Capítulo Veinticinco

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El sonido de los escalones desmoronándose resuena como un eco siniestro. Abajo, los zombies se retuercen, gruñen y chillan, con sus manos huesudas y llenas de podredumbre tratando de alcanzar cualquier cosa que pudieran devorar. Sus ojos vacíos reflejan un hambre inagotable mientras el caos reina en las escaleras.

El suelo sigue cediendo, y Seungmin parece a punto de caer. Los dedos sudorosos de Karina le dificultaron la tarea, y a pesar de todos sus esfuerzos, su agarre se deslizó.

—¡No! —desgarró un grito voraz que destrozó por completo su estabilidad. Se inclinó hacia adelante de forma desesperada, a punto de caer junto al muchacho al intentar alcanzarlo de nuevo. Pero unos brazos enrollaron su cintura y la llevaron hacia atrás.

Fue Jihyo quien la salvó.

Y de forma impredecible, en cuestión de pocos segundos, justo a su lado  Changbin pasó con una velocidad impresionante, saltando con toda su fuerza y estirando su brazo hacia Seungmin. En el último segundo, logró agarrar la muñeca del menor mientras, con la otra mano, se aferró a un tubo de construcción que sobresale de la pared.

El impacto de la caída fue brutal, tanto que Seo sintió como su hombro casi se dislocó por el tirón, pero no soltó a Seungmin. El grito de dolor quedó atrapado en su garganta, ahogado por la adrenalina y la urgencia de salvarlo.

Debajo de ellos, los zombies se amontonaron, alzando sus manos podridas hacia los dos. Un zombie particularmente ágil logró trepar lo suficiente como para agarrar el pie de Seungmin, aferrándose a él con una fuerza aterradora.

—¡No te sueltes, Seungmin! ¡Agárrate bien! —gritó Seo con todas sus fuerzas, luchando por mantener el equilibrio. El tubo bajo su mano empezó a doblarse peligrosamente, incapaz de soportar el peso de ambos por mucho más tiempo.

Kim gritó de dolor y terror cuando el Zombie apretó su tobillo. Instintivamente, comenzó a patear con todas sus fuerzas, tratando de liberarse de la monstruosa garra que tiene atrapado su zapato. Logró conectar un golpe en la cabeza de la criatura, haciendo que cayera al vacío.

El tiempo se agota. Changbin, con los músculos temblando por el esfuerzo, miró hacia abajo y vio la desesperación en los ojos del menor.

—Suélteme, Hyung. Por favor —suplicó con su gélida mirada. Tan pequeño y diminuto, sin ejercer el más mínimo esfuerzo para sobrevivir. Como si hubiese aceptado su destino solo, sin querer arrastrar a nadie más con él. Pero lo que no sabe, es que Seo no está dispuesto a dejarlo morir solo y si es necesario, caerán juntos.

—¡No te sueltes, maldita sea, hazme caso! —gritó con desesperación, ejerciendo presión en el agarre del menor quien dejó de luchar. Luchará por ambos, luchará por la vida que el Seungmin dió por vencida.

Por encima de ellos, los demás miembros del grupo siguen subiendo, sus pasos apresurados resonando en la estructura inestable. Pero el caos que se desarrolla abajo no pasó desapercibido para Bang, quien se detuvo en seco al escuchar los gritos. Giró sobre sus talones y evaluó rápidamente la situación. Dejó que Jihyo subiera junto a la pelinegra que parece perturbada.

Stray Kids Surviving - Apocalipsis ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora