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—¿Qué es eso de lo que quieres que hablemos con tanta urgencia?

La luna llena proyectaba un brillo etéreo sobre el tranquilo jardín, bañándolo en una luz plateada.

Dome y Nani estaban sentados en un banco bajo un sauce llorón.

Nani desconocía el porqué, pero el silencio entre ellos era tenso.

—Sé que te gusta—expulsó el adolescente sin ningún rodeo.

Nani levantó la vista, sorprendido por la seriedad en la expresión del chico.

—¿Qué?

Su rostro se arrugó, honestamente confundido.

—Mi papá. Sé que mi papá te gusta.

El mayor parpadeó, abrumado por la franqueza que había en su acusación.

—No sé de qué estás hablando—Expulsó mientras sus pies hacían movimientos involuntarios, revelando su poco deseo de seguir conversando.

—Dime la verdad, por favor—Insistió, su voz firme pero cargada de inquietud. —Lo sé. Sé cómo lo miras. No puedo seguir fingiendo que no lo veo.

—¿A dónde quieres llegar, jovencito?—Nani centró su mirada en él, buscando tomar el control de la situación—Quiero mucho a Win, como te quiero a ti.

—¡No me mientas!—volvió a pedir, sosteniendo su mirada. —¿Por qué quieres ocultarlo? O... si a caso estoy equivocado, ¿Por qué lo miras así? ¿Por qué te preocupas tanto por él?

—Por que lo quiero, así como tú lo quieres a él y como yo te quiero a ti. Fin de la conversación.

Sus voces comenzaron a levantarse producto de la tensión, pero luego de meditarlo unos segundos, el menor llegó a la conclusión de que así no lo conseguiría.

Le había costado conseguir esta conversación. Mantenerla era difícil, pero no estaba dispuesto a ceder.

—Confía en mí...—susurró mientras extendía la mano suavemente hacia el contrario, buscando contacto físico para reforzar sus palabras—Por favor.

Mientras Nani recibía la mano de su sobrino con nerviosismo, su mente se llenaba de dudas y cuestiones.

Él realmente lo estaba pensando.

Con el corazón latiendo con fuerza y el peso de la verdad cargando en su pecho, se acercó un poco más.

Él no tomó la decisión, simplemente algo en su cabeza no pudo resistirlo y lo dijo en altavoz.

—Lo quiero, lo he querido desde hace mucho tiempo. Pero no de la misma manera que tú lo quieres.—Aceptó, desesperado —Lo quiero como se quiere a la persona de tu vida. Amo su dedicación por ti, amo su bondad y la forma tan única en la que siempre consigue salir adelante. Me gusta su sonrisa y cómo trata a los demás.

Respiró. Largo y profundo. Sintiéndose más mal que bien, aunque desahogarse suponía un alivio para el corazón, así no es cómo sucedió.

El adolescente lo miraba, entonces la vergüenza le invadió.

Dome estaba confundido, sorprendido, incluso un poco herido por la revelación.

La idea de que Nani estuviera enamorado de su padre era completamente ajena para él.

Suponerlo era muy diferente a tener la verdad en la cara.

Papá, ¿Qué es Brightwin? - Brightwin ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora