~ 15 ~

135 22 9
                                    

Regresando de casa de los Morgenstern todos nos fuimos directo a nuestras habitaciones.

Estaba muy cansado pero no podía dormir. No sabía que había pasado con Raphael y Magnus no contestaba.

Bajé a la cocina por un vaso de agua e Izzy estaba ahí. Sentada en el piso con una botella de vino y fumando.

-¿Qué haces?

-Izzy: ¿Sabías qué ese fue mi primer beso?

Ella estaba llorando.

-Izzy...

-Izzy: Ni siquiera se fumar. No he hecho muchas cosas más que trabajar y ahora me voy a casar con alguien que no amo, ni me ama.

Me senté a lado de ella.

-Es una mierda.

-Izzy: Me he esforzado mucho para complacer a mis padres y solo hoy me dijeron que estaban orgullosos de mi.

-Izzy...

-Izzy: Solo quería eso y ya lo tengo pero ¿ha que costo?

Se acostó en mis piernas para llorar más y yo acaricié su pelo.

-Yo estaré contigo pase lo que pase.

Ella lloro más ruidosamente hasta que se quedó dormida.

Por suerte tenía mi celular conmigo y llamé a Max y Jace.

-Max: ¿Desde cuándo ella bebé?

-Esta nerviosa.

-Jace: Dios.

-Ayúdenme a llevarla a su habitación.

-Max: Tres omegas contra una alfa.

-Jace: Con peso muerto.

-Ya la he tratado de levantar pero esta hecha bulto.

Max y Jace la alzaron para que yo pudiera salir, ella cooperaba un poco pero aún así batallamos cuarenta minutos en llevarla arriba a su habitación.

Ella empezó a vomitar.

-Mierda.

-Max: Nunca había visto así a Izzy. Siempre se había mostrado tan correcta y perfecta.

-Jace: Es demasiada presión para cualquiera. Vayan a dormir, yo la cuidaré y limpiare esto.

-¿Estas seguro?

-Jace: Si. Tu y ella siempre se encargan de mi, déjame hacerlo.

Me revolvió el cabello, se me olvida que Jace es mayor que yo. Salimos de la habitación de Izzy.

-Max: Pobre Izzy, debe estar muy asustada.

-Si. No te preocupes por eso, todo resultará bien. Ve a dormir.

-Max: Si.

El entró a su habitación y yo a la mía.

Estaba nervioso de que Magnus no respondía mis mensajes. Solo quería saber si sabía que estaba bien Raphael.

Entró una llamada de un número desconocido y contesté, podria ser él.

-¿Hola?

-Raphael: Estoy en la reja de tu casa.

-¿Qué haces ahí?

-Raphael: Por favor sal.

-Esta bien. Iré.

Bajé y entré en mi auto para conducir hasta la entrada principal, salí con el auto y ahí estaba Raphael, aún con su traje de mesero hecho un desastre.

Ayúdame Amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora