capítulo 17

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Desperté alarmada de un salto, y cuando lo hice choqué fuertemente con la cabeza de Blake.
Él sollozó del dolor con las manos en la frente. ¿Me estuvo observando mientras dormía? Ignoré los pensamientos intrusivos. Aunque me dolió bastante, me concentré más en observar en dónde estaba.
Era una habitación amplia y linda, con una cama cómoda, pequeñas ventanas entrecerradas con cortinas rojas, paredes de madera y muchos pósteres de bandas de rock en ellas.

—¿En dónde estamos?—Pregunté analizando el nuevo lugar.

—En la casa de unos viejos amigos, les pedí que se encargaran de ti a cambio de tocar esta noche en el bar, y lavar muchos platos.—Confesó Blake mirando a la ventana que solo daba un rayo de luz pobre.

Asentí la cabeza con aprobación, todavía no podía creer que Blake actuara tan humano. ¿No era el vampiro más temido? ¿Aquel ser que me ponía los pelos de punta con solo su ausencia? Ahora esas afirmaciones parecían irónicas.
Miré hacía la misma ventana pensativa, y después tuve un impulso que hizo quitarme la sábana blanca que me cubría y me quedé impresionada con lo que vi en mi estómago.

—Pero qué...

Ese gran agujero que me había hecho Orkog, ya no existía. Ahora tenía una camiseta grande de un cantante metalero de los 80s que ni conocía y shorts azules rasgados.
Miré a Blake con los ojos muy abiertos por el impacto, y él empezó a removerse en el asiento que tenía al lado de ni cama con incomodidad y estaba sonrojado a tal punto que parecía un tomate.

—Perdona, tuve que cambiarte porque la hemorragia no se detenía. Te juro que no vi nada.—Intervino el silencio con sus palabras nerviosas y rápidas para explicar.

—Me refería a la herida.—Aclaré levantando una ceja con inclinación.

—Ah, claro. Mis amigos son curanderos de las heridas por vampiros, saben mucho de eso.—Respondió llevándose una mano a el cabello para desordenarlo, signo de que estaba nervioso.

En ese momento de paz, alguien le dió unos golpes muy fuertes a la puerta, y gritó que Blake se preparara para empezar a tocar y a lavar los trastes. Inmediatamente, él se levantó de su silla frente a mi cama, pero justo antes de girar la perilla para salir, yo me levanté de la cama dolorosamente y caminé rengueando hacia él.

—¿Puedo ir contigo?—Pregunté suplicando que dijera que sí, pero mi fuerza era demasiado débil y me hubiera caído en el suelo otra vez si no fuera por sus instintos rápidos, que me agarró con sus brazos en el instante que vió verme caer. Cuando pude mantener la estabilidad otra vez, él se masajeó las sienes con estrés.

—No. Tienes que descansar.—Contestó cortante.

—¿Descansar? Después de todo lo que pasó, la palabra en sí ya parece una broma.—Repliqué riendo como podía, porque cada vez que lo hacía me dolía todo el cuerpo.

Blake sonrió débilmente y me rodeó con un brazo para que pudiera bajar las escaleras, llegamos hasta el final y abrimos la última puerta de madera, llegando a el bar de sus viejos amigos que había mencionado antes.

Era bastante reconfortante, tenía muchas mesas redondeadas con dos sillas y una vela en el centro, un gran escenario donde estaban preparados instrumentos musicales, bastantes personas haciendo una fila para entrar y la puerta de la cocina. 
Le di señales a Blake de que fuera a tocar con la banda, mientras yo lavaba algunos trastes desde la cocina.

Los dos seguimos con nuestro trabajo y en tan solo unos minutos, el pequeño bar estaba abarrotado de gente por todos lados. Algunos en las sillas, mesas, y hasta en el suelo, observando al escenario esperando a que el show empezara.
—Sabía que Blake tenía una buena voz, pero no esperaba que tuviera una banda de música.—Pensé mirando a la multitud murmurando acerca de él con entusiasmo, y en cómo habían anunciado su regreso por una noche más.
Sinceramente, el lavabo en donde debía lavar los miles de trastes era bastante aceptable, lo mejor de todo, es que tenía una pequeña ventana en donde tenía una vista exacta al escenario, y a Blake nervioso afinando su guitarra eléctrica roja con cuidado. Todavía me sorprendía que perteneciera a una banda de música. ¿Cómo podía ser tan perfecto en todos sus aspectos?

—¡Hola mi gente de Laopok! Somos Knockout y hoy tenemos por fin de regreso a Blake, ¡Nuestro mejor vocalista y guitarrista!—Aulló uno de los amigos de Blake que estaba en la batería, con los palillos verdes haciendo juego con su cabello.

Todos empezaron a gritar y aplaudir alegremente, y empezaron a tocar canciones que sonaban increíbles. No podía lavar los trastes de la gente escuchando la voz hipnótica de Blake, tal vez había algún conjuro detrás de eso, porque no podía dejar de mirarlo.

—¿Te gusta Blake?—Preguntó una voz femenina desde mis espaldas, y yo me sobresalté acompañado de un grito.

Estaba bastante acorde con el bar, tenía el cabello colorado y ondulado que había intentado amarrarlo con lápices.—Aunque no parecía que le había salido muy bien, porque tenía miles de mechones por todos lados.—Sus ojos eran azules y tenía unas ojeras bastante pronunciadas que solo demostraban sus pocas horas de sueño.
Yo procesé lo que decía, y dejé caer un plato sorprendida.

—¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! Si no fuera porque estoy escapando con él, juro que atropellaría a ese imbécil con un camión más de un millón de veces. Probablemente puede ser la persona más idiota que haya conocido en toda mi vida.—Exclamé enojada y la extraña empezó a llorar de la risa.

—Wow...Sí eres igual a él...Si te interesa, aquí tengo el libro con todas las canciones escritas por Blake. Por cierto, soy Nina, una de sus amigas de este lugar de mierda.—Apuntó ella, guiñando el ojo izquierdo y sacando de una estantería cercana un libro viejo, extendiendo a mi para que lo tomara.

—Shanna.—Me presenté sonriendo.

Lo agarré con mis manos suavemente y abrí el libro con cuidado de no romper nada, pero antes, la voz de baterista volvió a sonar una vez más.

—¡Para la última canción de esta hermosa noche con Blake, tocaremos la canción favorita del público! ¡Con ustedes, Vida vacía!

Al escuchar el nombre de la canción, Blake se puso tan pálido que parecía alguien muerto.

Pero no entendía por qué, si la melodía que empezaron a tocar era tranquila y hermosa.
—Tal vez lo había escrito él.—Pensé observando como cantaba muerto de miedo, pero lo ignoré por un rato para buscar el nombre de la canción en el libro viejo.
Y como era de esperar, allí estaba. Me acerqué a la página para leer detenidamente.

Vida vacía
Escrita por Blake Wade.

En las noches eternas,
La vida de un niño arrebatada,
las lágrimas no fluyen,
Mi inmortalidad es mi condena,
El amor humano,
No es válido para seres profanos,
Un misterio inalcanzable,
Es algo miserable.
Solo quiero ser como ellos,
¿Pero por qué se ve tan lejos?

Me quedé un rato recalculando el sentido de la canción.

—¿Pero qué?—Pregunté al aire, pero Nina —Que cortaba cebollas lentamente para no llorar—, se dió la vuelta y sus ojos hinchados me miraron con incredulidad.

Me quedé paralizada frente al lavabo. Blake salió del escenario rápidamente, saludó al público con amabilidad y se fue a la habitación tan veloz como un rayo. ¿Qué estaba pasando?

—Ya acabaste el turno Shanna, puedes irte a descansar.—Estableció Nina con cansancio, dejé mis platos y abrí la puerta de la habitación en la que se había metido Blake.

Un día másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora