Capítulo Veintidós

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—¿Cómo sobreviviste? —su voz tembló, incrédulo y perplejo.

—De alguna forma logramos escapar. Éramos unos pocos, los pocos que Yeonjun reunió pero... No pasó del primer día, sabes lo leal que es... —formó una agria sonrisa como si aún la herida hasta el sol de hoy quemara su corazón. —Han pasado seis años ya, el grupo con el que estaba la primera vez no tardaron en morir. He estado con tantas personas...

—¿Y dónde están ahora? —Bang cuestionó confuso. No ve a nadie más que aquel alto escuálido al cual aún tiene apresado.

—Vinimos aquí por el embalse de agua pero quedamos atrapados en la ciudad desde hace un mes, sin poder salir. Intentamos defendernos, pero ellos siempre encontraban la forma de llegar a nosotros. Ayer nos atacaron y ahora… soy el único que queda. Estaba reuniendo lo que podía para escapar, sobrevivir solo.

—¿Ellos quienes?

—Seres humanos peores que los Zombies. Siempre dejan sus rastros, deben haberlo visto.

—Los vimos —aseguró Bang.

—Tienen ojos en todas partes, deben haberlos visto entrar. Escapen ahora antes de que sea tarde y los atrapen.

Felix sintió un nudo en el estómago al escuchar a Soobin. Ver a su antiguo amigo en ese estado, sucio, demacrado, cargando el peso de la pérdida de su equipo, lo llenó de compasión. No podía evitar sentir lástima por él, a pesar del miedo que sentía en su propia piel.

—Lo lamento tanto —murmuró, la sinceridad en su voz reflejando su tristeza.

Bang Chan, sin embargo, aún no estaba convencido. —Felix —le llamó suavemente, pero con firmeza, su mirada penetrante clavándose en los ojos del menor. —¿Puedes confiar en él? Necesito saberlo.

Felix dudó, su mente luchando con la desconfianza natural en un mundo en ruinas y el afecto que todavía tenía por Soobin. Sabía que la gente podía cambiar, que la supervivencia podía transformar a cualquiera en algo irreconocible. Pero también veía el dolor y el sufrimiento en Soobin, la desesperación en su mirada. Habían sido amigos por cinco años, compartiendo risas, entrenamientos de Taekwondo, y momentos que, los hicieron formar un lazo fuerte. No puede simplemente ignorar eso.

Felix asintió. —Sí, Chan-ssi. Es confiable. —Su voz tembló un poco, es lo único que queda que Yeonjun intento mantener con vida.

El policía miró al joven azabache durante unos segundos más antes de liberar su cuello. Soobin se tambaleó, llevándose las manos a la zona mientras recupera el aliento que había estado reteniendo. Tose violentamente, el alivio mezclado con el dolor de su reciente experiencia. Se quedó en el suelo, apoyándose con las manos y rodillas, mientras Chan guarda su arma, aunque aún con una cautela evidente.

Soobin alzó la vista, sus ojos llenos de un cansancio que Yang reconoció al instante, porque es el mismo que él siente todos los días. —Gracias, Felix, —murmuró con la voz aún áspera. —Gracias por confiar en mí…

Stray Kids Surviving - Apocalipsis ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora