Un sapo y un renacuajo

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Cuando el anbu le aviso que el hokage necesitaba de una conferencia en solitario con el, supo que algo no le iba a gustar de la reunión, y de echo así ocurrió, no solo se le anuncio que dentro de un mes partiría en un viaje para formar parte de la guardia del daimyo, si no que además también debería abandonar a su equipo durante ese tiempo, algo que lógicamente a él le resultaba inaceptable, pero por otro lado entendía la posición de su ex maestro, no podía permitir que los guardias de Danzo realizarán la tarea pues ello significaría la posibilidad de que el favor del señor feudal cambie de bando, algo inaceptable tomando en cuenta la delicada situación política por la que está pasando el Sarutobi.

—¡Oye! Ero Sannín, ¿Tu sabías eso de los bunshins avanzados?.

Un chiquillo pelirrojo lo saco de sus pensamientos, desde que los recogió al salir de la torre hokage, el enano lo había estado bombardeando con preguntas respecto al tema.— Porsupuesto que lo sabía enano, solo no creí que fuera a hacer una gran diferencia.

—¿Porque no lo haría? Ahora puedo entrenar mientras hago las misiones. —Emocionado el muchacho corrió hacia el campo de entrenamiento frente a ellos, ahora cancelaría el jutsu y recopilará toda la información. Después de haber terminado las misiones correspondientes del día, el resto del equipo partió a sus hogares, si bien parecían tener curiosidad respecto a los resultados de Naruto, no era como si este ocultara cualquier información respeto a sus técnicas y progresos, algo que hasta cierto punto molestaba al más alto de sus compañeros.

Viendo detenidamente el campo, alcanzó a ver qué al menos 6 árboles más estaban derribados y sin corteza, muchos otros árboles en la zona también tenian gran parte de su superficie mayormente desprendida, los clones en su mayoría estaban exhaustos en el suelo, alguno lograba subir un par de pasos en los árboles y después salían disparando de su superficie, incluso aquellos colones que solo llevaban una fracción de su chakra tenían dificultades para expulsar solo el necesario.

Jiraiya siempre supo que el control de chakra sería la más difícil de las enseñanzas para el niño, después de todo muy probablemente sea la creatura viva con más chakra que haya existido nunca, pero incluso viéndolo ahora le parecía absurdo todo el chakra que aparentemente este tiene.
Observando cómo este hablaba un poco con sus propios clones también pensó en lo mucho que había crecido, recordaba claramente el día en el que regreso a la aldea para el funeral de su alumno y el momento en el que le presentaron a su ahijado, antes de llegar a la aldea tubo miedo de guardar rencor al muchacho, pero en cuanto lo vio, simplemente supo que lo amaba, como si fuera su carne y su sangre, el era su muchacho.

Lo observó con orgullo, ese enano pelirrojo era su ahijado, ese enano que en el momento de cancelar a sus clones se desmayo y cayó en el suelo, inerte.

Con una ligera risa el Sannín se acercó a su estudiante y lo levanto.
Este estaba aún desmayado y con un hilo de sangre saliendo de su nariz.
«Por eso no te enseñe los bunshins avanzados»

Porsupuesto, por experiencia propia sabía que un bunshin avanzado que ha vivido por mucho tiempo traería un dolor de cabeza al desaparecer, probablemente por toda la información que este transmite al desaparecer. No había que ser muy listos para comprender que aquello multiplicado por 20 y por las casi 8 horas que los clones se mantuvieron entrenando, terminaría en un resultado como este.

Echandolo a su hombro, dió media vuelta y partio en dirección a la casa del enano, siendo ignorante de que allí, dónde la sangre de la nariz de su muchacho calló, había un brote creciendo de a poco.

En el sector Aburame, Shino se encontraba entrando a su hogar como todos los días, como siempre, para llegar a sus aposentos tenía que pasar por la cocina de su vivienda, y allí se encontraban sus padres, su madre preparando la cena le dió la bienvenida con un efusivo y cariños abrazo.— ¿Cómo te fue hoy cariño?

—Bien madre.

Separándose de su madre, avanzó un poco más y estuvo frente a su padre, el cual lo miraba atraves de sus gafas, sentado en una silla en la mesa.— ¿Fue un día productivo?.

Shino se limito a asentir con la cabeza y retirarse a su habitación.
Cuando su padre regreso de su misión le notifico todo acerca de su selección de equipo, la prueba realizada y porsupuesto, lo que sospechaba era un gran potencial oculto en Naruto, este mismo le recomendó proceder como más conveniente viera respecto a Naruto.
Aquello le resultaba peculiar, usualmente le pediría mantenerse al margen, pero ya que esto no fue así y que el mismo no hallaba una correcta forma de proceder con respecto al pelirrojo, optó por informarce.

Pasando temporalmente su lectura de libros del Sannín, Shino comenzó a investigar. Su búsqueda de conocimiento sobre el Uzumaki lo llevo a los registros de clanes en la gran biblioteca pública de Konoha.

Decidió empezar allí, pues el mismo observó las ingentes cantidades de chakra que el más bajo poseía, además de ello, el recordaba qué la mujer de el primer hokage, al igual que Naruto, llevaba el apellido Uzumaki. Sumado a eso, todo el pueblo parecía tener un rechazo hacia el pelirrojo, además de ello parecía que su maestro tenía una mayor inclinación hacia Naruto, algo que dada la compatibilidad de ambos es entendible, pero sumado al resto de factores, es inevitable pensar que algo más grande se estaba divisando desde debajo de la superficie de la situación.

En aquella biblioteca, no logro encontrar mucho, excepto  una pequeña pista que apenas y podía ser considerada como tal, en la sección de clanes, acomodada por orden alfabético, había un hueco en la sección "U", justo por detrás de los Uchija, un hueco perfecto para un pequeño libro como el que el buscaría.

Después de aquello decidió que el día de hoy, continuaría con su lectura de los libros del Sannín, antes de su pausa había terminado con una serie de cuentos los cuales recordaba haber escuchado en su niñez, dicha saga llevaba el nombre de "El Sapo Y La Babosa", sorprendentemente el final de dicha obra le parecía refrescante, pues la babosa en lugar de caer enamorada de el sapo por todo lo que este hizo por ella, la babosa rechazo la última propuesta del sapo, en cambio le ofreció mirar las estrellas juntos una última vez, antes de su partida. Al final el sapo la despide con la lección de que la vida siempre te traerá nuevas oportunidades de ser feliz, y esa nueva oportunidad para el, vino en forma de un pequeño renacuajo al cual cuidar de ahora en adelante.

Porsupuesto aquello le recordó a Naruto, algo que resultaba imposible pues el final de aquella saga de cuentos fue publicado hace ya casi 10 años.

Ya habiendo realizado su rutina preparativa para el descanso, tomo el siguiente de los libros de la colección del Sannín, dicho libro se llamaba " El relato de un héroe caído" aparentemente una secuela independiente de el libro conocido como "Las aventuras de Jiraiya el galante", ya que cada libro era independiente del otro, decidió empezar por este, inspeccionó el libro, en las primeras hojas venía la información del mismo y de su autor, nada nuevo. La siguiente página tenía el índice el cual salto, Porsupuesto que no leería el mismo por miedo a los spoilers. Antes de empezar con el primer capítulo, una pequeña dedicatoria venía en este "Dedicado a la memoria de Yahiko Kussaku, Konan Shito y Nagato Uzumaki, mis amados alumnos."

Shino sacudió la cabeza, sabía que aquello no podía ser una coincidencia, pero llegando a este punto no le quedaba muchos lugares más en los que buscar, por lo menos el solo, concidero solicitar  la ayuda de el clan y pedir toda información relacionada con los Uzumaki, pero dada la posición de su familia dudaba conseguir algo.
Una niña bajita de azulados cabello vino a su mente, tomando en cuenta que aquello iba relacionado a su amado probablemente aceptaría, pero la cantidad de sentimientos que la Hyuga involucraria en la investigación no la convertía en una compañera ideal en el contexto.
Decidió continuar su lectura por ahora, abrió el primer capítulo y sus ojos se desviaron inmediatamente a una palabra, o más bien un nombre, el nombre del que parecía ser el protagonista, aquel nombre lo hizo apartar sus dudas respecto a la Hyuga. «Espero que el clan Hyuga tenga información de los "Uzumaki"»
Aquel nombre que lo hizo cambiar de opinión, era un nombre que conocía bien.
Era Naruto.

Naruto Ojos DoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora