Epílogo

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Un avión aterrizó después de un largo viaje.

Una hermosa mujer sale de ese mismo para subir a una camioneta, usaba unas gafas y zapatos de tacón.

La mujer entró a una casa donde estaba esperándola Cristián. Aquel estaba emocionado al verla que de inmediato se acercó a ella.

Aquella se quitó las gafas y tenía unos hermosos ojos azules. Sus labios estaban pintado de color rojo oscuro, era una rubia hermosa.

—Bienvenida —Cristián la tomo de la mano para luego darle un beso en el dorso de esa misma—. ¿Se retrasó tu vuelo?

—Para nada. Me entretuve afuera con algunas cosas —vocalizó, era la misma voz de la mujer que habló con Dennis cuando había hecho esa llamada en Canadá— pero llegué bien.

—Robert renunció a la empresa de tu hermana. Lo siento mucho.

—Wendy… esa chica al parecer tiene algo especial —sonrió, algo que le hizo muy extraño a Cristián. La mujer nunca sonríe—. Enamorar a un hombre que no siente ningún interés desde el principio, es impresionante. Entiendo por qué mi hermana la escogió.

—Ahora que la empresa le pertenece a los señores, debemos hacer algo para recuperarla —sugirió.

—¿Estás evitando hablar de la chica que me llamó? —lo miró fijamente.

—Eso… fue un error, no volverá a suceder —se limitó a decir.

—Mi hermana seguramente está orgullosa de ti, cumpliste tu promesa. Cumpliste bien con tu propósito, alejaste todos los problemas para que Wendy tuviera un camino sin obstáculos y pudiera hacer bien su trabajo, me alegra que fuiste capaz de lastimar a esa mujer Dennis solamente por la promesa que le hiciste a Britney.

—Cinthia, tu hermana nos dejó a cargo para que pudiéramos proteger a Robert de todo y eso es lo que hicimos, nuestro trabajo terminó o por lo menos el mío sí, no volveré a hacer nada más.

—Por supuesto. Con tal de cumplir una promesa… perdiste a tu novia, eso no era parte del plan pero estoy segura que podrás recuperarla. Y Dennis, bueno, ella no merecía sufrir pero no tenía por qué tratar de conquistar a Robert, mi hermana regresaría de la tumba si Dennis hubiera conquistado a su marido pero gracias a ti no sucedió. Después de que estuvimos tratando de facilitar las cosas para que ellos estuvieron juntos, Lucy llega arruinando todo, parece que todo fue en vano.

—¿Sabías que Wendy está embarazada?

—Fui la primera en enterarme de eso. Me alegra que Robert haya cancelado ese contrato, espero que pueda ser feliz con esa chica aunque verlo con alguien más es difícil… por alguna razón Britney lo quiso así.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó Cristián.

—Sigue protegiendo a Wendy desde lejos, ahora tendrá muchos enemigos, sé que nadie está feliz de que haya logrado enamorar al hombre que perdió a su esposa y yo recuperaré la empresa de mi hermana. Mis padres no la merecen, le hicieron mucho daño Britney… especialmente cuida a Wendy de ellos, mis padres son personas que no tienen piedad.

Cristian le dedicó una sonrisa a la hermana de la persona que fue su mejor amiga.

***

1 año después.

 

 

—¿Dónde está la mamá? —preguntó Alice, al llegar a la mansión donde vivía su amiga.

—Silencio. Vas a despertar a la bebé —aseguró Giselle que se encontraba en la cocina preparando algo.

—¿Y Wendy?

—Está en su nuevo trabajo. Seguro le darán un ascenso —se emociona.

—Que bien por ella. Yo sigo con mi aburrido negocio, de no ser porque gano mucho dinero ya la habría cerrado —bufó, cansada.

—Una gran tienda de moda es lo mejor, ¿de que te quejas?

La puerta se abrió y ahí estaba Wendy. Se acercó a sus amigas lo más rápido posible, su rostro estaba invadida por la emoción.

—¡Lo logré! ¡Me subieron de puesto! —les informó.

Ambas gritaron de felicidad.

—Silencio, van a despertar a Zoé. No quiero que empiece a llorar —les pidió.

Todas se ríen.

—¿Qué haces aquí? —miró a Alice.

—¿Has revisado de celular? —cuestionó aquella.

—¿Tiene algo que ver? —Giselle sacó el suyo para empezar a navegar por sus redes.

—No lo quiero hacer —afirmó la pelinegra.

Giselle queda incrédula al mirar una noticia en el celular. Miró a Wendy abriendo los ojos de par.

—¿Qué pasa? —la chica se pone nerviosa al tener los ojos de su amiga sobre los suyos.

—Robert… él está… él está en una relación con una mujer —soltó.

—Esa mujer es Clarisa —agregó Alice.

Wendy queda sin parpadear pensando que no han pasado ni dos años desde que se alejó de esa casa y ahora confirma lo que afirmaba desde el principio, ese hombre nunca la quiso.

—Es la chica de la fiesta, la que te insultó, ¿recuerdas? —siguió Alice— esa mujer seguramente lo sedujo porque siempre ha estado obsesionada. No te preocupes, se alejara de ella.

—Aunque se aleje, yo no iba a regresar con él, después de todo, no hubo nada —habló por fin—. Ahora trataré de ser feliz como si nunca hubiera pasado nada… ahora mi hija es mi prioridad y voy a protegerla de todo y de todos.

Wendy sonrió para sus amigas asegurándose de que ellas le creyeran cada palabra aunque ni ella sabía si iba a lograr olvidar a aquel hombre que fue su primer amor y al que entregó todo su ser.

En la mansión Decksheimer.





El chófer, el señor Jaime estaba esperando a Robert cerca de la camioneta para llevarlo a un lugar. Cuando el hombre llegó le preguntó:

—¿La encontraste?

—Por supuesto, señor. Ella vive en una mansión, casi afuera de la ciudad y su hija está sana y salva —le contó.

—¿Es niña? —sus ojos brillaron de la emoción en ese momento— ¿Está bien? ¿Cómo se encuentran?

—Le he dicho que sí, señor —sonrió, amablemente—. ¿Necesita que haga algo más?

—Quiero que las vigiles, no dejes que nada les suceda. Le daré espacio a Wendy para que piense las cosas, ella lo necesita después de todo, me dio toda su felicidad y es justo que ahora pueda respirar de nuevo. Si ella decide regresar algún día, yo seré el más feliz.

—Hay un rumor, señor. Todos andan diciendo que usted anda con la señorita Clarisa.

—Pueden inventar lo que se les plazca. Ahora, vámonos —sonrió antes de subir a su camioneta.

El señor Jaime amplió sus labios para sonreír y subió también a la camioneta con Robert.

Adiós tristeza y hola felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora