El fin del mundo llegó el 25 de marzo del 2018 para arrasar con la humanidad gracias a un misterioso virus infeccioso que se llevó la cordura de las personas.
Seis años después, un grupo apodado "Niños Callejeros" busca sobrevivir en aquel mundo cru...
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Yang Yonbok siempre ha sido un niño encantador, robando los corazones de cualquiera. Siendo el hijo mayor de una familia de cuatro, es el orgullo de los Yang debido a su gran reconocimiento en el Taekwondo. Es un prodigio en el deporte con varios premios y un futuro brillantemente perfecto.
Su cabellera de oro, lacia y brillante cae a cada lado de su frente sudada, se tiró al tapiz sudoroso y cansado, su pecho sube y baja.
—¿Ya te cansaste? —le preguntó su entrenador con una sonrisa amable, mirándolo desde arriba.
—Un poco —rió bajo, tomando grandes bocanadas de aire.
—Toma —su fiel amigo y compañero de equipo, Soobin le extendió una botella de agua, la cual aceptó y bebió de un solo sorbo, sentándose.
—Sigue así, lograrás ganar el torneo asiático —aseguró con orgullo el entrenador.
—No creo que sea mejor que los chinos —se ruborizó apenado. —Gracias, tengo fuerza es gracias a ustedes —soltó con honestidad mientras se levanta del suelo.
Gracias a sus seres queridos, familia y amigos es que está donde esta. Su madre Doctora y su padre Farmacéutico, se podría decir que la vida de Felix es prácticamente perfecta. Con todas las comodidades y mucho más, goza de una juventud estupenda y un futuro exitoso que no tiene límites. Aun así, nunca fue mimado ni se jactaba de lo que tenía. Pero su humildad y sencillez solo ocasionaba más celos y envidia. Era un ingenuo al pensar que todas las personas son como el, cuando de las sonrisas más bonitas se esconden los más oscuros y retorcidos corazones.
El joven Yang de dieciocho años, cursando penúltimo año de Preparatoria, será el único joven de toda la zona que cursará en el Torneo Asiático de Taekwondo del 2018. Incluso Soobin, su buen amigo y compañero de club, tampoco logró llegar ni siquiera a estar cerca de su nivel.
—Espero que logres ganar.
Ante los buenos deseos de su amigo, Yang le correspondió con su sonrisa. Tiene pocos amigos, no es raro que las personas lo odien o finjan quererlo por venir de una buena familia, por ser exitoso y por poseer una belleza genuina. Soobin es el único honesto, confía ciegamente en él. Aunque si es sincero, no se cree especial, solo lucha día a día por sus sueños.
Veinte minutos después se le puede ver saliendo de los grandes edificios del colegio junto a varios compañeros. Conversaban animadamente mientras caminaban hacia el centro comercial cercano con el fin de jugar video juegos, disfrutando de la amistad y la libertad de la juventud.
Pero de repente, un lujoso vehículo monstruoso 4x4 blanco se estaciona a un lado de ellos de manera abrupta y apresurada logrando espantarlos un poco. El vidrio negro se baja demostrando quien se haya de conductor en el interior, Im Nayeon, una hermosa y exitosa Doctora del Hospital Central de Seúl.
—Felix, entra ya —habló apresurada y visiblemente preocupada en su automóvil. La tensión en su rostro y ojos temblorosos alertas.
