Claris estaba absolutamente fascinada, disfrutando cada rincón, paisaje y cada bocado de comida. Tomó miles de fotos, nunca la había visto tan feliz. Para ser sincero, su compañía hizo que disfrutara de Holanda incluso más que la última vez que estuve aquí.
Al cumplir 10 días llego el momento, le pediría a Claris ser mi esposa en Vondelpark justamente aquí, porque ella me habia dicho que este era el lugar que más quería conocer.
Ese día le dije que fuéramos a caminar al parque para poderlo recorrer todo, caían unos hermosos rayos de sol que pintaban sus ojos de un color hermoso, una brisa fría también quiso ser testigo de ese momento. Claris andaba gabardina café al igual que su boina recuerdo que se veía como una hermosa francesa yo estaba nervioso trataba de disimular al máximo, pero no podía simplemente estar como si nada, este eres un día importante, llegue al parque justo en el punto donde estaría el fotógrafo logre verlo según la descripción que me dio a Maggie.
Luego de recorrer la mayor parte del parque nos sentamos en una banquita a comer un helado.
— He amado cada minuto este paseo, deseo como quedarme aquí para siempre, dijo Claris respirando fuertemente
— Y todavía nos faltan bastantes días aquí, le dije mientras tocaba su nariz
— Gracias John este ha sido el mejor regalo de cumpleaños, estar aquí es un sueño
— Gracias a ti Claris
— ¿Por qué?
— Estos años a tu lado han sido Maravillosos
— Que dices John, para mí esto ha sido increíble todos los días me pregunto qué fue lo que hice para tenerte, has hecho cada día de vida increíble
Nunca deje de ver a Claris como si fuera magia incluso ese día veía su rostro y estaba seguro de lo que iba hacer. Holanda seria mi aliado para este gran día y este hermoso cielo nuestro techo nunca había estado tan decidido de algo en mi vida.
— Sabes el primer día que escuche tus tacones en la alfombra del consultorio el corazón se me quería salir del pecho, desde ese día cada minuto doy gracias a la vida por ponerte en mi camino, caminar contigo de la mano, escuchar tu sonrisa cada día , oler tu cuello son cosas que me llenan la vida y quiero tener esto toda mi vida porque ya no imagino una vida sin ti .
Tu forma de amar es indescriptible, tu inocencia tus ganas de vivir la vida tocan lo más profundo de mi corazón , tu voz es mi música favorita, tus manos mi perdición y sin decir que tus besos me calman en mis peores momentos.
—Amor, John....
— Claris cada vez que estoy justo al borde de la locura con el hielo quemando mis manos y siento las tuyas entiendo que tú eres todo lo que está bien en este mundo. Cada mañana espero tu llamada y en las noches no me duermo sin tu mensaje, nunca creí en las almas gemelas hasta que llegaste tú, con tu sencilles y tú te de frutos rojos.
Te voy a decir algo en las noches de lluvia sentando en sofá imagino lo lindo que sería una casa con una chimenea y cada noche de lluvia sentarme a escucharla contigo hasta que cada día nuestras manos se vallan arrugando juntas.
Suspire, tome aire y le dije — Gracias por salvarme, los cumpleaños, las navidades, la vida.
Saqué el anillo y continúe
— Mi estimada Claris Olsen quisiera que me acompañes toda la vida hasta que envejezcamos juntos frente a una chimenea con pantuflas de peluche y una taza chocolate caliente.
— Claris abrió su boca y su ojos al mismo tiempo, su cara reflejaba una felicidad única no podía hablar, lloraba, sonreía y sin poder decir nada más que solo llorar se lanzó hacia mi dándome un fuerte abrazo a acompañado de miles de besos yo no recuerdo más que solo los dos llorando
ESTÁS LEYENDO
Estimada Claris Olsen
Romans-Estoy enamorado, y no de una mujer. Jonathan había estado al borde del abismo, pero un giro inesperado había cambiado su destino. Después de aquel fatídico día de septiembre en el que intentó poner fin a su propia vida, tomó la decisión de confiar...