~ 40 ~

137 20 25
                                    

Llegó el día donde Samil pediría mi mano.

Magnus seguía sin darme una respuesta y no me había respondido bien los mensajes.

Estaba arreglandome como Jace me había enseñado. Con el hablaba todo el día.

Izzy entró a mi habitación.

-Izzy: ¿Cómo estás?

-De la mierda.

-Izzy: No esperaba eso.

-No puedo casarme y menos con Samil.

-Izzy: ¿Prefieres a Abiel?

-También es un idiota. Pasaré toda mi vida con el.

-Izzy: Lo siento.

-Al menos Simon y Clary se ven más agradables que el.

-Izzy: ¿Y qué te dijo tu chófer?

-No dice nada sobre el tema. Supongo que esto acabará hasta que nos descubran o el se canse y se case, no se, no quiere hablar sobre el futuro.

-Izzy: También tiene miedo.

-Supongo.

-Izzy: Ya llegaron.

-Mierda.

Fui a donde tenia una botella escondida y bebí todo lo que pude.

-Izzy: Mierda Alec tienes botellas escondidas como un alcoholico.

-Son para los nervios.

-Izzy: Vamos. Te están esperando.

Suspiré y salí de mi habitación.
























Entre a la sala con Izzy, todos cuando me vieron sonrieron.

-Papá: Ya llegó el querido novio.

Los padres de Samil fueron a abrazarme.

-Luis: Oh querido, te ves hermoso.

-Gracias.

-Papá: Bueno Samil adelante.

Samil tomó todo lo de su copa y la dejó a un lado.

-Samil: Gracias a todos por venir, señor Lightwood, vengo aquí a pedirle la mano a su hijo Alexander.

-Papá: Tienes nuestra bendición.

Tomo la mano de mi mamá.

-Samil:Querido Alexander prometo cuidarte, protegerte, nada te hará falta, serás todo en mi vida. Toma este anillo como muestra de mi devoción hacía ti. —Se arrodilló ante mi y abrió la caja del anillo. Era un diamante en oval.—¿Alexander me harías el honor de casarte conmigo?

Suspiré profundamente.

-Acepto.

El puso el anillo en mi dedo. Todos aplaudieron, tomaron sus copas y brindaron por nosotros.

-Samil: Es el anillo de mi abuela.

-Es hermoso.

Me dio un beso en la mejilla.

No podía dejar de verlo, era mi cadena este anillo, sentía que pesaba demasiado.

El se acercó a mi y me dijo al oído.

-Samil: Pensé que usarías el collar que te regalé en lugar de esa baratija.

-Lo siento, no lo pensé.

-Samil: Si te regalo algo espero que lo uses.

-Si, lo siento.

Mi mamá se acerco y me abrazó.

Ayúdame Amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora