36- Claire - En las buenas y en las malas seremos invencibles

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En las buenas y en las malas seremos invencibles

Cuando pierdes a una persona es inevitable no extrañarla.

Es una ley de vida.

Es algo por lo que tienes que pasar tarde o temprano.

Perder. Esa es una palabra que a pocos les gusta, pero por la que las persona pasan después de todo: Pierdes familiares, pierdes amigos, pierdes a tus mascotas, e incluso te pierdes a ti mismo muchas veces. 

Para mí fue triste saber que Phoebe había fallecido, pero para los demás fue un hecho bastante doloroso, y más para Dylan, quien no solo había perdido a una amiga, sino que se había despedido de la primer persona que estuvo para él desde el primer día en el que pensó que estaría solo en una nueva ciudad.

Ya pasaron tres semanas, unas que han sido demasiado yucas, como dice Diego cuando se refiere a lo complicado. Dylan ha llorado muchas veces junto a Jacob, cosa que me ha hecho sentir mal a mí igual, ya que ellos empiezan primero a recordar muchas cosas que hacían desde que se conocieron, pero luego la felicidad y sonrisas se esfuman y solo quedan lágrimas, miles de ellas bañando sus mejillas y estrujando su corazón poco a poco.

De Reign no hemos sabido absolutamente nada, pero según May, lo más probable es que quizás se fue huyendo a su país, Francia, antes de que lo encontrara la policía, porque, ahora sí, entre todos nos pusimos de acuerdo y fuimos a denunciarlo de acoso, maltrato psicológico y físico, y de asesino… Lo que más me sorprendió de esto fue que Kelly había sido la primera en aparecer ese día en la comisaría y la primera en hablar también acerca de todo lo que le había hecho Reign, cosa que conmovió hasta a May, ya que según ella, nunca había sabido sobre lo que su hermano mayor le había hecho pasar a Kelly.

Solo estamos esperando el día en el que Reign pague por todo lo malo que ha hecho.

Ahora es sábado, me tuve que levantar temprano, ya que tengo que hacer un discurso que presentaré en mi graduación porque a la diseñadora Kiemeney se le ocurrió la brillante idea de escogerme a mí, a la persona más introvertida, penosa, la que tiembla cada que habla con personas desconocidas, a dar un discurso de cómo fueron todos los años en la carrera y todo lo que he logrado hasta ahora.

—¡Ay sí, claro!

Escucho que Moore ríe por algo que venía hablando con Kyrre.

—No te miento, idiota.

—Ni tan siquiera pudiste dar un buen pase y de no haber sido por mí nos meten el tercer gol… —Vuelve a reírse de él, pero se sienta lentamente en el otro sofá, mientras se quejaba un poco —. Y me volví a lastimar la pierna, un día de estos y se me zafa entera.

—No te preocupes, yo pudiera pegartela.

—¿Tú? —ríe sin humor —. Ya mejor me quedo sin ella.

—Ay, tan payaso. —Kyrre terminó por rodarle los ojos —. Claire, mira —sacude una caja frente a mí —, traje las galletas que no te gustan, solo para no darte —se rio mientras comió una.

—Tan amable como siempre —le puse mala cara.

Kyrre se fue de la sala, quedándome con Moore, el que no paraba de quejarse por su canilla, cosa que me desconcentraba más ahora.

—Te voy a decir Moore Cuico —le dije mientras lo vi.

—¿Cuico? —arrugó su ceño —. ¿Qué carajos es eso?

—Ah, es como les dice Diego a las personas que se lastiman… —Me reí un poco.

—Sea como sea, ahorita mismo ya no siento la pierna, es que sí me pegaron un buen porrazo.

Me quedo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora