ᴅᴏꜱ

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Jungkook

No veía en qué momento se iba a terminar la clase, de verdad la detestaba, ninguna de las materias me llamaba la atención a excepción de química, lo cual era bastante raro. Cuando ya casi estaba a punto de dormirme sobre mis antebrazos, el timbre sonó dando por finalizada la clase. Tomé mis cosas y salí al pasillo junto a mis amigos.

—Jungkook. —Llamó Sotta jalándome del brazo. —Tenemos que esperar al chico nuevo ¿No crees?

—Oh, cierto. Lo había olvidado. —Rasqué mi cabeza un poco desanimado por el cansancio y me apoyé en el marco de la puerta mientras veía al resto de mis compañeros retirarse, no había rastro alguno de la lagartija.

—¿No crees que se está tardando mucho? —Preguntó Blake asomándose por la puerta. — Aparentemente no piensa levantarse, está muy tranquilo en su asiento.

—Jungkook, deberías ir por él. —Dijo esta vez mi otro amigo, apoyando la mano sobre mi hombro en lo que colocaba los ojos en blanco.

—¿Por qué yo? —Pregunté fastidiado.

—Porque siempre has sido tú el que se dirige a la presa primero. Vamos Jungkook, sabemos que entre nosotros has de ser el más astuto y el que más le importa una mierda. Sabemos cuánto te gusta joder a personas como él. —En cierta parte sus palabras me dieron los ánimos suficientes para que mis pies se dirigieran por si solos hasta aquel pupitre donde se encontraba el chico del cabello negro observando los dibujos que contenía la portada de su cuaderno.

—Hey, inútil. —Llamé apenas me encontré frente a él y este ni siquiera artículo alguna palabra o movimiento, sólo se mantuvo paralizado, así que decidí hacerlo a mi manera. —Será mejor que me mires o haré que lo hagas. —Aquel chico aún seguía cabizbajo como si no pudiera escucharme, por lo que arrebaté de sus manos aquel cuaderno y lo lancé a alguna parte del aula de clases. Este se quedó petrificado observando sus manos temblorosas como si tuviera miedo de subir la mirada y antes de que pudiera tirar de su cabeza hacía atrás, sus ojos se encontraron nuevamente con los míos, volviéndome a perder en ellos.

¿Qué tenían sus ojos que hacían llamar tanto mi atención?

Sacudí la cabeza dándome un pequeño golpe en la nuca y desvíe inmediatamente mi mirada. —Ve a recoger tu cuaderno, te esperaré afuera y date prisa si no quieres llegar a tu casa con un moretón en la cara. —Escondí mis manos dentro de los bolsillos de mi pantalón retirándome del lugar.

Mis amigos no se encontraban por ninguna parte, mi teléfono estaba vibrando al recibir un mensaje de Sotta diciéndome que no me moviera de donde estaba y les esperase.

Jimin salió del aula creyendo que yo no le había visto, pero antes de que tan siquiera pudiera darse la fuga, lo tomé del hombro y lo empujé hacía la esquina de un casillero. —Quédate allí, no te muevas hasta que te diga.

—Pero mi madre me está esperando en casa, no quiero preocuparla si llego más tarde. —Así que era un chico obediente y casto. Menuda mierda, pensé.

—No me digas que eres un niño de mami. —Bufé en medio de una burla observándole con arrogancia. —No me importa lo que piense tu madre, te quedarás aquí ¿O prefieres que tu mamá se preocupe más por verte un hematoma en la cara? —Él negó rápidamente con la cabeza haciéndome reír, era tan débil.

Los chicos llegaron al instante queriendo unirse a la diversión. — ¿Así que niño de mami? Esa es la primera fase de un maricón. —Comenzó a reír Sotta. Yo me encontraba sonriendo esta vez mientras me mensajeaba con una de las chicas con la que me vería al salir de clases.

—Hemos visto tus notas y tu promedio, niño lagartija. Eres bastante sobresaliente, por lo tanto, no te importará a partir de ahora ayudarnos con nuestros trabajos curriculares, no queremos perder el año, pero necesitamos tiempo para atender a las señoritas. Serás como nuestra nueva mascota. —Dijo Blake sacudiendo el cabello de Jimin de forma brusca.

Último latido (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora