XXI

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▶Cellbit se mantuvo en silencio al escuchar las palabras que salieron de la boca del híbrido, no esperaba esa pregunta tan repentina y completamente ajena al tema del que charlaban

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▶Cellbit se mantuvo en silencio al escuchar las palabras que salieron de la boca del híbrido, no esperaba esa pregunta tan repentina y completamente ajena al tema del que charlaban.

Claro, me encantan los enigmas—sonrió incómodo.

Spreen lo miró unos momentos como si lo estuviera analizando, él se dió cuenta que su pregunta estaba mal así que decidió retroceder de su plan unos momentos.

—Y...¿como te sentís en la isla?—volvió a sonreir.

¡Oh! La isla es genial, me la paso muy bien con todos, aunque tuve que estar en un funeral—sonrió nervioso.

—Mhmm—asintió con la cabeza—mi hijo Ramón, perdió su última vida.

Cellbit se puso nervioso al sentir como al ambiente se volvía tenso, no debió haber mencionado el funeral, ahora se arrepentía. Tosió y sonrío incómodo.

L-Lo siento—tragó duro—Lamento la actitud de mi amigo Forever.

Spreen hizo una mueca al recordar a aquél brasileño rubio que le coqueteo en el funeral, quería que el tren de vegetta lo atropelle y que no vuelva a caminar.

Ignoró aquella disculpa y comenzó a observar la casa disimuladamente, necesitaba encontrar la habitación donde se encontraba aquél diario y entregárselo a la federación.

Cellbit levantó una ceja al ver a Spreen parar de hablar tan repentinamente, tal vez el tema lo incomodó. No pudo evitar admirar la belleza del argentino, pero sabía que no le daría ni la hora a este paso.

Spreen se le ocurrió una idea para terminar todo más rápido.

—¡Ugh!—se sujetó la cabeza con fuerza.

Cellbit se acercó preocupado a atenderlo.

¿Estás bien? ¿quieres algo? Necesitas descansar, ven, sígueme—tomó su mano suavemente.

Lo guió por el castillo hasta llegar a una habitación, lo recostó en la cama y le extendió una taza de café que estaba por tomar, Spreen alzó una ceja pero decidió tomar el café, estaba bueno. Cellbit colocó un paño mojado en la frente del argentino y lo obligó a recostarse.

Quédate acostado, así te mejoras—sonrió amable.

—Gracias capo—sonrió forzosamente.

—Tu rostro está tenso...—murmuró serio e insatisfecho con la reacción del argentino.

—Es que no me siento bien, por lo de mi hijo—se quedó callado unos minutos hasta que volvió a fingir que tenía tos—¡Cof Cof!

Cellbit asintió poco convencido y se quedó callado unos minutos, algo no le cuadraba de la reacción del argentino, actuaba triste por lo de su hijo pero parecía forzado e incluso sus preguntas eran sospechosas. La imágen de aquél peli blanco con máscara de oso llegó a su mente, su piel se erizó al pensar que tal vez Spreen sea amigo de aquél oso y lo esté ayudando investigando a los brasileños. Se alejó de la habitación en busca de una taza de café para relajarse, algo estaba mal.

Spreen, aún acostado, observó cada lugar de la habitación con el mínimo detalle, necesitaba encontrar ese diário y entregárselo a Cucurucho. Se levantó lentamente intentando no hacer ruido para no alertar a Cellbit, se acercó a un cofre que estaba en el extremo de la habitación. Se arrastró hasta allí y lo abrió, buscó por todo el cofre hasta encontrar un diario viejo lleno de polvo. Lo guardó dentro de su inventario y volvió a la cama con rapidez cuando escuchó unos pasos cerca de la habitación. El híbrido de gato volvió a la habitación encontrándose a Spreen descansando, miró la habitación en busca de que algo haya pasado pero todo estaba normal, o eso parecía hasta que vió uno de sus cofres semi abierto. Hizo una mueca y se acercó a cerrarlo, rápidamente su mirada se dirigió al híbrido de oso.

¿Abriste el cofre?—preguntó directo.

—¿Eh? ¿Qué decís? Yo no toqué nada—frunció el ceño.

Intentó calmarse pensando que lo había abierto antes y se le había olvidado cerrarlo bien, se acercó al cofre para verificar que todo estaba en su lugar. Soltó un suspiro aliviado al ver que todo estaba bien, se alejó y se acercó a la cama.

¿Como te sientes? ¿Tu cuerpo se relajó un poco?—preguntó algo nervioso por la mirada fija de los ojos morados de Spreen.

—Mis músculos estan más relajados—sonrió agradecido—Gracias por dejarme estar acá, pero ya me tengo que ir.

¿A donde irás? Estás...demacrado—lo último lo murmuró muy bajito.

Tengo que ir al spawn, por ahí está Cucurucho que me prometió darme unos remedios—su sonrisa se deformó por unos segundos.

Cellbit se quedó callado, todo era mentira.

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Capítulo no revisado, puede contener faltas ortográficas (?

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No me fuí mucho tiempo, fueron un par de semanitas pero ya volví con capítulo nuevo

Besos en el poto muak muak <3

Bad Father|Spreenbowl QsmpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora