🦁El celo de la luna Capitulo 8🦁

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-¡¡Señorita _____, Señorita _____!! ¡¿le gustaron las pieles que le obsequiamos?! / ¡¡Señorita _____!! ¡¿Puede bendecir mi ollita?! / ¡¡Señorita _____!! ¡¿Puedo tomar su mano?! / ¡¡Señorita _____!! ¡¿Puede bendecir a mi hermanito bebé?!- / ¡¡Señor...

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-¡¡Señorita _____, Señorita _____!! ¡¿le gustaron las pieles que le obsequiamos?! / ¡¡Señorita _____!! ¡¿Puede bendecir mi ollita?! / ¡¡Señorita _____!! ¡¿Puedo tomar su mano?! / ¡¡Señorita _____!! ¡¿Puede bendecir a mi hermanito bebé?!- / ¡¡Señorita _____!! ¡¿Cómo es la luna?! ¡¿Es cierto que su gente viaja allí y por eso desaparecen por años?!- Te preguntaban los múltiples niños y niñas lobos que te rodeaban con caritas de emoción y felicidad.

Ahí estabas, rodeada de vários lobos que te hacían varias preguntas, no podías evitar pensar que eras una niña que tiene premios en la mano y un montón de Huskies te están rodeando para que se los des, era algo nuevo para ti, no sabias que revelar el clan del que provienes servirá para inclinar la balanza a tu favor, pero ahora te sentías demasiado observada y abrumada, tanto que te giraste a Leona y le pediste con la mirada por ayuda.

Leona solo sonrió de manera socarrona, sabía que no eres fanática de ser el centro de atencion, asi que acudió en tu rescate, ya se divirtió suficiente a tus costillas viéndote sufrir un poco, así que apartó algunos de esos emocionados cachorros y la cargo como costal de papas sobre su hombro.

-¡Lo siento, pero la señorita _____ está algo cansada de tantas atenciones, la llevaré así que ya se acabaron las visitas por hoy!- Exclamó Leona en voz alta para que el grupo de lobos lo escucharan torpemente.

-Aaaaawww...- Bufaron todos los lobos al unísono con decepción y bajando las orejitas como cachorritos tristes.

Y no era para menos, desde esa reunión de Estado fallida para Kimba pero beneficiosa para Leona, las cosas dieron un giro de 180 grados, todos los reyes y líderes tribales que aún no estaban convencidos de que Leona pudiera levantar un reino solo, ahora se acercaron a ofrecerle todo su apoyo para que necesitará, Kimba quien tenía múltiples aliados ahora estaba en riesgo de quedarse solo y junto al resto de su cognitivo se fueron con el rabo entre las patas.

Tu aun no te lo creías, que pudiste salir de esa situación ¿Será así de fácil vencer a Kimba? Era algo difícil de creer, pero por lo que leíste de la novela sabias que si bien, el león blanco tal vez volvió a sus tierras para no tener más problemas y ni perder más aliados, esta no sería lo último que sabrían de él, ya que como te dijeron los dioses, los eventos canónicos no se pueden evitar, si o si Leona y tú se toparan con Kimba tarde o temprano.

Sin embargo ahora, disfrutarás de esta pequeña victoria que sea como sea, será un respiro para ti no volver con ese imbécil misógino y estarás con tu husbando querido y favorito, husbando que por cierto no te aun te lleva cargando como costal de papas.

-Oye Leona... Ya.. Ya puedes bajarme- Pediste muy avergonzada por que los sirvientes que habían por ahí se le quedaban mirando.

-¿Y por qué lo haría?- Preguntó Leona de vuelta sin perder la sonrisa socarrona.

-¡Po.. Porque ya puedo caminar solita y esto es bochornoso!- Respondiste algo molesta por esa respuesta tan relajada.

-Pero cada vez que te suelto alguien te lleva lejos de mí- Respondió Leona con un ligero bufido de disgusto, porque desde que tú revelaste ser del Clan Opala todos te rodean para conocerte, preguntarte sobre tu tierra, tradiciones o pedirte bendiciones, dejando a tu ahora pareja de lado, aunque no quisiera admitirlo el leoncito quería cariño -Ya hablaste con mucha gente hoy, vas a pasar el resto del dia conmigo y nada mas conmigo- Declaró con descaro, cuando tu solo querías bajarte de su hombro, pero los planes de Leona se vieron interrumpidos.

No quiero al héroe, quiero al villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora