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Miércoles 11 de mayo de 2022

Danna 

5:22 a.m.

La sangre recorría mis labios como si fuese granada recién corta y en lugar de retraerme por el sabor al hierro lo absorbí como si se tratase de agua bendita, mordiendo los labios de Lila para absorber más sangre de la que debia consumir. 

—Me tienes, amor—Murmure con la voz quebrada, viendola a los ojos—No los nececitas a ellos, dejalos  ir—me incline sobre ella, ignorando las astillas que se clavavan en mis dedos por el arbol detras de nosotras. Ella me sostuvo para mantener cierta distancia, subiendo  mi blusa a mis hombros.

—Danna, eres una excelente distracción y un trofeo que todos querrían tomar—Me miro como si yo fuese una deidad encarnada y limpio la sangre de mis labios con su pulgar—Pero ya te tengo en mi vitrina. 

las lagrimas llenaron mis ojos y mojaron mis pestañas y trate de suprimir un grito ahogado. 

—¿No soy suficiente para que los dejes ir?—se  recargo en mi pecho y respiro con fuerza. 

—No. 

Vomite sobre ella cuando la escuche. 

Lunes 9 de Mayo de 2022 

3:00 p.m. 

Iba a matar a Eliot Sato. 

Ni siquiera lo disfrutaría, seria rápido y limpio. Ni siquiera tendrá tiempo de rogar. 

Mateo me estaba sosteniendo por la cintura porque quería romper el cuello de Henry a como diese lugar. Mateo se mantuvo firme en su posición, ejerciendo fuerza en el momento en que Isabela no fue suficiente para contenerme y Max no quería interferir. 

Mateo balbuceo algo que no entendí, pero un segundo después me estaba jalando a un salón vacío. 

Nos encerró ahí y me soltó, me puso el pie cuando corrí a la entrada y tropecé contra mi propia cara. 

—¿Por qué me haces esto? —Lloriquee mientras me levantaba.

—Atacarlo no resolverá nada y lo sabes, Dan—Enterré mis uñas en mi propia carne, me negaba a darle la razón. 

—¡Dejo que se llevaran a Leo! —enterré mis uñas aún más profundo para evitar caer de rodillas. 

—Danna, Leo estará bien—lo mire a los ojos y desee creerlo tanto como él lo creía, quería la infinita esperanza de Mateo. El se miraba seguro de lo que decía, casi como si la misma Lila le hubiese dicho que Leo estaba bien.

Pero yo no era Mateo. No tendría razones infinitas para tener esperanza y aun así me derrumbe en sus brazos mientras el me sostenía y por un segundo pensé que el mundo no era tan horrible. 

Eso era todo. Un segundo, eso es lo que se me permitía. 

—Promete que no iras tras Henry en cuanto salas de este cuarto—Lo miré a los ojos sin responder, temblaba y apretaba con fuerza mis puños a mis costados, apenas pude asentir. —Quiero que lo prometas Danna. Él no me importa, pero sé que tu no soportarías ni un día cargando con su muerte en tu conciencia. 

—Lo prometo. 

Desearía haber cruzado los dedos. 

(...) 

9:00 p.m. 

Estaba dando vueltas por la habitación de Henry, trataba de ignorar los indicios de Leo en ella. No sabía dónde podría estar Leonardo, pero solo escuchaba los audios que Mindy grabo de su reunión pasada que decía que Lila avisaría antes de hacer algo. 

Noche estrellada; Así es como quiero morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora