Capítulo 19

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—¿Qué...?—Comencé a preguntar observando cómo la criatura espantosa se paraba en el medio de la habitación, mientras Blake se sentaba con expresión neutral sobre la cama.

—No te preocupes, son esclavos de Torrok que no sirven para atacar, solo envian sus mensajes porque tienen buen olfato.—Explicó él desde lejos.

El monstruo asintió con la cabeza tristemente y se acercó a Blake con paso lento, de su cuerpo negro intenso introdujo la mano y sacó una carta pequeña. Me acerqué a él para leerla y cuando llegué a su lado, Blake la abrió rápidamente.

Buenas tardes Sr Wade,
Levanta la mano cuando desees escuchar el mensaje de Torrok.

Cuando terminamos de leer, Blake levantó la mano, el monstruo inhaló el aire necesario y abrió la boca exageradamente grande, aunque no había otra cosa mas que un vacío inmenso.

Blake Wade. Pensar que yo te crié y aún así, no sirves para una mierda mas que traicionarme. Me enteré que de alguna forma acabaste con Orkog, y matar a uno de los reyes vampíricos implica aún más que la muerte. Mucho más.
Y un consejo de padre, Laopok no es un buen lugar para escapar, en especial cuando uno de mis esclavos te encuentra tan fácilmente.

El monstruo finalizó el mensaje que se oía igual a la voz de Torrok, solo que esta vez no retumbaba toda la habitación. Cuando lo hizo, eructó fuertemente y dejó un olor nauseabundo por todos lados. Pensé que no tenía nada más que decir, pero la cosa esta volvió a abrir su vacío que tenía como "boca".

Es una idiotez terminar con tu propia especie. Razona.

Y finalmente cerró la boca, acompañado de un segundo eructo con el olor aún más intenso. Hubo un minuto de silencio y Blake decidió abrir la ventana otra vez, dejando a el monstruo mensajero largarse por los techos de Laopok a velocidad de la luz.

Nos quedamos un rato sin hacer nada, analizando mentalmente el mensaje tan repentino que había mandado Torrok. ¿Sabía que estábamos aquí? ¿Por qué no hacía nada al respecto? ¿Quién le había contado sobre la muerte de Orkog?

Tenía tantas preguntas, pero las respuestas simplemente no existían.

—Deberías dormir, mañana tendremos que salir de aquí lo antes posible. Yo puedo quedarme vigilando por si algo sucede.—Apuntó Blake con los brazos cruzados y mirada seria.

—Está bien.—Respondí a la par de un bostezo.

Me acosté en la cama, estaba sorpresivamente cómoda, que me hizo darme cuenta del sueño que realmente tenía, pero llamé a Blake antes de cerrar los ojos.
Él vino rápidamente y me preguntó si todo andaba bien. Asentí con la cabeza pero antes de que se diera vuelta, tiré de la manga de su sudadera como señal de que no había terminado.

—¿Cómo eres tan buen besador?—Pregunté.

El se impactó por la pregunta y abrió los ojos de par en par, después empezó a ponerse tan rojo como un tomate, por lo que era inevitable sonreír un poco. Miró hacia arriba y extendió una mano a su barbilla para simular que pensaba en la respuesta.

—Bueno...No voy a mentir, hubo práctica, pero definitivamente tú fuiste mi resultado.—Contestó sonriendo, y después me arrebató un beso rápido que encendió mis mejillas de color rojo.

—¿Fuiste...?—Murmuré para mis adentros y Blake pareció oírlo. Pero aún así, lo ignoró y se fue.

Apagó la luz de la habitación y se sentó en el borde de la ventana para vigilar toda la noche.

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Al día siguiente desperté en la misma cama, y gracias al cielo seguía viva.

Me levanté torpemente y observé somnolienta señales de Blake. Pero me sorprendió que cuando miré hacia arriba, estaba él levitando. ¿Y durmiendo?
Era bastante extraño, estaba del otro lado de la cama pero levitaba al punto de tocar el techo, también dormía con la boca abierta y a cada rato decía palabras sin sentido. Entre ellas pude destacar "Shawna" más de mil veces.

Ignoré por completo el pensamiento de adivinar qué estaba soñando conmigo y me senté frente a la ventana con una roca del bosque para afilar mis cuchillos secretos mientras me iluminaba la luz pobre del alba. 

También aproveché para ojear un poco un libro que me había dado Blake antes de escapar, tenía cada detalle de las especies vampíricas.
Después de unas largas horas, el estupendo vigilante súper seguro, se levantó por los aires bostezando y gruñendo, cuando sentía que no podía gruñir más, bajó de los aires al suelo lentamente y sin querer cayó en este por no prestar atención.
Se levantó torpemente y se sentó en la silla que tenía frente a mí.

—Leí un poco del libro que me diste, y creo que nos conviene ir primero por Arkik, que no es tan poderosa como Torrok. El problema es, que no dice nada de cómo se ve o dónde encontrarla.—Balbuceé con angustia, girando la página del libro dedicada a Arkik que no decía nada de su aspecto.

Blake tardó un rato largo en procesar lo que estaba diciendo, y como brillante respuesta estornudó tan fuertemente que hizo sobresaltarme. Después volvió a gruñir pero entrecerró los ojos, que era su señal de que tenía una idea.

—Creo que mi amigo tiene un libro perfecto para eso.—Estableció y lentamente fue a la estantería para sacar un libro de color verde radioactivo. Lo apoyó en la mesa y sonrió débilmente.

Dirigí la mirada al libro con curiosidad y lo tomé con mis manos. También leí el título que tenía la imagen de un vampiro musculoso y un reptil abrazados. "Teorías conspirativas: ¿Famosos reptilianos y vampiros?"
Arrugé la nariz con desagrado y leí la descripción, que sonaba igual de ridícula que su portada.

—¿Teorías conspirativas? Este libro solo tiene mentiras que escribe las personas delirantes cuando están aburridas.—Opiné frunciendo el ceño.

—La mayoría de veces le dan al clavo, y es un gran problema cómo descubren vampiros tan fácilmente. Aunque la corte vampírica tiene suerte de que la sociedad los considere delirantes, si no fuera así, sería un caos.—Explicó con cansancio, después buscó una página específica del libro y lo deslizó por la mesa hacia el otro extremo, donde me encontraba.

—Carmen Cooper, actriz famosa mundialmente, multimillonaria, destacada por las películas románticas que solo ven las madres en repetición. No puede ser otra persona, solo Arkik haría una fiesta de doscientos invitados en un baño público, aunque generalmente las hace en su estúpida mansión todos los días, porque supuestamente es "Una joven y alocada de veinte años" pero solo yo sé que tiene más de cuatro mil, maldita vieja egoísta.—Exclamó Blake, y yo lo miraba extrañada por el odio que le tenía a ese vampiro en específico.

—¿Qué quieres decir exactamente?—Cuestioné entrecerrando los ojos.

—Que te filtrarás a su fiesta para matarla de alguna manera antes de que sus servidores lo hagan con nosotros, porque probablemente ya saben nuestro plan.—Propuso con normalidad.

—¿Solo yo? ¿Y tú?

—No...De ninguna manera voy a ir. Tengo... Asuntos que no quiero repetir con esa estúpida mujer.—Bramó con voz gélida.

—¿Con quién NO tienes asuntos? Vamos, no vas a dejarme sola.—Supliqué con una mano en su mejilla para convencerlo.

—Es mi ex.

—¡¿QUÉ?!

El agachó la cabeza y se frotó la frente con las yemas de sus dedos. Estaba atónita por lo que acababa de decir. ¿Lo que había visto en la reunión, era su ex? ¿Esa cosa? ¿Cómo lograba tener un vínculo con cada rey vampírico?Torrok era su padre, Orkog su mejor amigo y Arkik su ex-novia. Tal vez por eso tenían especiales ganas de asesinar a Blake, no era solo un traidor, era EL traidor.

—Si no vienes conmigo, te llamaré tomate hasta el día en que te mueras.

—¡ESTA BIEN IRÉ!—Exclamó rápidamente, mientras volvía a sonrojarse al igual que su apodo. —Claramente lo iba a llamar así hasta el día en que lo entierren sin importar qué—.

Sonreí ampliamente y le di un beso en la frente. También me di cuenta que esta vez no tenía tanto miedo, después de sobrevivir a Orkog sentía que tal vez los dos llegaríamos a encontrar la paz algún día, y eso no parecía tan lejano.

Derrotaríamos a Arkik.

Un día másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora