15

1K 130 29
                                    



—Entonces, no supe qué pasó... sólo me desmayé y desperté aquí.

Win suspiró, escuchando las razones por las que ahora estaban en un hospital, y no en su casa cenando sushi casero y viendo películas de acción.

—Perdóname, Appa—Repitió mirándole.—Sé que hice tan mal que merezco cualquier castigo que me des.

—¡Vaya! Ahora resulta que tengo un hijo tan maduro y responsable que no se quejará por los castigos—Win rió alardeando mientras despeinaba el cabello oscuro de Dome—Has dicho eso muchas veces hoy, y te he dicho que sí. Te perdono.

—¿En serio?—Abrió sus ojos con sorpresa—¿No hay un castigo?

Win suspiró.

—No lo hay.

El menor se removió a su lado y esa extraña mezcla entre culpa y remordimiento se intensificó un poco más.

—Mi intención nunca ha sido lastimarte o hacerte sentir culpable con ellos, sino cuidarte de la mejor manera y hacer de ti un hombre bueno. Tú y yo tenemos un acuerdo, y si tú me hubieras dicho lo importante que era para ti venir a este concierto, yo mismo te habría traído.

Dome respiró con pesadez, sin tener una respuesta para eso, porque en ese entonces el concierto ni siquiera le importaba ¡Ni siquiera sabe porqué aceptó venir!

—Lo siento—Repitió por milésima vez en el día.

Era inevitable no querer disculparse, porque por sobre todas las cosas, había faltado a su acuerdo con Win.

—Está bien...—Lo consoló mientras lo abrazaba—Todo está bien.

Y esa era la única forma en la que Dome podía sentirse seguro.

Win tenía el don perfecto de calmar todos sus miedos con un abrazo de papá. 

Dome se sentía poco merecedor de su cariño, pues es consciente de lo mucho que lo ha hecho sufrir desde antes de nacer.

Pronto, todos esos pensamientos se trasladaron hasta la parte posterior de su cerebro y se dejó acariciar hasta que el sueño llegó.

Durmió tan plácidamente como nunca antes. Tanto así, que de no ser por la llegada de sus tíos y su primo a la mañana siguiente, él seguiría dormido.

—Hemos traído ropa, y algo para que coman—¿Cómo pasaron la noche?

—Muy bien—Respondió su padre, quien ya estaba vestido y arreglado.

Él sí que se despertó temprano, cualquiera pensaría que ni siquiera durmió.

—¿A ustedes cómo les fue? ¿Por qué Mew y Gulf no vienen con ustedes?

—Bien...—Respondió Nani con un trozo de pan en la boca. —Los muchachos se quedaron resolviendo algo matutino—Sugirió con cejas alzadas. —Afortunadamente pudimos conseguir tres habitaciones en el hotel de abajo.

—Win, ¿Por qué no me acompañas  a desayunar a la cafetería de aquí enfrente?—Propuso, dejando encima de la mesa todas las cosas que habían traído—Creo que te haría bien tomar un poco de aire.

—Oh, yo... lo siento, pero no puedo. Tengo que esperar al doctor, porque hoy nos entregan los resultados de los análisis... pero, ¿por qué no van ustedes?

Dome resopló mirando a su tío, para luego dirigirse a su padre.

—Appa, el doctor no llega sino hasta las 9—Sonó como un regaño—¿Por qué no lo acompañas y así te diviertes un poco?

Papá, ¿Qué es Brightwin? - Brightwin ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora