ᴠᴇɪɴᴛɪᴜɴᴏ

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Jimin.

Luego de ese incomodo reencuentro, el profesor me había ordenado sentarme junto a Jin, ya que era su único conocido y él era nuevo en el instituto. Muchos murmullos comenzaron a escucharse y uno de ellos fue un "maricones" provenir de Sotta, amigo de Jungkook. Pero él nunca dijo nada al respecto.

Pude percatarme de la mirada asesina y fija que Jungkook mantuvo durante toda la clase ¿Acaso esta vez si miraría donde estuviera yo? ¿Debería aprovecharme de la situación? Suspiré y negué con la cabeza.

Jin me estaba contando como había sido su vida en sus últimos años, pero si me preguntaran para hacer un resumen de ello, me quedaría en blanco por completo. No le estaba prestando mucha atención.

Mi cabeza solo divagaba en Jungkook, el hombre que no podía sacar de mí.

Hablando de aquél, este decidió desaparecer con sus amigos y yo solo di un largo suspiro al verle marchar. Lo cual Jin no paso desapercibido.

-Creo que tienes mucho que contarme con respecto al chico de la mirada asesina.-Dijo él y reí ante el apodo. Realmente necesitaba desahogarme y lamentablemente solo tenía a mi ex para hacerlo, después de todo se le veía muy cambiado. Creo que esta vez abriría mi corazón.

...

—Así que es tu novio y hace todas esas cosas. —Dijo él y yo asentí.— Sí es así como dices, por la experiencia que he tenido, te digo que no te ama de verdad. —Me hice oídos sordos a lo que había dicho, no quería pensar que fuese así.— No deberías estar detrás de una persona que no hace nada por ti ¿Hasta cuándo más vas a esperar?—En eso él tenía toda la razón, pero simplemente no podía dejar a Jungkook.— Jimin... —murmuró y tomó mi mano haciendo que mis ojos se expandieran. Guié rápidamente mi mirada hacía él y este se acercó un poco.—Esta vez soy diferente, no soy el mismo chico inmaduro que conociste, si lo dejas puedo hacerte feliz. —Puse mis ojos en blanco safandome de él y me levanté del césped.

—Si vienes con esas intenciones, prefiero no confiarte nada más, Adiós.—Él quiso detenerme pero yo fui más ágil y me dirigí a casa, necesitaba pensar a solas. Aprovecharía todo ese rato en el que Jungkook estuviese fuera con sus amigos.

Como amaría poder salir con él y que me exhibiera orgulloso como su novio. Pero mientras más lo soñaba, más lejano lo veía.

Me recosté contra la puerta al llegar y me dí cuenta que Jungkook yacía allí en el mueble.—¿Qué haces aquí tan temprano?

— ¿Porqué? ¿Pretendías invitar a Jin mientras no estuviera? —Fruncí el ceño y esa fue la gota que derramaría el vaso.

—¿Realmente te pondrás con este chistesito?

—Pues tu te le veías cómodo con él. Deberían regresar.— Bufó y sonrió cínico.

—Tan cómodo como tu te ves cuando las chicas se sientan en tu regazo y te dan besos en el cuello. —Chillé molesto y su sonrisa se borró de inmediato.

—Jimin...—Murmuró.

—Capaz y si vuelvo con él no se avergonzaría de mi como lo haces tu, no se cuánta mierda tendré que soportar o cuánto tengo que seguir esperándote. —Admití y le lancé el bolso.— A veces siento que te odio.—Me arrepentía de haber dicho lo que dije, pero no lo estaba soportando más. Comencé a llorar y corrí escaleras arriba, sentí grandes zancadas detrás de mí. Sabía que él vendría, pero no lo quería en este momento.

De nada sirvió empujarlo, removerme de un lado a otro. Sus brazos eran más fuertes y él no me soltaría.—Odio verte llorar.

—¿Y porqué no haces algo para evitarlo? ¿Porqué buscas hacerlo? —escondí mi rostro sobre su pecho y lo abracé con fuerza. Se sentía como buscar consuelo en el mismo fuego que te quemó, como pasar la herida sobre el arma.

Último latido (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora