Diría que después de un día lleno de actividades había logrado dejar de pensar en Heeseung, como dice el dicho: mente ocupada corazón que no extraña, pero no era así. No lograba concentrarme en lo que hacía, en mi mente solo divagaba el recuerdo de esos ojos cansados mirándome.
¿Pero por qué lucía así? Quizá...estaba arrepentido.
Mi ensimismamiento en mis pensamientos no pasó desapercibido por mis amigos, quienes enseguida intentaron levantarme el ánimo.
—Oigan, habrá una carrera hoy por la noche. Me gustaría que fueran —dijo Hyunjin mirándonos con emoción.
Entorné mis ojos hacia él de manera cautelosa.
—¿Eso no es ilegal? —cuestioné mirándolo incrédula.
El pelinegro pareció pensarlo un segundo pero después se encogió de hombros, sonriendo de lado. —Si, pero será divertido. Mira bonita, a veces tienes que dejar de ser tan correcta y tomar riesgos, así la vida es más divertida. —dijo apretando ligeramente mis hombros, su voz intentaba persuadirme.
—¿Tú vas a correr? —preguntó Soobin curioso, lo miré mal no podía creer que no estuviera en contra.
—Así es, deben estar en primera fila —esta vez se inclinó hacia mi para susurrar a mi oído—. Puedes animarme diciendo: ¡Vamos oppa, tu puedes!
Puse los ojos en blanco mientras negaba alejándolo, jamás diría eso.
—Vamos Hye, podría ser divertido —dijo Soobin sacudiendome por el brazo, justo como lo había hecho antes en la cafetería.
Una gran frialdad se reflejó en mi mirada, esperaba que eso fuera suficiente para que recordara el día en que me dejó sola en un lugar lleno de gente desconocida sin estar en sus cinco sentidos. Afortunadamente ese día llegué bien a casa, gracias a...
Heeseung.
—Sabes que lamento mucho lo que pasó, no volverá a ocurrir. Debí haber sido más responsable contigo, esta vez seremos como uña y mugre. —dijo elevando su dedo meñique hacia mi.
Entrecerré mis ojos, examinándolo de pies a cabeza. Su impaciencia no se hizo esperar, sus ojos me miraban ansioso. Solo esperaba que se refiriera a él como mugre.
—Bien, pero este será mi último voto de confianza hacia ti, espero que no me defraudes.
Lo miré una última vez antes de unir nuestros meñiques, sellando el pacto entre nosotros.
—Entonces nos vemos a las once en la carretera abandonada detrás del matadero —dijo Hyunjin mirándonos atentamente, por su tono de voz creí que estaba bromeando.
—Eso suena aterrador, pero más que eso sospechoso —reclacó Soobin mirándolo con cautela.
—Es una carrera ilegal, ustedes lo dijeron. Ellos tenían que ser precavidos y llevarlo al lugar menos visitado de la ciudad —respondió el pelinegro restándole importancia—. Da igual, necesito irme.
Ambos despedimos a nuestro amigo y luego nos miramos. Soobin estaba que estallaba de la emoción y yo solo lo miraba aterrada, no quería matar su ilusión pero en mi cabeza me planteaba todo tipo de malas situaciones.
¿Qué sucedería si ocurría algún accidente? ¿Si ocurría una pelea y salíamos involucrados? ¿Si aparecía la policía y nos detenía a todos los presentes? Bueno, de algo le habrían servido mis ideas a mi hermano para sus novelas, ¿verdad?
—Deja de estar pensando en tonterías. Mira, vinieron por ti, iré a buscarte por la noche. Iremos en taxi, dudo que papá me preste su auto si le digo a dónde vamos —dijo Soobin mostrándose preocupado de solo imaginar la situación.
ESTÁS LEYENDO
✦ˑ 𝗣𝗋𝗈𝖿𝖾𝗌𝗈𝗋 𝖽𝖾 𝗆𝗎́𝗌𝗂𝖼𝖺 𝄞⋆| 𝗟𝖾𝖾 𝗛𝖾𝖾𝗌𝖾𝗎𝗇𝗀
Fanfiction➥ En un mundo lleno de ruido y distracciones, a veces nos encontramos con algo que nos cautiva de una manera única y especial. Nuestra protagonista se encuentra inmersa en una vida cotidiana monótona y aburrida, hasta que un día escucha una melodía...