaba por teléfono le estaba diciendo algo —. ¡Oh, vaya! —rio amargamente —. Mamá…, por favor…, voy a casarme. —Comenzó a llorar nuevamente, pero luego de un momento y de sorber su nariz, Genevieve rio, un poco molesta, pero lo hizo, y terminó por decir —: Está bien, mamá, ¿sabes qué? Espero que todo te vaya bien en cada país al que vayas por todos tus miles de negocios y todo eso; también, espero ser una buena esposa y madre en mi vida…; pero, sobre todo, espero ser mejor persona que tú… Adiós.

Me asomé con cautela a la habitación, tanto que cuando quedé de frente por completo, pude ver que Genevieve se había sentado sobre un colchón y tenía sus manos hundidas sobre su rostro.

—Genevieve —susurré, pero me senté a su lado —, ven acá.

Ella se tiró encima de mí y se aferró muy fuerte, pero no siguió llorando ni nada, solamente fue relajándose hasta que quedó tranquila del todo.

—Lamento mucho todo eso que te pasó hace un momento, pero que sepas que vale la pena luchar por muchas cosas porque todo ocurre a su tiempo debido… Y yo sé que en algún punto de tu vida vas a volverla a ver y sé que todo estará bien —sobé su mejilla.

—También espero lo mismo —sonrió calidamente, tanto que sus ojos comenzaron a tener el mismo brillo de siempre —. Pero ¿sabes qué? ¡Al carajo las malas vibras y todo lo negativo ahorita! —se puso de pie nuevamente —. Por algo pasan las cosas y a la boda vendrán los que me aprecian y punto. —Respiró hondo —. ¿Me quieres ayudar a ponerme esto en mi cabello? Es lo último que me falta para estar… Bueno —arrugó su nariz —, creo que Lina tendrá que retocar mi maquillaje porque ya lo dañé por estar chillando por gusto… Pero ¿podrías hacerme este favor? —me extendió una peineta decorada con flores.