capítulo 12

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Blake.

7 años atrás...

Torrok era el ser más despreciable del mundo, pero aunque parezca irónico, era lo más cerca que había tenido a un padre presente.

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Sentado en la rama de un pino alto del gran bosque, quitándome el polvo del rostro, esperando que apareciera para felicitarme por la última familia adinerada que había logrado asesinar, además de que había descubierto algo nuevo que mostrarle. Solo vivía porque soñaba en que me elogiara por mis acciones, y hacerme sentir completo.

Escuché su silbido que me perforaba el tímpano, y bajé sonriente del árbol para arrodillarme ante él con alegría en el rostro. Torrok subió desde el núcleo de la Tierra y cuando me vió, se le escapó una amplia sonrisa que arrancó su seriedad, y seguido a eso extendió sus largos brazos para que lo abrazara, fui corriendo a hacerlo.

—¿Cómo está mi pequeño Blake? Escuché noticias de que mataste a la familia Exberry, ya eres todo un vampiro.—Admitió con esa aprobación que me llenaba el corazón que había sido destrozado en mil pedazos cada vez que mataba personas.

Pero haría cualquier cosa por él, era mi verdadera familia.

—¡Sí! ¡Y también descubrí cosas nuevas de mis poderes!—Exclamé dando brinquitos felices sobre las ramas crujientes. El rey de los vampiros me revolvió el cabello oscuro, lleno de hojas y suciedad, mientras lanzaba carcajadas que retumbaban a todos los árboles del bosque.

Me alejé un poco para no hacerle daño, y me saqué mi abrigo verde que me había regalado en mi cumpleaños para hacer mejor mi presentación. Tomé aire frío con mi nariz y cuando exhalé, me desvanecí en una sombra negra que se movía como una corriente del viento. Cuando volví a mi forma, observé la cara impresionada de Torrok, y me hizo sonreír más. Después cerré los ojos, haciendo fuerza hasta que me doliera la cabeza, en unos segundos, le di un mensaje desde mi mente a la de Torrok.

—Holi.—Y después de eso, volví corriendo a donde estaba él, que seguía sorprendido con los ojos abiertos por mis nuevos poderes que descubría cada semana.

—Quién lo diría, también haces telepatía y te desvaneces igual que el dios de los vampiros. Veo un gran futuro en ti Blake. No pensé que diría esto, pero eres mi mayor orgullo.—Admitió Torrok y mis ojos se llenaron de lágrimas. ¿De verdad era su mayor orgullo?

El vampiro entró en pánico por mi llanto de niño e intentó calmarme dándome palmaditas en el hombro. Estuve un rato sollozando, y me tragué los mocos para que no pareciera tan débil. Él aclaró la garganta, y yo ya sabía que significaba. Tenía una nueva misión para mi.

—Necesito que asesines a la familia Jones Rider, es cazadora de vampiros y hace poco asesinó a uno de mis colegas. Yo sé que tú podrás.—Indicó con orgullo.

—Todo por ti, papá.—Respondí felizmente, y después me di cuenta de que le había dicho padre a Torrok, y que tal vez me mataría en ese instante por faltarle el respeto a una deidad, mi sonrisa se torció para abajo y él se quedó impactado un rato, pero después volvió a sonreír. Lancé un suspiro de relajación muy grande.

—En ese caso, tú eres mi hijo favorito.—Bromeó y los dos empezamos a reírnos un largo rato.

Después me volví a arrodillar para despedirme. El hoyo bajo la Tierra se volvió a abrir, y nuestro encuentro semanal terminó.

Me quedé solo, en el medio del gran bosque frío contemplando el pedazo de tierra por el que se había ido.

Pero en ese momento, era feliz.

Un día másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora