17- Dylan - Después de tantos años...

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Después de tantos años...

Esperaba sentado en la misma mesa en la que Kelly y yo nos sentamos la vez pasada de brazos y piernas cruzadas, me sentía demasiado ansioso y prepotente, porque todavía no podía creer todo lo que había pasado en un abrir y cerrar de ojos.

—Bonsoir —se acercó uno de los meseros —, aquí está la carta, caballero.

—No es necesario —le dije y lo vi a los ojos, por lo que él se sorprendió —. Es decir, solo tráeme dos cervezas, por favor.

—Está bien, mmm, ¿de cualquier tipo?

—De cualquiera, con solo que lleve alcohol es más que suficiente —eso que le había dicho sonó más a una súplica que a una petición.

—Muy bien, ahora se las... —se cortó así mismo cuando vio a Kelly.

—Bonsoir, Jesse, ¿qué tal todo? —Kelly se rio de él y me saludó con un beso en la mejilla —. Hola, Dylan, querido.

—Hola, Kelly —le sonreí, y admito que me dolió hacerlo.

—¿Te sucede algo? Pareces triste —se sentó frente a mí.

—Me sentía triste, pero ahora me siento demasiado molesto porque a mis supuestos amigos les importó un carajo verme sufriendo durante años.

No quería desahogarme con Kelly, no la conocía mucho después de todo, pero como lo dije antes: No me dejará solo.

Me fijé en que el mesero aún seguía aquí, por lo que enarqué una ceja, cosa que captó al instante.

—Eh... mhm... yo voy a...

—A largarte de aquí, sí —Kelly lo miró malhumorada.

—Mhm —volvió a aclarar su garganta —. Permiso. En un momento le traigo su orden, caballero.

Kelly volvió a concentrarse en mí una vez que el mesero se marchó.

—Si prefirieron verte por los suelos y no hicieron nada al respecto, entonces no sé por qué los consideras amigos.

—La verdad no sé ni qué está pasando o qué pasará a partir de ahora... Por el momento, solo quiero estar lejos... de todos. 

—Ahora me tienes a mí —puso su mano sobre mi mejilla y la acarició lentamente, por lo que, muy disimuladamente decidí moverme, ya que era más que obvio que yo no me dejaba tocar la cara por nadie que no fuera Claire — y yo no voy a dejar que te hagan sentir como basura, sino, más bien, seré la encargada de que olvides todo lo que te atormenta.

—Lo sé —dije con firmeza, deseando que así fuera a partir de ahora —, por eso pensé en ti después de todo.

—Así que, ¿unas cervezas? —sacudió sus cejas y rio.

—De hecho, hay vienen —el mesero las puso sobre la mesa, y de paso, miró a Kelly y sacudió su cabeza.

—Usted piensa en todo, eh. Bien —aclaró su garganta —, Dylan, querido, ¿acepta que este sea el comienzo de un nuevo capítulo en su vida? 

Pensé en eso mucho tiempo, tanto que mi semblante cambió a uno serio y mi corazón comenzó a latir rápido, como si quisiera hablar o gritar que sí... Pero ¿yo estaba listo para eso? Dudoso, pero si solamente así seguiré adelante, entonces...

—Kelly, querida —sonreí y respiré hondo, tomé entonces la cerveza y la choqué con la suya —, acepto eso. Pero ¿estarás conmigo en ese proceso?

—Mega obvio que sí —bebimos —, si es contigo, sí a todo, siempre.

Comenzamos a beber y a beber durante un buen tiempo, tanto que ya me sentía demasiado mareado, por lo que decidí parar antes de que fuera a pasar algo, de lo cual, me podría arrepentir luego.

Me quedo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora