38- Claire - Un sueño que se volvió realidad

129 24 14
                                    

Un sueño que se volvió realidad

16 de Noviembre 2024

A solo tres horas para la graduación.

Me muevo de un lado a otro de forma desenfrenada, la verdad no tengo sosiego, no cuando estoy a tan solo pocas horas de la ceremonia de mi graduación, cosa hermosa, pero que me tiene con los nervios de punta, ya que por fin se llegó el día, mi gran día.

En eso, quedé justamente de frente al espejo, mirándome detenidamente y contemplando a la misma vez mi vestido, y es que es el mismo vestido que presenté en mi trabajo final de graduación, ya que entre todos mis compañeros de clase habíamos decidido usar cada traje o vestido que habíamos hecho con nuestras manos en este día tan especial para todos.

Una vez, cuando era una niña, soñé con querer ser una diseñadora de modas, una demasiado buena en su trabajo, y saber que ahora ese sueño se cumplió es increíble, mágico y hermoso.

La puerta de mi habitación sonó en ese momento, por lo que la abrieron poco a poco, y me encontré con la cálida sonrisa de Kyrre, misma persona con la que todo esto había iniciado, el mismo que, a pesar de todo, decidió acompañarme hasta el otro lado del mundo con tal de que yo cumpliera todo esto que estoy a punto de ganar en unas horas. Y ahí me di cuenta de algo, y es que al ver esa sonrisa tan irradiante que tiene y sus ojos celestes iluminados de la felicidad que siente, noté que Kyrre es ese mejor amigo que adoro tener en mi vida, ya que ha sido la persona que más me ha apoyado en todo lo que he decidido y que jamás me ha juzgado por nada. Y es que, aunque siempre he sabido que cuento con él, es ahora cuando más me doy cuenta de que la amistad existe en verdad. No saben cómo amo a mi mejor amigo. Lo adoro mucho. Él es como un tesoro muy valioso que tengo en la vida.

—Holi, Claireopatra —sonrió con unas ganas enormes, pero al mismo tiempo de lo mucho que lo había hecho, noté como su rostro se puso colorado porque quería llorar ahora —. Qué linda te ves —avanzó rápido para abrazarme —. En serio que quería ser el primero que te lo dijera. Y no sabes lo mucho que me encanta decírtelo en voz alta, ya que... No sé —suspiró, pero sonrió al mismo tiempo —, pero te veo y no me puedo creer que ya seas una adulta a punto de graduarse... Y no es que sea irreal, es más que todo tan real como la felicidad que siento en estos momentos.

—Gracias, Ky —lo abracé más fuerte —. En serio muchas gracias por siempre estar para mí.

—Sabes que así será para siempre, porque no importa dónde te lleve la vida después, yo siempre voy a ir detrás de ti cuando pueda. Para siempre y por siempre, mi Claireopatra.

—Sé que será así.

Nos separamos, pero cuando nos vimos las caras no pudimos evitarlo y nos reímos —no risa de burla, sino una en la que expresas demasiada alegría —. Esos hemos sido siempre Kyrre y yo: Dos personas, que, aunque han pasado por muchas cosas, nunca han dejado de sonreírle a la vida y hacerle entender de que nosotros siempre seremos luchadores.

—Estoy orgulloso de ti —extendió una pequeña caja a mi dirección —. Ahora ten, tal vez lo indicado hubiese sido dártelo hasta después que sea la ceremonia, pero sé que te servirá ahorita.

La abrí rápido, ya que mi curiosidad siempre ha sido más grande que quedarme con el suspenso de abrir lo que me regalan de manera lenta. Y entonces vi dentro de la caja una pulsera, que a la misma vez tenía un dije en forma de una pieza de rompecabezas.

—Lo siento si te hace recordar al brazalete que te dio el idiota aquel —suspiró —, pero también es para hacerte saber que no todos son malos.

—Está muy bonito, más que el otro —lo volví a abrazar —. Gracias, Ky. Pero —lo miré mejor — ¿dónde está la otra pieza? —me lo puse.

Me quedo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora