18. Des anges consumes en larmes

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Miércoles 05 de enero de 2022

Leo 

—Sinceramente Danna, me aburres, si tanto quieres hablar de Ella te llevo a su casa—Danna había estado superando su colapso a base de planear rutas de ataque contra la hermana de Max y comentármelas sin para. 

Quise retroceder cuando ella levanto la vista del suelo. Se estaba mordiendo el labio y tenía los ojos llorosos. Estaba claramente molesta, tenía el ceño fruncido y la cara colorada de enfado. 

Normalmente podía hacerle comentarios así cuando estaba abstraída en su propia mente, comentarios que ella no notaba porque era como si no estuviese aquí. Me equivoque al pensar que ya se había ido.

—Bueno, si no quieres hablar de ella deberíamos hablar de tu tema de conversación preferido—Su voz tenía ese veneno que me hacía estremecer, el que me recordaba que si ella quería podía soltar cada cosa pequeña que sabe que me afecta. Y aun así sigue sin llamar a la hermana de Max por su nombre cuando está contigo. me recordó la voz de mi cabeza—¿Por qué no hablamos sobre ti? Ya que amas ser el centro de atención. 

No pude decir nada, estaba boqueando una respuesta hasta que sus ojos se suavizaron y sus hombros se relajaron. 

—Dios, no lo decía en serio, pero estoy cansada, esto jode nuestras vidas y no sé qué más hacer—Se estaba riendo, no eran risitas, eran carcajadas, de algún modo me contagio termine riendo con ella—Creo que podría empezar por dejar de cogérmela. 

Mi risa termino más rápido de lo que debería ser posible. 

—¿¡Que tú que!?—No sabía que sentir respecto a esto, era claro que se besaban, pero... 

—O sea, no, bueno sí, pero... Dios, no lo sé—Ella seguía riéndose. Mierda. 

—Danna, está bien, tranquila, respira, ¿Estás aquí? —Empecé a frotar sus antebrazos y hombros de arriba a abajo, sosteniéndola. 

—No tengo idea. Solo quiero dormir y después fingir que todo es una mala pesadilla—Era preocupante ver que Danna tenía ojeras, era como si cada segundo al verlas me recordase que ella se estaba rompiendo—Ella me está acorralando de poco a poco, odio darme cuenta y no tener forma de evitarlo. 

—Está bien, encontraremos la manera, ¿Quieres distraerte? Podemos ir a comer o algo. —Intente pensar en algo simple, algo que hacer para despejarnos. 

Ella asintió y salió de mi cuarto llevándose los papeles que había en el suelo, resbalándosele alguno que otro. Ya no necesita más estrés así que no le dije que volviera por ellos. 

Me agaché a recogerlos y comencé a leerlos mientras los juntaba en una pequeña pila. Me detuve cuando llegué a uno particular. 

Oh mon dieu 

Estaba agradecido de estar de rodillas porque de lo contrario hubiese caído de cara en el piso. Mi cuerpo se sentía pesado, era consciente de estar temblando. No sé en qué momento la hoja termino en mi bolsillo y la pila de papeles ya estaba completa. Lo único que lograba carburar era enfrentar a Danna sobre sobre esto, pero definitivamente no iba a hacerlo en ese instante. 

Porque claramente me daba miedo la respuesta. 

 (...)

—¿Todo bien, León? Parece que viste a tu abuela—Dijo Danna cuando regreso a mi cuarto. 

Oh, mi abuela era poco en comparación. 

Estaba tratando de respirar, sacudí un poco mis hombros y la mire con una sonrisa calmada. 

Noche estrellada; Así es como quiero morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora