Al este de la aldea del sonido, a unos 3 días de viaje, uno puede encontrar una pequeña aldea la cual es el foco de comercio de todas las granjas cercanas a ella. Nombrada como "Tres Reyes" por una gran batalla que allí se llevó acabo mucho antes de que siquiera las aldeas ocultas existiesen.
Allí en medio de las casas y de toda la urbanidad del lugar, se encontraba un chico, cubierto con una capucha y con un protector con el símbolo de el sonido colgando del cuello, iba de aldea en aldea, de granja en granja buscando a un hombre, o más bien el rastro de uno.
—Desconozco el nombre de su organización... Realmente no sé si tienen una. —Su investigación lo llevo a un hombre en esta aldea que aparentemente solicito sus servicios.
—¿Sabes que es lo que buscan?.—Plata, como todos. —Encendido un cigarro.— Esto es tabaco de Río grande. También están pasando un mal rato por una organización o algo así. —Dio una profunda calada, casi como si fuera la última que fuera a dar.— Todos estamos pasando un mal rato.
A Kimimaro francamente no le interesaba esa información, pero entendía que ser el desahogo de este hombre le podría brindar la información que necesitaba.
—Dijeron algo acerca de un ojo, creo que se lo querían quitar a alguien o algo así.
«Bien, Konoha probablemente... Seguramente.»
—Ten cuidado muchacho. —El hombre parecía distante. Seguramente tenía preocupaciones más grandes, y aún así se tomó el tiempo de ayudarle.
Con una ligera inclinación de cabeza, Kimimaro dejo un pequeño saco, con no más de 1000 ryo en sus manos.— Muchas gracias.Llendo en dirección a su posada para prepararse para la partida, el albino se encontraba perdido en sus pensamientos, después de todo el país del fuego era inmenso y su objetivo podría estar en cualquier parte. Kimimaro iba tan perdido en sus pensamientos, que no se percato de la presencia de la chiquilla que intentaba hablar con el.
— Di.. disculpe.. —Kimimaro volteo hacia ella, una pequeña chica que no aparentaba tener más de 13 años. Ropajes campesinos y una blanca y pulcra piel.
«La hija de la posadera»
—Me.. me preguntaba si..., ya sabes, te gustaría q.. que te muestre el pueblo... So.. solo si quieres. —la chiquilla tenía los mofletes rojos cuál manzanas, sus manos no paraban de juguetear con la tela de su vestido.
—Lo agradezco, pero ya mañana continuaré mi viaje.
—¡¿MAÑANA?! ¿Tan pronto? —Parecia realmente desilucionada, incluso sus ojos parecieron aguarse un poco.
—Me dirigió a la posada, ¿vienes? —Le tomo un segundo percatarse de lo que acababa de decir, no entendía bien el motivo por el cual aquello salió tan casualmente de su boca.
Una cara de ilusión se formo en la niña, con sus arrebolados mofletes corrió al lado de Kimimaro y lo sujeto del brazo, la niña apenas y llegaba a la altura de su hombro.Caminaron un rato, Kimimaro siendo guiado por la chiquilla entusiasmada.— Mira, aquella es la casa de los Yamada, su hija Lino es mi mejor amiga, y aquella es la casa de los Yoshida, el señor Yoshida es el mejor herrero de la aldea... Aunque creo que es el único.— La torpe risa de la niña sonaba igual que la de cualquier otra niña de su edad, pero para kimimaro era algo ajeno, para el las risas solían llevar consigo una malicia innata que le resultaba peculiares escuchar una risa sin ella.
Continuaron con la caminata (bastante más lenta de lo que el pálido adolescente imagino) hasta que llegaron a la posada. Pero poco antes de entrar, de reojo kimimaro captó algo por un segundo y se detuvo.
—Por favor entra a la posada, en un momento te alcanzo.— El chico en un grácil y delicado movimiento hizo que la pequeña soltase su brazo, y la empujó a la puerta.
La chiquilla solo asintió y entro con algo de preocupación de el semblante «Por lo menos sirve de algo el protector». Con paso firme se camino hacia la arboleda que se encontraba cerca eh incluso se introdujo un poco en ella lo suficiente como para no fuera lo suficientemente visible. De entre las ramas una chica descendió, ropa similar a la que el solía llevar regularmente, cabellos rojos y ojos afilados.
Inclinándose sobre una rodilla y bajando la cabeza, Tayuya hablo.— Orochimaru-sama pide una actualización de su misión jefe.—En efecto el rumor es cierto y el hombre parece estar afiliado a algún tipo de organización. Aparentemente van en busca de un dojutsu, seguramente estén en el país del fuego, deben estar cerca, por los números que aparentemente manejan. No pueden moverse demasiado rápido.
—Cundo estima estar de regreso en la aldea del sonido.
—Tomando en cuanta que tendré que encontrarlos y probablemente enfrentarme a todos ellos, estimo que alrededor de un mes.
Con un asentamiento, la pelirroja se despidió y emprendió su viaje de regreso a su base original.
Kimimaro observó su ida hasta que ya no fue visible a las lejanias. Por un momento la posibilidad de fallar la misión paso por su mente, pero está fue rápidamente rechazada, está era una oportunidad única y que bajo ningún concepto se podía fallar, después de todo, la posibilidad de encontrar a otro miembro del clan Kaguya no aparecía todos los días.
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Naruto Ojos Dorados
FanfictionNaruto buscando ser reconocido a decidido convertirse en hokage, para su desgracia las cosas no siempre son como uno espera y aveces la vida te requerirá en otro lugar en el mundo. En este fic intentaré explorar otra historia totalmente distinta con...