Capítulo Cuatro

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Felix tuvo que creer que debido a que ni una vez en su vida le faltó el médicamento al menor, posiblemente que no lo reciba aquella mañana o que tarde más de lo usual en recibirla, no le afectaría. Eso quería creer aunque sabe que en reiteradas ocasiones pasadas, cuando se retrasaba por olvidos o descuidos, la enfermedad del menor avanzaba de forma voraz. Es literalmente como dijo su madre, todos los días a la misma hora debe de darle la medicina al menor si no quiere perderlo.

Y en ese momento, aunque deseó a todos los cielos y anheló a Dios, sus plegarias no fueron escuchadas.

En el momento en que vio la sangre caer de los belfos del menor manchando su camisa, supo que necesita urgentemente de aquella píldora pase lo que pase, cueste lo que cueste.

Jeongin ha sido su única compañía durante seis años, la única razón por la que no ha perdido la cordura, la única familia que le queda y debe proteger para no quedarse completamente solo en la faz de la tierra. Por ello, cuando lo vio caer, todo su interior se desbordó.

—Innie, Innie soportarlo un poco más, Innie. ¡Innie! —vociferó aterrado al verlo caer contra el suelo con su delgado y pequeño cuerpo convulsionando.

Jeongin no pudo seguir manteniendo su sonrisa.

—¡Ayuda, ayuda, por favor! ¡Alguien, por favor! ¡Lo súplico! ¡Mi hermano, ayuda! ¡A-Ayudenme! —grita a todo pulmón al punto de desgarrar su garganta, las lágrimas se desbordan e intenta inútilmente de salir del amarre, un intento desesperado que no resultó en nada. —¡P-Por favor...!

«Sean seres humanos, por favor» pensó con súplica.

Cuando la puerta fue abierta, su mirada se encontró con la de aquel hombre atlético al cual reconoce como el líder de esos usureros. La sangre le hierve de rabia y furia pero se la traga, el miedo y su desesperación por salvar a la única familia que le queda le hizo doblegar.

—E-Está m-muriendo... —arrojó inestable entre sollozos —P-Por f-favor, e-esta enfermo. I-Innie es u-un n-niño enfermo. N-Necesita s-su m-medicina...

Bang Chan rápidamente se arrodilló y empezó a desatar al menor de los Yang. —¿Dónde esta la medicina?

—E-En la n-nevera... —respondió en un hilo de voz débil e inestable, quiso acotar más pero perdió la fuerza de hacerlo. Su voz se perdió.

—¡Voy por ellas! —Han corrió rumbo a la cocina.

—Desátalo, Bin —ordenó el líder refiriéndose al rubio, el cual parece al borde del colapso también. El mencionado asintió y lo hizo.

Hyunjin los miró desde el remarco de la puerta. Felix quien había mostrado un comportamiento audaz, voraz y de rechazo hacia ellos, de un momento a otro se convirtió en un joven indefenso quien no puede dejar morir a su única familia. Mientras su hermano menor, aquel pequeño niño que nunca dejó de sonreír radiantemente a pesar de todas las circunstancias que pasaron, hoy por fin se dejó caer. Sus dientes ocultos debido a la falta de su linda sonrisa, el brillo de sus ojos apagados y su piel pálida de un tono más enfermo de lo usual.

Stray Kids Surviving - Apocalipsis ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora