Naruto Ojos Dorados

Una pluma y una montaña

Una fría brisa entro por su ventana, al asomarse a ella apenas y alcanzó a ver el marco de su ventana, la pesada niebla que inundaba su aldea ya era algo habitual, pero aquella mañana era algo inusual.

Sin reparar mucho en ello, Kuren continuo preparando la comida, dentro de poco su hijo regresaría de la academia, el día de hoy terminaba un año estudiantil, así que traería los resultados de su esfuerzo, de no resultar ser el primer lugar, habría represalias, aunque dudaba que algo así pasará, después de todo ese niño era su orgullo.

Se sentó en su futón y espero a que la comida se cocinara, con una mirada recorrió su sala hasta que sus ojos reposaron en un martillo, un pesado martillo de hierro que siempre dejaba en su estantería, gracias a ese martillo su padre pudo sacarlos de la pobreza, y le dió la oportunidad de convertirse en el ninja que siempre soño ser.

Un ninja, algo de temor recorrió su cuerpo, la nueva prueba de graduación era cuánto menos una locura. Aquella prueba consistiría en acabar con todos tus compañeros de aula, de esa forma solo el más fuerte de cada aula se graduaría.
Algo de tranquilidad llego a el al pensar que el único amigo de su hijo iba un grado por debajo de el.

El tiempo pasó, decidio dejar de vagar en sus pensamientos, porsupuesto que su hijo pasaría la prueba, se había asegurado de enseñarle una correcta esgrima, una esgrima creada por el mismo con sus años de maestría con la espada, tenía la sospecha de que le había enseñado algo de eso a su pequeño amigo, pero aquello era irrelevante, aún era demasiado joven como para ser un maestro capaz.

Se levantó de su lugar y levanto la mirada, y lo que vio lo dejo frío un momento. Un niño cubierto en sangre, uno con un cadáver en sus brazos, en su rostro solo había lágrimas.

  —Lo siento señor Kuren.—Cayo de rodillas y dejo el cadáver en el suelo, aunque su voz parecía monótona, notaba el dolor que cargaba, como si alguien lo estubiera sujetando del cuello, probablemente la culpa.— Los del último curso empezaron a atacar a todos, Feza lucho con ellos para que no llegarán con los de mi generación. —Podia sentir como el ligero cristal que era la voz del muchacho temblaba, amenazando con quebrarse, el mismo sintió como su garganta comenzaba a hacerse un nudo.
—Yo me paralice señor, ¡Quería huir como un cobarde! Feza luchaba para protegernos y yo solo pensaba en huir. —El cristal que es su voz comenzó a agrietarse, sus pequeños puños crujieron al golpear la madera del suelo, probablemente fueron sus huesos.— ¡Me quedé allí parado cuando lo atravesaban con su propia espada! ¡A mí propio amigo, a mi único amigo!. —El cristal se rompió, sus puños continuaron chocando con rabia contra el suelo, y un grito salió de el, desesperación eh impotencia lo impregnadan.— ¡¡YA FUE DEMASIADO TARDE PARA CUANDO ME MOVI!! ¡Y los mate, los mate a todos! ¡Uno por uno les arranque la garganta a mordidas y les saque los ojos con mis propias manos!. —Sus dedos se enterraron en la madera, sus lágrimas se mezclaban con la sangre en su rostro y caían al suelo tiñendolo de rojo.— Si tan solo no hubiera sido tan cobarde, ¡Si tan solo lo uniera ayudado! ¡¡SI TAN SOLO NO FUERA UN COBARDE!!.

El niño continuo sollozando y gritando, el nudo en su garganta no lo dejaba hablar, desvió su mirada al cadáver, los largos cabellos negros cubrían su cara, su delicada cara más semejante a la de su madre que a la de el mismo. Feza... Su muchacho.. había muerto.

No recuerda muy bien lo que pasó después de eso, sabía que el pequeño amigo de su hijo huyó de la aldea, fue culpado por todos los asesinatos ocurridos aquel día, incluso le pusieron un apodo pero no lo recordaba.
Se había pasado el último mes solo cumpliendo misiones por deber, pero realmente no recordaba nada de estás, todos los días para el eran una fotocopia en blanco del anterior, la idea de huir de la aldea y alejarse de todo este mundo corría por su cabeza, pero era rápidamente descartada, después de todo el solo era un arma ninja más, que otra cosa haría un ninja si no matar y hacer daño.