Jungkook
Aquel chico se sentía tan frágil entre mis brazos, su respiración era pesada como si tuviera algo dentro de él presionándole. Mi mano por impulso se posó sobre su cabeza y mis dedos empezaron a enredarse en su cabello, era demasiado suave. La curiosidad me venció y dejé que mi nariz se adentrara entre sus hebras, mis fosas nasales inhalaban su aroma, mis ojos se cerraron ante ello sin dejar que mi mano detuviera sus caricias, era adictivo y no podía parar.
¿Quién era este chico y que estaba haciendo conmigo?
Su cabello cosquilleó contra la punta de mi nariz y me percaté que este había levantado su cabeza. Sus ojos brillaban mientras unas lágrimas se escapaban de ellos, pero mis pulgares las atraparon justo a tiempo. —Te llevaré a casa. —Le susurré y el muchacho asintió sin despejar su visión de la mía, y la verdad yo tampoco quería hacerlo.
Me aparté apenas de él ya que el baño era bastante pequeño y me di vuelta decidido a tomar la manilla de la puerta hasta que algo dentro de mí me detuvo, debía decirle algo antes. Y allí ocurrió ese algo que iba a comenzar a darle un giro completo a mi vida.
Me di la vuelta, pero él estaba tan cerca que nuestros labios se rozaron rápidamente, casi fugaz, podría jurar que el segundo en el que sentí la suavidad de sus labios pasó a cámara lenta. Algo extraño e insoportable molestó en la parte baja de mi vientre dejándome completamente paralizado. La pregunta volvió a surgir en mi cabeza mientras apenas dirigía mi mirada hacía el cabizbajo con mejillas sonrojadas, sonreí negando con mi cabeza y volví a hacérmela ¿Quién era este chico tan extraño?
Abrí la puerta tomándolo de la muñeca para sacarlo de sea lo que fuera que estuviera en su mente, observé lo pequeña que se veía su mano y quise agarrarla, pero solo detuve mi impulso dejando caer su muñeca ¿En qué mierda estaba pensando? Si algo había decidido yo, era que a partir de hoy iba a dejar de consumir drogas porque me estaba cayendo pésimo. Debía deshacerme de este chico antes de que siguiera descontrolando mis emociones.
Tomé las llaves prestadas del auto de Sotta y subí a este con Jimin, teniendo cautela, evitando que las personas en el lugar pudieran percatarse de aquella escena. El resto del camino no fue más que un silencio incomodo, la mirada del chico a mi lado se encontraba perdida en cada paisaje que se veía a través de la ventana.
—Muchas Gracias. —Dijo rápidamente arrastrando sus palabras sin siquiera mirarme a la cara. Cuando quiso bajarse del auto, se tropezó casi cayendo contra la acera y le tomé del codo rápidamente percatándome que aún se encontraba bajo los efectos del alcohol.
-Aún estás ebrio, déjame ayudarte. —Ofrecí mientras volvía a sentarlo, me bajé del auto dándole la vuelta hasta llegar donde estaba él. Pasé mis hombros debajo de sus antebrazos quedando su rostro a pocos centímetros del mío, si miraba sus ojos sabía que perdería, así que decidí mirar sus labios rosas... Mala idea.
Mordí mi labio lleno de frustración y miré hacia un lado mientras lo llevaba literalmente arrastrado hasta la puerta de su casa. Tomé las llaves de su bolsillo provocando a este sonrojarse y abrí la puerta dejándolo de pie sobre el umbral. —Sano y salvo. —Dije divertido tomando sus manos y depositando las llaves en ellas. Por una extraña razón amaba lo suave que se sentía la piel de sus manos y me preguntaba cómo se sentiría el resto. La sangre subió a mi rostro y mis ojos se estrellaron literalmente dando una sacudida de cabeza.
—¿Te encuentras bien? —El chico agachó un poco el rostro tratando de buscar mi mirada y cuando la encontró, aquello hizo chispa dentro de mí.
—Sí. —Respondí secamente y me burlé de la reacción asustada del chico al escucharme. — Así que Jimin... ¿Puedo llamarte Min? Realmente soy una persona muy floja y tampoco me gusta hablar demasiado.
—Oh, claro. —Asintió rápido mientras sonreía mirando al suelo.
—¿Ahora qué sucede?
—Nadie nunca me había puesto un sobrenombre. —Dijo jugueteando con sus dedos y le miré extrañado, menudo niño tan raro.
—¡No empieces con tus estupideces! —Le dije mientras le proporcionaba una leve palmada en la nuca.
—¡Auch! —Se quejó mientras sobaba el lugar donde le había palmeado y al mismo tiempo se reía.
—Estás loco, será mejor que te vayas preparando para subir esas escaleras. —Le dije apoyando mi mano en su hombro y me di vuelta comenzando a caminar de regreso al auto. —Adiós.
—Adiós, Jungkook. —Le escuché por detrás, mi nombre en sus labios se escuchaba tan suave, justo como una melodía. Me di vuelta antes de subir al auto y me percaté de que la puerta ya se encontraba cerrada, no sé cuánto más tiempo estuve allí parado observando aquella casa fijamente. —¡Hey! —Me sobresalté mirando hacia la ventana de Jimin. —¿Acaso no piensas irte nunca? —Preguntó bostezando y me burlé de él haciéndole una seña con la mano avisando que ya me marchaba.
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Último latido (Kookmin)
RomanceJungkook es un chico rebelde que desconoce el amor y piensa que la felicidad se encuentra en su vida promiscua la cual el considera perfecta. Pero ¿Qué pasaría si el comenzara a sentir aquellas emociones desconocidas. Y que la persona que se la...