🦁El celo de la luna Capitulo 2🦁

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No importo cuanto gritaste o patalear fuiste arrastrada por este león hasta el jardín, no querías que te pasara lo mismo que a la protagonista original, no querías ser víctima de abusos de nuevo, no aceptarías con sumisión este evento, así que luc...

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No importo cuanto gritaste o patalear fuiste arrastrada por este león hasta el jardín, no querías que te pasara lo mismo que a la protagonista original, no querías ser víctima de abusos de nuevo, no aceptarías con sumisión este evento, así que luchabas a más no poder dentro de tus capacidades, pero este león blanco ya arto de tus sollozos y gritos te dio un golpe en la mejilla mientras que aprovechó para tapar la boca, el chico te miro con el ceño fruncido, te reconoció cuando fue a tomar algo de aire ya que estaba bebiendo de más.

Llevabas poco más de un año en fuga, Kimba no entendía cómo te escapaste por segunda vez, si te tenía muy bien vigilada, no podía perder una propiedad tan valiosa como tú, eras la salvación de su linaje, por eso ahora que te había encontrado de nuevo iba a hacer lo que debió hacer mucho en vez de esperar que tuvieras tu primer "Celo Lunar" como aconsejaron sus ministros y consejeros.

-Maldita coneja ¿Por que siempre te haces la dificil y huyes de mi?- Dijo Kimba mirandote con molestia, como si él fuera el ofendido -¿Hasta cuándo vas a aceptar que eres mi propiedad? Voy a tener que enseñarte a la mala-

Tú lo miraste llena de enojo, esa expresión llena de arrogancia de Kimba te hizo recordar a las que te maltrataron en tu vida anterior aprovechando que estabas muy débil y enferma como para defenderte o siquiera elevar tu voz, eso hizo que una oleada de rabia te invadiera y quieres devolverle a este patán aunque sea una parte de todo lo que él te hizo a ti, por que los recuerdos de este cuerpo sólo confirmaron lo que tú ya deducías cuando leías el libro, que Kimba es un mal rey, un abusivo como solo piensa en sí mismo, en mantener su corona y poder mágico de su linaje, además de un misógino que te maltrato fisica y emocionalmente para asegurarse de mantenerte sometida a sus caprichos.

Intentaste una última cosa para poder salvarte y mordiste su mano hasta hacerlo sangrar, causando que el león soltara un grito de dolor, te miro con ira ya sacando sus garras y te dio un zarpazo que lastimo tu cuerpo y a la vez que destrozo parte de tus ropas, llenandote de miedo y dolor, causando que empezaras a hiperventilar, intentaste cubrirte abrazándote a ti misma, pero Kimba no te lo permite, mas te sometió contra el suelo y término de arrancarte las ropas que te quedaban, estabas a su merced.

Solo cerraste los ojos ya resignada intentando enviar tu mente a otro lado, mientras llorabas... Cuando de repente un movimiento brusco causó que tanto Kimba y tu rodaran, ese movimiento fue que una persona se lanzó ante ustedes, esta persona le enterró las garras en el brazo de Kimba causando una herida superficial pero aun asi dolorosa y que te soltara, como tenias los ojos fuertemente cerrados no veías los que pasaba, pero sonaba igual a una pelea de animales, ya que Kimba y su atacante se rugían el uno al otro llenos de furia, igual que leones a punto de pelear, pero la persona que te salvó te abrazó de inmediato de manera posesiva con un solo brazo y con el otro mostraba sus garras bien afiladas.

-¡¡QUE CREES HACES MALDITO!! ¡¡ESA HEMBRA ES MÍA!!- Rugia Kimba a todo pulmón aun sin reconocer quien tenía al frente por la oscuridad del lugar -¡¡REGRESALA O TE MATARE!!-

-¡¡ACERCARTE TE VOLVERÉ ARENAS, TU MISERABLE BASTARDO!!- Leona te tenía muy bien abrazada contra su pecho y sus ojos solo miraban con tanta ira a Kimba que se podrían confundir con los ojos de una bestia enfurecida, o ahora más qué nadie quiere matar a su primo odioso.

-¡¿Pero qué está pasando aquí?!- Se escuchó la voz de Ruggie llegar corriendo con algunos soldados.

El alboroto llamó la atención tanto de los guardias que fueron a rescatarte como de los invitados a la fiesta que estaban muy desconcertados de que el anfitrión saliera corriendo por una supuesta "emergencia familiar" cuando su hermano mayor y cuñada estaban perfectamente a su lado... Es más con ellos usó la excusa.

Rápidamente los soldados intervinieron antes de que el par de reyes empezaran a pelearse como bestias, ya que de verdad se veían el uno la otro con ganas de matarse y si no eran contenidos si se podrían llegar a matar, pero cuando Kimba reconoció que su atacante se trataba de su primo Leona se enfureció más, ya que para él Leona no tenia porque meterse en sus asuntos.

-¡¡LEONA NO METAS!! ¡Esa hembra me pertenece, es mi esclava que estaba fugitiva, mi propiedad! ¡Así que suéltala para que la castigue por huir!- Dijo Kimba ya intentando empujar a su guardia para acercarse a Leona y exigirle que suelte a su propiedad, pero el soldado lo sostuvo con fuerza.

-¡¡ESTAS LOCO SI CREES QUE LA DEJARÉ CONTIGO, BASTARDO!!- Rugió Leona de vuelta e incrédulo que crea que esta situación  sea como si dos niños pelearan por un juguete ¿En serio este idiota no sabe que otra persona es una persona y no un objeto? -¡____ no es tu propiedad, es libre desde que logró atravesar el desierto y llegar a mis tierras, no es propiedad de nadie!-

-¡¡ES MÍA POR DERECHO!! ¡¡NO GASTE TANTOS RECURSOS Y DINERO PARA CONSEGUIRLA A ESA CONEJA Y ASEGURARLA PARA TU ME LA QUITES!!- grito Kimba ya soltándose del agarre y dispuesto a pelear, cuando ya el rugido de un tercer león apareció en el lugar.

-¡¡YA BASTA, SE COMPORTAN COMO UNOS CACHORROS MALCRIADOS!!- Farena estaba ahí parado mirando tanto a su hermano como primo primero, soltó un bufido molesto ya acercándose con paso firme y serio, poniéndose en medio de los dos leones -No estoy terminando de entender qué pasa aquí, pero esta no es manera de arreglar las cosas, los dos son reyes deben comportarse como tal, no como mocosos-

Leona y Kimba se lanzaron miradas asesinas el uno al otro, pero Farena tenía razón, no era el momento ni el lugar para arreglar las cosas, Kimba tuvo que ser alejado por sus consejeros para calmarlo, mientras que Leona te cubrió con su capa y te llevo a la enfermería para que revisaran las heridas, ya que todo este tiempo no solo pudiste permanecer paralizada de miedo abrazada a él.

Continuara...

No quiero al héroe, quiero al villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora