Capítulo 9

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Antes de que empiecen a leer quería decirles que estuve escribiendo los últimos capítulos por eso estuve sin actualizar. Pero ahora estaré actualizando todos los días.
Estén pendientes :)

Los dejo con el capítulo.

A la madre de Robert se le hizo algo extraño ver la llamada del amigo de su hijo. No siempre la llama, solamente cuando algo sucede.

—Estoy muy bien, espero que usted también... no quiero arruinarle el día pero se trata de Wendy.

—¿Qué le pasó a mi niña? —la señora Sabina se exalta.

—Tuvieron un problema. Lo que pasa es que Wendy fue a un antro pero el punto es que Robert no lo sabía, alguien le envío una foto de ella cerca de alguien más entonces se molestó mucho.

—Ese mocoso sigue portándose mal. Voy a regresar hoy mismo, llegaré mañana temprano por lo mientras deja que mi niña se quede en tu casa para que duerma bien no vaya ser que Robert la lastime. Él es capaz de cualquier cosa cuando se le mete una idea en la cabeza.

—No se preocupe yo me encargo de que no le suceda nada a Wendy. Está con Alice.

—Gracias por avisarme, envíale un saludo a Alice de mi parte —agradeció la señora colgando de inmediato.

—De nada —Cristián sonríe.

Pasaron varias horas y la chica no pudo asistir de nuevo ya que Cristián se tardaría en ir por la mochila que había dejado en la casa de Robert pero también iba llegar tarde así que la pelinegra decidió quedarse con Alice. Se quedó dormida en los brazos de ella cuando terminó de curarle la herida; Alice al verla de esa manera sintió como estuviera viendo a una hermana pequeña y la abrazó después le dijo que podía dormirse si así lo quiere: Wendy aceptó sin dudar.

En la mansión Decksheimer al pasar tres horas Cristián por fin llegó a la puerta. Los de seguridad lo dejaron pasar de inmediato sin dudar. La señora Rosy fue quien lo recibió.

Esperó a su amigo en la sala algunos minutos.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó Robert cuando lo recibió.

—¿Llegué en un mal momento?

—¿Qué quieres? —al parecer no estaba de humor.

—¿Estás borracho? —no recibió respuesta—. No soy nadie para meterme en tus cosas pero no puedo seguir viendo que estés maltratando a Wendy de esa manera, ella no lo merece.

—Ella te contó todo —se ríe.

—La obligué, ¿qué querías que hiciera? La encontré en la calle llorando y con el brazo lastimado, no puedo creer que seas capaz de lastimarla de esa manera —Cristián estaba molesto al ver que su amigo no le daba importancia a lo sucedido— ¿Que te sucede?

—Así que muy amigos, ¿no es así? En verdad tienes un problema conmigo Cristián, somos amigos, me lo dices todo el tiempo pero cada mujer con las que he estado, siempre te involucras con ellas, ¿harás lo mismo con Wendy? Porque con Britney nunca pudiste —dijo burlándose y su amigo se pone furioso pero no quiso demostrarlo.

—¿La golpeaste? —refiriéndose a la pelinegra.

—¿De dónde la conoces? Veo que hablas de ella como si la conocieras desde antes que yo.

—No la conozco, pero al verla llorar casi todo el tiempo me hizo acercarme. Ella es una gran chica que llora por cualquier cosa, además, se ha convertido en una amiga para Alice.

—¿Viniste a hablar de Wendy? Si es así mejor vete.

—No te diré qué hacer, ya eres muy maduro como para saber lo que está bien y lo que no. El domingo celebraré nuestra fiesta de compromiso, vine a recordártelo.

Adiós tristeza y hola felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora