Capítulo Ocho

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—¡Hyunjin Hyung, ayúdeme!

—¿Escucharon eso? —Changbin cuestionó.

Hyunjin guarda el arma en su cintura sin prestarle atención. ¿Por qué lo llama? ¿No entiende que se supone que debe alejarse de él? A este paso, su sobreprotector y maniático hermano mayor lo matará.

—¡Hyunjin Hyung, Hyunjin Hyung! ¡Aquí estoy, estoy aqu...

—¿No deberías responder? Te está llamando —Bang le habló a su lado.

—Ese niño... —masculló con fastidio. —Tiene a su hermano mayor, puede encargarse de él. No estoy para ser niñera —Jeongin no puede confiar en él, no debe mirarlo ni tratarle con amabilidad.

Él no es un buen tipo. Tiene la sangre de su hermano menor en sus manos. Fue su culpa, su maldita culpa. Arruinó la vida y el futuro de la persona que había prometido proteger una vez ambos se quedaron solos vagando en aquel mundo cruel lleno de caminantes.

Es un pecador. Y un pecador no es capaz de proteger.

Jeongin no puede tenerle cariño y él tampoco puede agarrarle cariño a aquel indefenso niño. Cada uno está en el equipo por sus propias razones personales, no hay necesidad de volverse más íntimos.

El voraz sonido de un disparo detuvo a todos en lo que están haciendo. Hyunjin paro en seco y se giró inmediatamente hacia aquel pasillo en donde había visto al menor entrar y de dónde también, salió el sonido de un arma.

—Maldita sea —dejó todo y corrió como si el diablo estuviese persiguiendole buscando arrastrar su alma al infierno. Frío y helado, así sintió detrás de su espalda.

Abrió la puerta de un portazo temiendo lo peor, esperando que estuviese exagerando y no sea nada.

—¡J-Jeongin, n-no! ¡I-Innie, p-por favor... ! ¿P-Por qué!? ¿¡Por qué lo hiciste!? —los arrolladores gritos desgarradores estremecen cada esquina de la habitación. Llora desesperadamente, perdiendo el propio control de su cuerpo.

El corazón de Hwang se detiene abruptamente una vez sus ojos oscuros miran aquellos lindos de tono miel mirarle y sonreírle con dulzura.

—Vino... —murmuró en un hilo de voz. Sostiene su hombro, el cual tiene un orificio. La bala cayó en el y sangre abundante cae.

Minho mira con confusión y molestia el arma. Pensó que tenía un silenciador, ¿Cómo es posible que haya sonado tan fuerte?

—¿¡Qué es lo que está sucediendo!? —la autoritaria voz del líder llamó la atención de todos, quien entró.

Wonpil de inmediato soltó a Felix, quien se levantó y entre pasos torpes y tambaleantes se apresuró a llegar a su hermano menor. Su rostro vuelto semejante a una cascada. Mira con agonía su herida.

Stray Kids Surviving - Apocalipsis ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora