24

205 26 1
                                    

JIHYE.

Al despertar, lo primero que vi fue a Heeseung, durmiendo a mi lado, con su brazo rodeando mi cintura. Anoche no pasó nada fuera de lo común, solo compartimos algunos besos y unas cuantas caricias, pero nada más.

Con cuidado, extendí mi mano para alcanzar mi celular en la mesita de noche. Eran las ocho de la mañana, un tranquilo domingo, y mi pantalla mostraba una cascada de notificaciones. Había varias llamadas perdidas y mensajes de Sejun y Ji-hyun, ambos preocupados por mi paradero. Entre esos mensajes también estaban algunos de Hyunjin y Soobin, pero hablaban de temas completamente diferentes.

—Hye... —murmuró Heeseung, frotándose los ojos, adormilado—. ¿Sejun volvió a llamarte? —me preguntó, aferrándose más a mí y apoyando su cabeza en mi pecho.

—No desde hace como una hora —respondí, sintiendo un nudo de nerviosismo formarse en mi estómago.

—Le dije que estabas conmigo —dijo como si nada, su tono casual.

Lo miré, sorprendida. ¿De verdad lo había hecho? ¿Y Sejun lo aceptó sin más?

—¿Qué? —musité, todavía tratando de entender lo que acababa de decir.

—Contesté una de sus llamadas y le dije que estabas conmigo —repitió con calma.

—¿Le dijiste que pasamos la noche juntos? —pregunté, mi voz traicionando la ansiedad que sentía.

Heeseung me miró, con una sonrisa divertida en el rostro. — ¿Por quién me tomas? Todavía no estoy listo para morir. Le dije que te cité temprano para ayudarte a practicar para tu prueba del club de música.

Dejé escapar un suspiro de alivio, soltando el aire que no me había dado cuenta de que estaba reteniendo. La verdad es que nunca había considerado cómo reaccionaría Sejun si se enterara de que estaba viendo a alguien, pero una parte de mí estaba aterrorizada. Siendo la menor de la familia, siempre me habían protegido demasiado, y el pensamiento de decepcionarlos me hacía sentir vulnerable. Principalmente al estar viendo al amigo de mi hermano mayor a escondidas.

—¿Entonces, ahora sí vamos a hacer lo que vinimos a hacer? —pregunté, alzando una ceja mientras me acomodaba en la cama. La pereza de salir de ella aún me dominaba.

Heeseung soltó una risa suave, su mirada chispeante mientras se inclinaba sobre mí. —¿Y qué crees que vinimos a hacer? Yo diría que a darnos unos buenos besos —murmuró con un tono juguetón antes de rozar sus labios contra mi sien. Dejó un suave rastro de besos desde mi mandíbula hasta mi cuello, deteniéndose finalmente en mis labios, donde su beso se volvió lento y profundo.

Por un instante, le correspondí, perdiéndome en la calidez de su boca, pero me aparté antes de que las cosas fueran demasiado lejos. Sabía que si no parábamos ahora, lo tendría entre mis brazos todo el día, atrapados en este dulce juego. —Hablo de practicar para la prueba de música. Dijiste que ibas a ayudarme —protesté, haciendo un puchero mientras lo miraba con fingida indignación.

Heeseung soltó un suspiro dramático, rodando los ojos mientras se dejaba caer a mi lado en la cama. —Siempre tan aplicada, Jihye. ¿No podemos disfrutar un poco más de la mañana? —dijo, aunque su tono estaba teñido de una ligera diversión.

—Tal vez si terminamos rápido, podamos tener tiempo para... otras cosas. —Le guiñé un ojo, provocándolo mientras me incorporaba, alejándome de la tentación que representaba su cercanía.

Heeseung me observó con esa intensidad que siempre me desarmaba, pero tras un momento, se levantó también, con una sonrisa en los labios.

La mañana pasó de forma tortuosa. Luché con la misma parte de la partitura durante media hora, equivocándome una y otra vez. Agradecí la paciencia de Heeseung, quien me corregía con una mezcla de suavidad y firmeza. Finalmente, después de mucho esfuerzo, conseguí tocarla correctamente. A medida que avanzábamos, entendí mejor lo que él había dicho: la pieza no era particularmente complicada, pero para alguien como yo, que apenas comenzaba, resultaba difícil recordar todas las notas.

✦ˑ 𝗣𝗋𝗈𝖿𝖾𝗌𝗈𝗋 𝖽𝖾 𝗆𝗎́𝗌𝗂𝖼𝖺  𝄞⋆| 𝗟𝖾𝖾 𝗛𝖾𝖾𝗌𝖾𝗎𝗇𝗀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora