Capítulo Dieciocho

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Felix observa a Jeongin con preocupación mientras éste se acurrucaba a su lado, envolviéndose con la manta. La cueva esta sumida en la penumbra, y el frío de la noche parece colarse por cada rendija, haciendo que el ambiente se sintiera aún más opresivo. La oscuridad es espesa, como si el fuego que una vez ardió hubiera sido consumido por las sombras, dejando apenas una brasa moribunda.

El menor se estremeció, y Felix pudo sentir cómo su pequeño cuerpo temblaba contra el suyo. Lo abrazó más fuerte, tratando de darle algo de calor.

—Hace frío —murmuró Jeongin, sus palabras casi inaudibles en la quietud de la noche. Sus manos estaban entumecidas de forma extraña, y las frotó contra la manta, buscando alivio.

—Lo sé, cúbrete bien. ¿Te sientes mal? —Felix bajó la voz, su preocupación creciendo al notar que su hermano menor parece más pálido de lo habitual. Jeongin no se ve nada bien desde hace días. Esta forzando mucho su cuerpo, esta aventura es más de lo que puede soportar. Y si llega a caer, ¿Cuánto tiempo le tomará levantarse?

El castaño negó con la cabeza, aunque sus ojos evitan los de su hermano mayor. —Solo me siento cansado de dormir.

El rubio no insistió, aunque algo en la forma en que Jeongin evitó su mirada le dijo que no estaba siendo del todo honesto. Hubo un silencio pesado entre los dos, roto por el extraño zumbido que solo Jeongin escuchaba, como un eco distante en su mente. Era un ruido molesto, un persistente zumbido que parecía emanar desde dentro de su cabeza, haciéndolo fruncir el ceño y sacudir la cabeza con incomodidad.

Innie intentó ignorarlo, hurgándose el oído con el dedo, pero no lograba deshacerse de esa sensación extraña. Se sentía desconectado, como si el mundo a su alrededor estuviera difuminándose. A lo lejos, apenas podía percibir la brasa agonizante del fuego, una luz tan débil que parecía más un recuerdo que una realidad.

Ambos quedaron en silencio por un largo rato, el tiempo estirándose como una sombra infinita. Los otros miembros del equipo, aparentemente dormidos, se mantienen quietos, aunque ellos saben que Wonpil esta despierto, vigilando la entrada de la cueva. Pero en ese momento, todo parecía distante, como si estuvieran solos en el mundo, rodeados solo por la fría oscuridad.

Felix sintió a Jeongin moverse levemente a su lado, su respiración agitada y errática, como si estuviera luchando contra algo invisible. Lo abrazó más fuerte, tratando de consolarlo, pero el peso del silencio y la extraña sensación de desconexión se cernían sobre ellos, haciéndolos sentir más solos que nunca.

Finalmente, Jeongin rompió el silencio con un susurro.

—Hyung, ¿puedo preguntarte algo?

Felix lo miró, sus ojos llenos de comprensión y un toque de preocupación. —Dime.

Stray Kids Surviving - Apocalipsis ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora