El fin del mundo llegó el 25 de marzo del 2018 para arrasar con la humanidad gracias a un misterioso virus infeccioso que se llevó la cordura de las personas.
Seis años después, un grupo apodado "Niños Callejeros" busca sobrevivir en aquel mundo cru...
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Jeongin apenas había logrado ponerse de pie cuando un crujido extraño resonó por encima de sus cabezas. Él y Felix alzaron la vista justo a tiempo para ver cómo el techo comenzaba a desprenderse. El concreto se agrietó, y pequeñas partículas cayeron como polvo antes de que los grandes fragmentos empezaran a colapsar.
—¡Cuidado! —exclamó Felix con desesperación mientras tomó a Jeongin de la muñeca y lo arrastró hacia un lado, justo antes de que los ladrillos y escombros cayeran en la cama donde el menor estaba hace solo unos segundos. Los brazos del mayor envolvieron al contrario con fuerza, lo empujó delante de él, colocándolo entre sus manos firmemente aferradas a sus hombros, decidido a protegerlo de cualquier cosa que pudiera caer.
Pero antes de que lograsen moverse más, la puerta se abrió de golpe, y Hyunjin apareció en el umbral, su rostro desencajado por la tensión. Felix dio un paso hacia él, queriendo alcanzarlo, pero de repente un gran estruendo los congeló en el lugar.
—¡Cuidado! —Hyunjin gritó con todas sus fuerzas, sus ojos enfocados en el enorme pedazo de techo que se desprendió directamente sobre los dos hermanos. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia ellos para empujarlos hacia atrás.
Felix tropezó mientras trataba de reaccionar. Sus pies se enredaron entre los de Jeongin, y ambos perdieron el equilibrio. Fue cayendo debajo del castaño, rodeándolo rápidamente con sus brazos.
En un instante, Hyunjin llegó a ellos, rodeando con un brazo la espalda del rubio y, con la otra mano, lo arrastró hacia la pared más cercana. Fue un movimiento rápido, brusco, pero calculado para mantenerlos a ambos fuera de peligro. Jeongin quedó atrapado en medio, presionado entre los dos cuerpos mientras todos se desplomaron contra el muro.
El impacto fue sofocado, pero lo que siguió fue la incomodidad. Jeongin, aprisionado en el centro, quedó con el rostro demasiado cerca de Hyunjin. Sus respiraciones se entremezclaron, y su nariz rozó suavemente la mandíbula de Hwang, creando una intimidad inesperada que hizo que el tiempo pareciera detenerse por un instante.
Felix, por otro lado, esta tan cerca del azabache que puede ver cada detalle de su expresión. Sus ojos estan cargados de tensión, pero debajo de esa dureza se asoman emociones más profundas, una mezcla de miedo, preocupación y algo que no pudo identificar. Sus miradas se encontraron en un silencio pesado, un intercambio rápido de sentimientos que ninguno de los dos planeó mostrar. O bueno, tal vez si, Felix afianzó su agarre en el cuerpo de su hermano menor pegándolo a su pecho con sobreprotección. Quizás es demasiado quisquilloso.
Y en esos microsegundos, un fragmento del techo se desplomó directamente sobre la espalda de Hyunjin. El impacto lo sacudió, y aunque intentó mantener el control, el dolor le recorrió la columna como un rayo. Tensó los dientes, aguantando un quejido que quedó atrapado en su garganta.
