🐉La Amante de los Dragones Capitulo 8🐉

2.6K 313 136
                                    


Malleus se encontraba en su oficina molesto por la reunión que tuvo con esa excusa de mujer ¿Que ella se hará que se arrepienta de no haberla elegido? Si como no, como una hada insignificante como ella fuera capaz de hacerle algo a él, o si fuera ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Malleus se encontraba en su oficina molesto por la reunión que tuvo con esa excusa de mujer ¿Que ella se hará que se arrepienta de no haberla elegido? Si como no, como una hada insignificante como ella fuera capaz de hacerle algo a él, o si fuera a permitir que siquiera respire cerca de su nueva esposa.

Se escuchó que tocó la puerta y en ese momento se escuchó un trueno de molestia -...¿Diga?- Dijo el rey algo molesto, los sirvientes saben que no es buena idea molestarlo cuando está en ese estado de molestia o podría ser peligroso así que alguien tiene ganas de morir...

-... Eem.. Eemmm ¿Puedo pasar?- Se escuchó tu voz del otro lado de la puerta algo nerviosa por el tono tan severo de la voz de tu nuevo marido.

-Ah... Aahh, si claro puedes pasar querida~- Dijo El Dragón todo apenado y avergonzado por la forma en que hablo, hasta el cielo que estaba totalmente negro por la molestia del dragón se empezó a desbavanecer a un dia nublado con algo de sol.

Tu ya tímidamente abriste poco a poco la puerta, asomándote para ver si era seguro entrar y el dragoncito se había parado de su escritorio para ir contigo, con un leve sonrojó de la pena.

-Yo lo siento, no quise ser grosero, por favor pasa, ponte cómoda- Habló Malleus amablemente mientras que se hacía a un lado para darte paso y tú entraste a la oficina con calma -¿Te puedo ofrecer algo? ¿Agua? O ¿Un té tal vez?-

Siguió siendo amable y caballeroso tratándote con amabilidad al mismo tiempo que te acomodaba la silla para que te sentaras junto a él, a ti se te hacía tierno qué alguien tan grande y aterrador resultara ser tan dulce y algo torpe, ya que Malleus no se dio cuenta de que movía su cola sin parar.

-Jeje~ Gracias, un té estará bien- Dijiste con una sonrisa aceptando su amabilidad y tomando asiento.

El Rey Dragón con solo un ligero movimiento de su mano hizo que apareciera una tetera humeante y un par de tazas muy elegantes, la bebida se sirve por sí solas en las tacitas.

-¡Oh, vaya! Usa el mismo truco que mi tío Divus- Dijiste con ojos brillosos, aunque creciste con magia siempre te sorprendía ya que bueno... Eres una princesa de un reino mágico y que tu padre es un poderoso mago y rey..... Y eres completamente carente de magia.

Malleus sonrió al ver tu linda sonrisa maravillada, eres muy tierna a sus ojos -Me alegra que agrade, pero bueno querida ya que estamos aquí... Eeemmmmm... Bueno tenemos que hablar sobre eso- El dragoncito se sonrojo de golpe ya que tocaba hablar de la locura que hizo el día de ayer.

-¿Si, sobre eso?- Preguntaste inocentemente mientras tomabas el té alegremente.

-De... Ya sabes... Que ya somos esposos y bueno eso- Dijo algo apenado y casi te atragantas al escuchar que son esposos, alto en qué momento.

-¡¿Eh?! ¿E.. es.es. esposos?- Dijiste toda sonrojada escupiendo algo del té y dejando la taza a un lado -¿Me case con mi crush? ¿Cuándo?- Preguntas nerviosa, el dragón no tenía idea de que hablas pero igual siguió con la conversación.

No quiero al héroe, quiero al villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora