Capítulo Veintitrés

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Felix se quedó dentro del vehículo, con Jeongin acurrucado a su lado. Afuera, puede ver el embalse, un espejo de agua oscura bajo el sol del mediodía, y a los demás miembros del equipo moviéndose con eficiencia. Los nervios de Felix siguen encogidos en su pecho, su mente da vueltas una y otra vez a las palabras de Soobin. “Un milagro”, le había contestado. Es un milagro que Jeongin estuviera vivo.

Pero, ¿realmente podía llamarlo así? Se mordió el labio inferior, sintiendo la acidez de esa mentira. Su vida no estaba llena de milagros, sino de decisiones desesperadas, de pérdidas, de un vacío constante que no sabía cómo llenar. Milagros... quería creer en ellos, pero todo en su interior le grita que la existencia del menor había sido más una serie de azares crueles que cualquier bendición.

Volvió su mirada al frente y observó a través de la ventana. Los vio regresar, cargando los botellones llenos y algunas botellas más que habían logrado encontrar. Bang lidera el grupo, sus brazos fuertes sosteniendo dos enormes botellones con facilidad, como si no pesaran nada. Los depositó en el maletero con un solo movimiento fluido, la camiseta pegada a su pecho por el esfuerzo, los músculos tensos bajo la tela. Felix se sintió pequeño y frágil al compararse con él, un sentimiento que odia pero que no puede evitar. Bang giró rápidamente y volvió corriendo hacia Soobin, que venía detrás con el mismo peso en sus brazos, respirando de forma entrecortada.

Choi tenía una sonrisa tensa en los labios, una sonrisa que parecía tan natural pero que para Felix es un recordatorio constante de lo mucho que había cambiado todo. Bang extendió una mano para ayudarlo, pero Soobin negó con un gesto, rehusando cualquier asistencia. Casi tropezó al llegar al vehículo, pero logró mantener el equilibrio, dejando los botellones junto a los otros.

Felix sintió una punzada en su interior. Es obvio que Bang ayudará a cualquiera que lo necesite, siempre tan dispuesto a ser el protector y el caballero. Pero esa amabilidad no significa nada más. Solo es parte de su carácter, una muestra de su fuerza y su determinación de mantener a su equipo a salvo. No hay nada especial en eso. Para Bang, Soobin no es más que un nuevo miembro del equipo, alguien con habilidades útiles que había demostrado ser de valor. Seguramente, se sentía aliviado de ver que su nuevo integrante podía cargar con su propio peso, que no sería un estorbo como Felix.

Observó cómo se mueven los demás, colocando los suministros en el maletero, y su mirada regresó a Soobin. Aquel antiguo amigo que había sido todo en su pasado, que conocía cada una de sus inseguridades, sus miedos, sus sueños. Ahora, esa cercanía se siente distante, casi irreconocible.

Y sin embargo, Soobin había conseguido algo más que solo agua. Había traído gasolina, más que suficiente para mantenerse en movimiento durante varios días. Lo cual, es un alivio para todos. Felix sabía que deben estar agradecidos, y lo están. Pero no puede evitar la amargura que se acumula en su garganta, como un veneno que no sabe cómo tragar. Se supone que él mismo los llevaría al próximo búnker, falló. Había fallado gravemente y no sabe lo que será de él a partir de ahora.

Stray Kids Surviving - Apocalipsis ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora