Teníamos un contrato donde especificábamos que no éramos amigos y mucho menos novios, aunque pasábamos más cosas de la que pasaban los novios. La relación es tanto difícil de explicarla pero nos era más fácil vivirla, improvisarla, gozarla.
La familia O'conner son las personas personas más importante de la cuidad de New York y unas de las familias más poderosas ya que son dueños de la empresa de Arquitectos de mayor prestigio y de mayores rendimientos y beneficios para la cuidad.
Robert O'conner es el presidente de dicha corporación y junto a su hijo Chris Alexander un Arquitecto excelente y reconocido en el paso ambos son muy buenos negociantes y arquitectos que han llevado acabo la empresa hacia el éxito. Chris siempre le ha gustado los negocios pues nunca a tenido una vida normal de adolescente siempre ha querido ser el hombre perfecto para los ojos de su familia en especialmente en los ojos de su padre, desde que fue mayor de edad siempre ha estado al tanto de todo desde lo mas diminuto hasta lo más grande. Tiene una actitud bastante difícil. No le gusta que le lleven la contraria es muy arrogante e egoísta es bastante impaciente y no tolera la falsedad.
POV'SCHRIS
—¿Que tal su viaje señor?
—¿Que tienes para hoy?.—Le pregunto distante y sin rodeos.
Mi asistente algo nerviosa busca todos los pendiente que había para la mañana del martes.
—En un momento, señor.—Le contesta un tanto nerviosa.
—Que sea rápido, Rose.—Digo entrando a mi oficina.
Me siento en mi sofá esperando a mi asistente a que me traiga los pendientes, reviso mis correos y nada interesante nada en que me deba de preocupar.
—Aquí tiene los trabajos pendientes con los ruso, señor.—Dijo Rose.— Mañana tendrá una reunión con los gerentes de los distintos departamentos.
—¿Y mi padre?.—Le pregunto arqueando una ceja.
—Esta en su oficina, señor.—Me sonrió nerviosa.
—Hazme el favor y decirle que venga a mi oficina. —Le ordené.—Que sea rápido.
Ella salió rápidamente de la oficina, mire los pendientes que había y sin que nada me sorprenda los rusos quieren hacer negocio con nuestra corporación y es un asunto que debo de hablar con mi padre. Escuche el sonido de la puerta y ví a mi padre entrar un poco serio.
Robert.
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—Para que me necesitas.—Dijo con su voz ronca.
—Mira.—Le mostré los pendientes. —¿Que vamos hacer?
—Hay que pensar con mucho cuidado.—Asentí mientras el leía determinadamente los pendientes.— Nos ofrecen una buena cantidad de dinero es una buena inversión para nosotros pero no me confío de ellos. El terreno no me termina de convencer pero enviaré a los expertos.
Mi padre tiene un buen sentido con las personas que no nos conviene.
—Lo se papá.—Paso una mano por su cabello.- ¿ Lo rechazamos?
