La respuesta

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Las clases ya habían terminado, pero está vez saliendo de la escuela no me dirigí a casa, tenía que comprar algunas cosas que habían encargado para un trabajo de química, así que le avise a mamá que llegaría un poco después.

El día era muy bonito, así que no me molestó caminar un poco más. Al llegar a la tienda compré todo lo que necesitaba para luego volver a casa.

Mientras iba de regreso quise pasar por el parque para apreciar un poco más el lindo día, ya que cuando llegara a casa me iba a ir a encerrar a en mi cuarto como de costumbre, aparte, irme por el parque es el camino "más rápido" para llegar a la mansión.

Hoy Adrien iba a llegar tarde a la casa, ya que saliendo de la escuela tuvo una sesión de fotos, a lo que entendí, esta sesión seria algo larga y como era de esperarse, Ad no estaba muy entusiasmado.

Iba muy sumida en mis pensamientos, ya que no me di cuenta de que había chocado con alguien.

-Lo siento mucho, venía distraída. No me di cuenta. -Ví que la bolsa que traía esa persona había caído al suelo, así que no tardé en levantarla.

-No te preocupes jovencita. -Me respondió una señora de tercera edad, pero a decir verdad no se veía de una edad muy muy avanzada. Se veía una señora elegante y educada.

-Tome, esto es de usted. -Le extendí la bolsa que había caído de sus manos anteriormente.

-Muchas gracias. -Sonrió. -Disculpa ¿nos hemos visto antes? Siento que te he visto en algún lado. -Me miró con curiosidad.

-Eh... No que yo recuerde. -Respondí tratando de hacer memoria.

-Te me haces muy familiar. Estoy segura que te he visto antes. -Dijo confiada.

-Tal vez me ha visto en alguna revista donde salga mi madre. -Le dije, ya que gracias a que mamá es de las empresarias más reconocidas del continente, a veces me toca salir en revistas con ella.

-¿Quién es tu madre? -Preguntó con curiosidad.

-Nathalie Sancoeur. -Respondí con una sonrisa, pero a la señora le cambio por completo el rostro, se veía muy sorprendida y confundida.

-¿Está bien? -Pregunté al ver su notorio gesto de sorpresa.

-¿C-cuál es tu nombre? -La señora apenas y pudo hablar de la sorpresa.

-________ Sancoeur. Un gusto. -Volví a sonreír.

-¿C-cuantos años tienes jovencita? -Preguntó aún más desconcertada.

-Catorce, estoy por cumplir quince en (tu mes de cumpleaños).

Ahora el rostro de la señora en vez de parecer más tranquila, parecía que había visto al mismísimo fantasma de Canterville.

-O-oiga, ¿enserio se encuentra bien? -Le pregunté confundida y algo preocupada.

-T-tú... ¿No has escuchado de mi? -Honestamente ya no sabía ni cómo describir su rostro.

-Si me dijera su nombre tal vez pueda hacer memoria. -Trate de darle una sonrisa pero yo estaba igual de confundida que ella.

-Mi nombre es Andrea Laurent, ¿no te suena el apellido? -Preguntó con un poco de esperanza.

Yo traté de hacer memoria al escuchar su apellido, pero nunca lo había escuchado.

-No, lo siento. -Hice una mueca de tristeza.

Nuestro hilo invisible (A.A /C.N x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora