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Los niños se habían quedado con mis padres, este fue un viaje muy largo, estábamos en un viaje por auto, tuvimos que usar el férri después del avión y otras horas en auto para llegar a el pueblo de Max.

Íbamos en silencio, solo habíamos venido nosotros dos. Era algo incómodo, no teníamos de que hablar y si hablábamos peleábamos.

-Jonathan: Falta media hora para llegar a su casa, esta retirada del pueblo, es un terreno enorme.

-¿Cómo es que llegó aquí?

-Joanthan: Max estuvo en muchos países, viajo mucho y conoció tantas culturas pero aquí solo venía a ver las hermosas vistas y conoció a Liam y se enamoró.

-¿Cómo sabes eso?

-Jonathan: Me contó, al principio de su viaje yo solventaba todos los gastos y vaya que se aprovechó, lo disfrutó mucho.

-¿Le dejaste de dar dinero?

-Jonathan: Dijo que quería crecer y ya no depender de nadie.

-¿Por qué no te pidió dinero cuando se enfermo su hijo?

-Jonathan: Porque quería contactarte.

-Ya no me volvió a escribir.

-Jonathan: Le dio vergüenza.

-¿Cuándo se dejaron de hablar?

-Jonathan: Hace un año. Aquí no hay mucha señal, ni Internet.

-Cambio mucho.

-Jonathan: Si. Su esposo lo conoce como Ryan Hansen de Londres, huérfano. Un mochilero.

-Si que se quiso alejar de todo nuestro mundo.

-Jonathan: Si.

-Tal vez no debería molestarlo.

-Jonathan: Ya estamos aquí.

Estaba muy nervioso. ¿Qué dirá al verme?, ¿Querrá hablarme?















Llegamos a su granja, en verdad era una gran casa de campo, muy linda y rústica.

El clima era demasiado frío, estaba nublado y había muchos árboles.

Nos estacionados en su entrada, estaba arreglando una bicicleta de niño en su pórtico Liam. 

El se levantó y se limpió las manos con un trapo.

-Jonathan: ¿Listo?

Suspiré y bajé del auto, Jonathan hizo lo mismo.

-Liam: ¿Se perdieron amigos?

-Jonathan: Hola, soy Jonathan Morgenstern y el es mi esposo Alexander.

-Liam: Mucho gusto.

Extedio las manos hacía nosotros y nos saludo 

-Estoy buscando a Ryan.

-Liam: ¿Son sus amigos?

-Si.

-Liam: Wow, nunca había conocido amigos de mi esposo, ni hablado de ustedes. Fue a dejar los niños en la escuela.

-Perdón, esperaremos en el auto.

-Liam: Claro que no, pasen. Les haré té, se están congelando.

Jonathan me tomo de la mano y entramos a la casa, había juguetes por todos lados, era linda y acogedora, fotos por todos lados de los niños y ellos. No puedo creer que el sea Max.

-Liam: ¿De dónde conocen a Ryan?

-Desde niños.

-Liam: ¿En el orfanato?

-Algo así.

Ayúdame Amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora