—¿No te parece que ya es suficiente?—El más alto bufó con recelo—. He estado pidiéndote perdón incansablemente por dos semanas. Que sea tu primo no quiere decir que algún día no me cansaré de tus desplantes.Given parecía indignado, y es que según él, dos semanas no habían bastado para que Dome dejara atrás aquel incidente del que (con mala gana tiene que aceptar), le corresponde una pequeña porción de culpa...
¡Pero, por Dios! Eso ya era parte pasado, y el castaño seguía sin aceptar sus disculpas.
Sus palabras, sus buenas intenciones, sus invitaciones a salir, sus disculpas...
Nada podía contra las barreras de indiferencia de aquel adolescente tan terco.
A pesar de llevar el mismo tiempo viviendo juntos, Dome seguía recriminando sus acciones.
Lo anterior sea dicho; Dome se había instalado en su casa hace aproximadamente dos semanas... esto no resultaba nuevo para ninguno de los dos, puesto que antes del incidente ellos solían hacer pijamadas y excursiones en las que pasaban días enteros juntos... pero ahora el más pequeño de los Metawin se limitaba a mirarlo, analizar sus palabras, responder con algún monosílabo después de un agrio silencio y volver a callar.
Era inquietante.
—Baja los pies de la pared—Escudriñó, sin mirarlo directamente después de un largo silencio.
Eso no tenía nada que ver con su pregunta... pero al menos le había respondido alguna cosa, y ese sería el punto clave para romper sus barreras de seriedad.
—¿Cuánto te pagó mi papá para que hicieras esto?—Chismorreó, deslizando una vez más sus pies descalzos sobre la pared como si fuera algún tipo de desafío.
El castaño bufó por lo alto.
Tener que compartir habitación con Given era desastroso.
Por su parte, Given sólo preguntaba con afán de probar su paciencia..., pues conoce de sobra al ñoño de su primo y sabe que no hace falta que alguien se lo pida. Él puede actuar como una mamá faldera sin ayuda de nadie.
Given solía defenderlo diciendo: Así nació, entonces toca quererlo.
Pero a veces sí, deseaba que Dome fuera menos soso.
—Iré a calentar los macarrones para la cena—Informó de mala gana y se puso en pie camino a la cocina.
El más alto le siguió.
Su estómago comenzaba a rugir, pero preferiría morir de hambre si eso implicaba tener que cocinar y lavar trastes grasientos.
Su plan inicial era pedir alguna pizza, a pesar de que su padre les dejó estrictamente prohibido que lo hicieran, y en vez de eso, dejó unos insípidos macarrones con verduras precalentadas que según él eran saludables.
¿A quién le importaba eso?
La comida estaba hecha para disfrutar.—Lung Win estuvo aquí esta mañana.—Expulsó, fingiendo mirar las calcomanías en la pared con desinterés.
¡Bingo!
El menor dejó todo lo que estaba haciendo para mirarlo.
Sabía que funcionaría.
—¿Cómo está él? ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Vendrá a verme mañana?
El más alto vaciló un poco disfrutando de su interés.
—Iba a contártelo... pero me dio la impresión de que estás enojado conmigo y de que no deseas que te moleste... así que mejor me callo.
Él se empeñaba en parecer indiferente, aunque no se molestaba en ocultar lo mucho que lo disfrutaba, pues ambos sabían que se trataba de un soborno.
ESTÁS LEYENDO
Papá, ¿Qué es Brightwin? - Brightwin ©
FanfictionWin le oculta a su hijo la existencia de Bright, quien tampoco sabe que tiene un hijo.