estabas en tu cama, leyendo tu último libro y tenias que admitir que lo odiaste.
lo odiaste tanto que dijiste, si tu hubieras escrito el libro lo hubieras hecho mejor, y cuanti estabas por dar tu último aliento escuchaste
¿a sí? pues hazlo mejor qu...
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Los nervios te llenaban y se notaba en tu nariz que se movía sin parar, es cierto ahora técnicamente eres la pareja de Leona pero eso no quiere quitar que sigues siendo una coneja... una coneja entre herbívoros gigantes y carnívoros de gran calibre que viste ropas lujosas pero aun así una coneja chiquita, todos te miraban como si fueras un pequeño bocadillo o alguien a quien aplastar fácilmente de reojo analizandote, para que sus miradas regresaran al centro.
Solo podias mantener la calma mientras estabas sentada a lado de Leona y este miraba irritado al león blanco que también tenía una cara de molestia de estar ahí, es humillante tener que disculparse con un nuevo rey o lider de una nueva tribu, inferior a él a sus ojos, ya que Hakuna tenía más antigüedad que varias tribus presentes como la de los alces o de las cebras.
-¿Y bien?- Ya habló Leona rompiendo el silencio del lugar mirando a su primo menor solo de unos meses esperando que se disculpara ante todos por sus acciones desagradables.
Kimba gruñó un poco por lo bajo, pero se puso de pie se dirigió hacia Leona e hizo una ligera reverencia -Yo... Lamento mi comportamiento de anoche... Estaba pasado de copas nada más... No hay que agrandar esto más de lo que es en realidad- Dijo sin rodeos y sin adornar mucho sus disculpas
-.... ¿Enserio esa es tu disculpa?- Dijo Leona irritado levantándose enojado soltando un gruñido, no podía creer que enserio haría pasar ese incidente como si fuera un tonto accidente de borrachera, Farena y muchos líderes ya mayores empezaron a murmuran entre ellos.
-¿Y qué más pretendes que diga? Solo fue un desliz, seré más responsable en futuras fiestas- Dijo el león blanco abandonado la pose de disculpa, se te quedó de reojo, casi intimidante sobre ti.
-Kimba no fue un jarrón el que rompiste o hiciste el ridículo! ¡Atacaste a mi pareja!- Ya le reclamó de manera ya agresiva ¿En serio estaba haciendo lo que quisiera con esta disculpa? Ahora si lo va a matar.
-¿Y de verdad quieres a esta hembra por pareja? No es como que te puede dar herederos ¿O si? Para nadie es un secreto que herbívoros y carnívoros no engendran nada- Inquirió el peli-blanco con tono sarcástico -Para lo único que te serviría sería para divertirte un rato, solo para eso sirve una esclava- Agregó eso último con una pequeña sonrisa
Leona estaba listo para atacar aunque eso significaba que él entrar en falta delante de los demás Líderes le valía igual y Kimba esperaba eso, para ahora sea Leona quien se disculpara y sea él el que tenga que compensarlo, osea regresar a él, un plan que Kimba y su consejo plantearon para evitar la vergüenza y humillación sin faltar a la amenaza de Farena.
-Eso no es cierto...- Dijiste ya levantándote y mirando ya enojada a Kimba, se notaba el miedo en tus palabras pero las palabras de Kamala cuando calmó a Leona resonaron en tu cabeza, si Leona comete un error Kimba ganara -Oh no es por eso que todo tu consejo y tu me repetían una y otra vez... Que me robaron de mi tribu para dar a luz al siguiente león blanco ¿verdad?... No creo que todos los ancianos del consejo están mintiendo a la vez...-
-¡¡CALLATE MALDITA ESCLAVA!!- Te interrumpió Kimba enojado ¿Como te atreves a abrir la boca en su presencia y dices esas cosas? Se supone que debes estar callada y llena de miedo.
-¡¿CREEN QUE HE OLVIDADO QUE ME ROBARON DE LAS MONTAÑAS DEL ESTE CUANDO ERA UNA NIÑA?! ¡¿QUE HE OLVIDADO A MI MADRE Y PADRE?! ¡¡AUN LOS RECUERDOS AUN RECUERDO LA LUNA Y LAS ESTRELLAS!! ¡¡AÚN RECUERDO A OLAPA!! !!- Dijiste gritando y sollozando, dejando salir todos tus sentimientos reprimidos de ambas vidas haciendo que entraras a llorar cayendo de rodillas, fue solo un impulso pero sentiste un peso fuera.
Pero Kimba se puso pálido como hoja de papel cuándo te escucho decir eso, se supone que eras muy pequeña y que el maltrato te hizo olvidar cualquier recuerdo que aún quedara de tu gente, el resto de presentes en ese salón estaban estupefactos por tu declaración.
-¿Qué dijiste niña?... ¿Olapa? ¿La tribu Olapa?- Cuestionó el líder de la tribu de los Elefantes mirándote con seriedad levantándose de su asiento.
-Las montañas del Este... ¿Vienes del Monte Kilimanyaro?- dijo el líder De los Vavuinos y Chamanes.
-¡No, está confundida!- Dijo uno de los consejeros de Kimba -Fue comprada a los 4 años por el anterior rey, nadie puede recordar nada de siendo tan joven-
Leona te ayudo a Levantar de tus rodillas y sentarse de nuevo en tu lugar, te veías demasiado alterada que ahora no podía formular una respuesta coherente contra el consejero, pero fue el gran Chamán que habló primero.
-... En realidad se dice que la gente de Olapa no importa los años de vida o lo desarrollado de su memoria, siempre sabrán volver a su hogar...- Dijo el Babuino que era un hombre tan mayor que se veía de los huesos y su barba era tan larga que llegaba al suelo y arrastrada por varias joyas y runas de todo tipo - Cabello blanco cual superficie llena de la nieve, ojos de plata que brillan bajo la luna... Piel clara como las estrellas... Así es la apariencia de una hembra del clan sagrado y esta niña entra en esa descripción y todos los que saben la leyenda de su gente sabe de su sangre sagrada y no importa su pareja un niño nacerá...-
Esas palabras del anciano sólo corroboraron lo que todos ya estaban pensando y las miradas jugadoras que eran dirigidas a ti, ahora se posaron sobre Kimba que aún seguía en pie y su consejeros que estaban sudando frío.
-Esto ya no solo es una falta al rey Leona y su pareja... ¡¡ES UNA FALTA A LOS DIOSES, ROBASTE SU SANGRE Y ESTABAS DISPUESTO A MANCILLAR!! ¡¿ACASO QUIERES LA IRA DE LOS DIOSES SOBRE NOSOTROS NIÑO?!- Dijo el líder del clan de los Lobos con una ira que parecía rivalizar a la de Leona ya que su gente consistía mayormente de veneradores de los dioses y sus costumbres, cualquier cosa sagrada era agarrado con pinzas y mucho respeto.
La situación se volvió tan seria que incluso una dama casi se desmayó, todo el mundo parecía tan escandalizado, más de uno quería darle una paliza a Kimba, por lo que el Rey de Hakuna busco cómo salvar su pellejo.
-¡Sus majestades, desconocía por completo el origen de la esc... Esta mujer, mi padre me la dio como regalo cuando me empezó a crecer la melena, no me dijo más ella y que podía hacerla y tratarla como quisiera!- Busco el león blanco justificarse
-.... Es cierto, el anterior rey temiendo por su linaje cometió sacrilegio y mandó a mi y mis viejos colegas a robar una coneja del clan sagrado.... Solo mis antiguos compañeros y el Rey difunto sabíamos el origen de la niña.... Pero fue para salvar el linaje Upendi... - Dijo el más viejo de los consejeros dando un paso adelante para tomar la culpa del gran pecado que su gente cometió.
Pero aun y con eso el restos de reyes y líderes tribales no estaba contentos, no era excusas válidas para la mayoría, si no es que para todos los presentes, Leona era el que estaba más enojado de todos, aun recuerdas cómo te encontraron en el desierto, tenias tan al aspecto que era obvio que habías escapado del infierno mismo, por eso aunque no lo recuerdes fue el propio Rey guiado por sus principios de respeto a las hembras dejo que te atendiera su propio médico y que te quedaras en palacio, luego pagarías la generosidad de este monarca desconocido para ti trabajando como jardinera, fue cuando conociste a este soldado dormilón en el jardín y ahí el resto fue historia.
