Una Larga Noche

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La suave y cálida luz mercurial iluminaba las calles mientras que los transeúntes abandonaban las mismas con intención de regresar a sus hogares. A excepción de lo que  los turistas denominaban "La Zona Rosa", que no era otra cosa que la zona turística y de "entretenimiento nocturno" de la aldea, el resto de la misma se encontraba bajo un Toque de Queda, el mismo fue impuesto tras las recientes desapariciones de los altos cargos de la aldea, aunque por su puesto, el civil entendía que seguramente, aquel toque de queda, había sido impuesto por las mismas personas que se encargaron de la desaparición de aquellas personas. 

Los murmullos de la chiquilla entre sus brazos lo sacaron de sus pensamientos, casi como si el gesto lo fuera a liberar de aquellas divagaciones, sacudió su cabeza. Era hora de llevar a su hija a la cama y prepararse para una noche de sueño mas, mientras cruzaba su sala y llegaba a la recamara de su hija, no pudo evitar desviar una mirada a la cocina. La perturbadora imagen de ratas saliendo de entre los muebles para huir al exterior le regreso a la cabeza, había intentado deshacerse de ellas con venenos y trampas y al final aquel extraño viento había sido mas efectivo. Sin cuestionarse mucho mas se introdujo en la habitación de su hija eh hizo lo propio dejándola en su cama, sin intención de molestarla mas y queriendo que pueda descansar se retiro de la misma y cerro la puerta tras de si.

Decidiendo que tras aquel largo día de trabajo se merecía un descanso no tardo mucho en lanzarse al sofá, justo al lado de donde su mujer dormía plácidamente, <La vieja olla ya esta rota, debo llevarla mañana con Kuren para que me eche una mano, quizás comprar un nuevo juego de cuchillos no estaría mal, Hana se lo agradecería sin dudas>  Mientras sus pensamientos de diluían en su mente, el gobierno del sueño iba apoderándose poco a poco de su mente, el negro de la ensoñación llego a su mente, y de aquel vacío.... algo emergió, una idea ajena, algo que sabia que no le pertenecía a el, y aun así lo sentía propio, y mientras aquella idea seguía resonando en su cabeza, la repitió con sus inexistentes labios como para probarla.

<Es hoy, hoy será su retorno... Ya Viene.>


Lo único que se escuchaba en aquella intransitada avenida era el chasquido de la graba bajo sus pies tras cada uno de sus pasos, o al menos así se le antojo que era, pues sus oídos apenas le dejaban escuchar algo que no fueran sus propios pasos y el eco que su corazon hacia al retumbar contra su pecho. Por un momento se pregunto si aquello era igual para todos los civiles, al crecer en una aldea ninja, para el, el uso del chakra era indispensable incluso en el mas ligero de los movimientos, incluso después de su "Retiro" siguió usándolo como el que usa sus pulmones para respirar. Nunca se había percatado de lo dependiente que era del mismo. Por un momento, la imagen del sannin recuperándose de los efectos de aquella bebida en un momento el llego a la mente, <<Por supuesto que ese hombre estaría preparado para algo así>> incluso si había abandonado el mundo ninja le era imposible no sentir admiración por el, era uno de los legendarios sannin después de todo.

Poco a poco, la lejana imagen de su hogar empezó a ser visible, si bien el plan había cambiado, la esencia del mismo seguía igual, aunque por supuesto, su condición actual era algo que aumentaría la dificultad de la misión a niveles insospechados.

La imagen de la puerta de su casa derribada le saco de sus pensamientos, el encabritar de un caballo le llego desde su pequeño establo y aquello le tranquilizo, quien sea que haya entrado lo hizo después de que su amada se hubiera ido. Un grito de dolor vino desde el interior de su vivienda, sabiendo la causa del mismo no pudo evitar soltar una carcajada mientras entraba en su hogar.

La vista de 4 ninjas renegados le recibió al entrar, no llevaban bandanas que indicaran que lo fueran, pero por puro instinto supo que eran ninjas, el motivo por el que habia regresado se encontraba tirada en el suelo, la brillante y pulida hoja reflejaba lo que viera cual espejo mientras que el mango humeaba cual caldera, la rabiosa mirada de uno de los ninjas no le hizo mas que aun mas gracia, después de todo, seguía sacudiendo su quemada mano.

-Lo lamento chicos, esa espada solo puede ser empuñada por su dueño. -Aquello era uno de los tres poderes de la espada, evaluó como pasaría a través de los hombres frente a el para poder empuñarla.

-Solo su dueño... Entonces si te matamos... La espada se queda sin dueño.. no?. -El mas bajo de los sujetos reposo su mano el el pomo de su katana y sus compañeros hicieron lo propio.

La infantil lógica del hombre le hizo soltar una risita por lo bajo, sus manos viajaron por uno de los mostradores cercanos y tomo un martillo de uña y una hoz de mano.- Si quieren descubrirlo son bienvenidos. -Por supuesto, aquella lógica era ridícula, si las cosas funcionaran así la panadería de los Zenbuy no habría durado generaciones, pero era inútil detenerse a explicarlo.

Como si sus palabras fueran el retumbar de un gong, los hombres se lanzaron hacia el. El primero fue el genio de la mano quemada, furioso, lanzo cuatro agujas, las mismas fueron desviadas por la hoz en un rápido movimiento, el sujeto le lanzo un puño, Kuren casi pudo sentir el calor del chakra emanando de el mientras se acercaba a su cara, pero aquello era indiferente, en un movimiento descendente, como el de quien intenta partir un tronco de un solo golpe, intercepto el puño con la uña del martillo atravesándolo de lado a lado, el sujeto intento expresar su dolor, pero la confusión llego a su rostro cuando en lugar de gritos lo único que escucho fue un gorgoteo, el de su voz intentando abrirse paso entre la sangre, no fue hasta que su cabeza callo al suelo que se percato, su cuello había sido rebanado cual mantequilla por la hoz del herrero.

El segundo y el tercero llegaron a la par, uno le lanzaba una patada alta a la par que el otro buscaba atravesarlo con kunai en mano, la patada fue recibida por el filo de la hoz, la hoja de la misma se quedo atascada en la espinilla del adversario, el cual cayo al suelo aullando de dolor, el kunai fue desviado por el martillo, el enemigo intento contestar con un segundo kunai pero la algo le golpeo la frente, exhausto cayo de rodillas y a tientas busco la herida, lo ultimo que su agónica conciencia capto, fue que en donde estaba su frente, ahora había un enorme bache.

Kuren afianzo su agarre en su martillo y tomo aire, para poder seguirle el ritmo a estos tipos debía exigirle a su cuerpo cada gramo de energía. Se preparo para enfrentar al enano de la katana, este le esperaba con arma en mano, pero en un ligero movimiento, se deslizo apenas unos centímetros a la izquierda, por puro instinto, Kuren replico el movimiento, supo que hizo bien cuando justo después un proyectil paso zumbando justo donde su cabeza se encontraba, sintió como un cálido liquido emergía de su oreja y se deslizaba hasta su cuello.

Había mas enemigos detrás de el, ahora lo sabia, se sorprendió de que intentaran matarlo, eso significaba que el plan del enemigo había cambiado, sacudió esos pensamientos de su cabeza, era irrelevante pensar en ello ahora. Con todas sus fuerzas, lanzo su martillo a su rival, este lo esquivo saltando a un costado,  aquella acción no solo fue para evadir el ataque, también fue para dejarle camino libre a las flechas, aunque se preocuparía por eso después, se abalanzo al frente, y finalmente sus dedos tocaron su espada. casi a la par, escucho el chasquido de los arcos tras de si, girando sobre si mismo, lanzo un tajo, el enemigo restante ya estaba fuera del rango de la hoja, pero, no del corte. El crujir de la madera tras de si siendo marcada por un surco fue lo que le hizo consciente de su final, y sin terminar de comprender como, su cuerpo fue partido en dos.

Kuren se incorporo lo mas rápido que pudo, observo la entrada de su casa, dos arqueros aprestaban un nuevo par de flechas a sus arcos, fue allí cuando Kuren se percato de la flecha alojada en su abdomen. de un tirón la saco y la tiro al suelo. Afianzo su agarre en la espada. Aquella espada tenia dos habilidades mas, la segunda era almacenar el chakra del portados, y la tercera era extender el radio de corte del arma hasta dos metros, esto ultimo consumía el chakra almacenado. Intento extraer algo de chakra pero apenas podía absorber un hilillo del mismo, fue allí cuando se percato de que el problema eran sus canales de chakra.

Una nueva tanda de flechas fue lanzada, en un movimiento, desvió las flechas, en el segundo, acorto la distancia, y en el tercero, rebanó a los arqueros y salió de su hogar. desgarro algo de ropa de uno de los arqueros, la enrollo sobre si misma y como si fuera un corcho la introdujo en su herida, la desagradable sensación le hizo recordar sus días en combate, rio por lo bajo mientras se montaba en su joven corcel, "Rojo", la idea de cabalgar hasta rio grande para encontrar a su esposa paso por su cabeza, pero rápidamente la rechazo, después de todo, nadie amenazaba a su familia y vivía para contarlo, y con eso dicho, y con eso agito las correas y cabalgo. Debía darse prisa, después de todo, una larga noche les esperaba.

Naruto Ojos DoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora