39- Dylan - Ramo de flores

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Ramo de flores

El sábado de la última semana de noviembre me encontraba terminando de firmar algunas tarjetas para unos regalos, ya que Rita me había obligado a hacerlo porque contenían el videojuego, por lo tanto serían rifados y todo eso. No quise hacerle dramas ni rehusarme, ya que la pobre de Ritita sí que la ha sufrido mucho al lidiar conmigo en todos estos años, así que, una vez al año que me porte bien con ella no está nada mal.

Cuando iba a marcharme a casa del papá de Claire, mi celular sonó, por lo que paré de caminar y lo contesté:

Dylan: —¿Qué se le ofrece a la diseñadora de modas más hermosa del mundo?

Clairy♡: —Ay, Dylan —rio nerviosa —. ¿Te falta mucho por hacer?

Dylan: —Nop, justamente iba saliendo para ir a tu casa.

Clairy♡: —Es que te iba a decir si íbamos a almorzar.

Dylan: —¿Y quién soy yo para decirle a mi novia que no cuando me invita a una cita?

Clairy♡: —Bien —rio —. Ya te mando la dirección… Y Diego me irá a dejar porque aquí la señorita no sabe ni encender un coche, claro.

Dylan: —Algún día vas a aprender. Bueno nos vemos en un rato, te amoooooo —canté.

Clairy♡—Y yo te amo más, ahora bye.

Ash, me había colgado antes de decirle que yo era el que la amaba más.

Misión fallida.

Mientras esperaba a Claire en el restaurante leía el menú, dándome cuenta de que no todo lo que venden acá me gusta del todo, pero que tampoco le diría nada a ella para que no fuera a sentirse mal.

—¿Le gustaría ordenar algo ya? —se acercó un mesero a la mesa.

—En un momento, solo estoy esperando a mi novia, gracias.

El mesero asintió y se marchó; en eso, me di cuenta de que una familia estaba a mi lado, quienes compartían el mejor momento de su vida; al otro extremo, había un grupo de amigos riendo de cada palabra que salía de sus bocas; y enfrente estaba una pareja, quienes se veían muy enamorados; pero en otra esquina había solamente un chico disfrutando de ver algo en su celular. Y ahí me di cuenta de que, sea como sea todo en el mundo, cada quien disfruta de la vida como quiere: ya sea solo o con compañía. Y eso no está mal.

Cuando mis ojos vieron hacia la izquierda vi como el amor para mi vida venía hacia mí, pero una cosa que captó bastante mi atención fue que traía algo en sus brazos.

—Holi, holi, holiiii —sonó muy emocionada, mientras me dio un beso y se sentó en la silla del frente. 

—Hola, Clairy —le sonreí —. ¿Quién te dio esas flores? —le pregunté cuando vi más de cerca el ramo de gerberas que sostenía.

—Yo las compré.

—Qué bonitas.

—Yo las compré para ti.

La miré sorprendido, pero al ver la felicidad que desprendía su rostro y cómo sus ojos brillaban ante lo dicho me fue imposible no sentirme bien igual.

—Amor, ¿qué? —me las dio —. ¿Para mí?

—Sí, son para ti, porque los hombres también merecen recibir cosas bonitas solo porque sí. Y para mí dártelas es algo lindo porque te amo mucho y tienen ese significado. 

Me quedo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora