estabas en tu cama, leyendo tu último libro y tenias que admitir que lo odiaste.
lo odiaste tanto que dijiste, si tu hubieras escrito el libro lo hubieras hecho mejor, y cuanti estabas por dar tu último aliento escuchaste
¿a sí? pues hazlo mejor qu...
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Estabas dormida abrazándonte a esta almohada cómoda, cálida y.... ¿Qué respira? Abriste los ojos con una jaqueca que te estaba mareando un poco y al fin viste que era lo que estabas abrazando y viceversa, al inicio no lo reconociste, hasta viste que sus puntas lilas de su cabello bien cuidadas, recordaste la descripción del villano de la novela "...El villano era un hombre cruel y vanidoso, aunque no puede tocar a nadie por su maldición era como la flor más bella de la naturaleza, con ojos lilas llenos de envidia de los demás y cabellos rubios pero pintados con morado venenoso..." la descripción no era exacta de su físico pero, ahora que lo piensas este caballero... Oh no... OH NO.
-... E.. Es el príncipe...- Dijiste alejando tu cuerpo un poco de él mirándolo mejor, pestañas largas y cabellos largos, piel blanca, aun con la noche intensa que pasaron y las marcas de tu labial rojo marcaban la figura del futuro rey, no dejaba de tener ese toque elegante, como una pintura de renacimiento, la curiosidad te ganó, llevando tu mano a sus mejillas y cabellos las acariciaste con dulzura y cuidado de no hacerlo despertar, son suavecitos.
-Si sigues así voy a pensar qué quieres continuar lo de anoche... - Dijo mientras recargaba su mejilla en tu mano abriendo sus ojos, la novela te mintió, no eran ojos lila o grises oscuro en tonalidades moradas, la comparación es más como un par de amatistas recién pulidas que soltaban cierto brillo, se levantó mientras agarró tú mano sin darte la oportunidad de escapar de él.
-A.. Ah! Y.. Yo no... U.. Un mañanero no ...- Te sonrojaste mientras intentaste mirar a otro lado, cuando sentiste los labios del monarca en tu cuello empezando a morder tu piel, pegando nuevamente sus cuerpos, usando sus manos para atrapar uno de tus pechos y acariciarla con cariño, y la otra bajo acariciando tus muslos, apretandolos con firmeza- A.. Ah~ N.. No e.. Espere~ Majestad E.. Espere-
-Es tu culpa pequeño cuervo travieso~ Yo que quería darte un descanso mientras tú empezaste a tentarme de nuevo~- Dijo Vil ya acostándote otra vez y poniéndose encima tuyo, para besarte y acariciarte.
-¿Ten.. Tentar? Si solo acaricie tus mejillas- Dijiste queriendo apartarse pero el príncipe te tenía bien sujeta, ya sintiendo otra vez esa calidez en tu interior.
-Para~ Mmm~... Mi eso es provocar~- Susurro en tu oído mientras otra vez se combinaban en uno solo como la noche anterior -Además~ No te andas resistiendo mucho y me recibes tan bien, querida~- Habló con tono seductor y una sonrisa maliciosa que te recordó que estás ante un villano, pero aun así te encanto.
Vil se acercó a tus labios y empezó a besarlo nuevamente de manera apasionada mientras empezaba el vaivén de sus cuerpos, parecía que otra vez te haría olvidar de tus caderas cuando empezó a escucharse un escándalo a las afueras de la habitación, interrumpiendo el momento, ya ibas a preguntar qué pasaba, cuando reconociste una de las voces.
-¡Aqui no esta jefe!- Se escuchó desde afuera en la habitación de alado, a unos pasos de donde estabas y después se escuchó fuera de la puerta -Sólo queda ésta -
-.... Ay no... - Dijiste ya algo asustada escuchando esas voces, eran los gorilas de tus tíos, los mismos que te dejaron aquí y los mimos que te amenazaron que si no té acostabas con un hombre esta noche tendrían un trío contigo para que aprendieras a ser una puta, tu plan era escaparte antes de que ellos llegaran, por eso querías robarle al primer ricachón que engatusaras.
