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Once Upon a Time...
Agatha despertó en un lugar desconocido, completamente confundida y desorientada. Al abrir los ojos, se percató de que definitivamente no estaba en su habitación. La atmósfera era diferente, y el aire tenía un peculiar aroma a flores frescas y tierra húmeda.
-¿Uh?-
Al incorporarse, Agatha se encontró en medio de un hermoso jardín. Pero este no era un jardín común y corriente, era un lugar mágico lleno de extravagancia y fantasía. Todo a su alrededor parecía haber sido sacado directamente de uno de los cuentos de hadas que solía leer de niña.
-Que lugar más... Exótico- Murmuró Agatha-
Las flores predominantes eran las rosas, que se encontraban en todas partes con vibrantes colores rojos, rosados y blancos. Sin embargo, algo extraño llamó la atención de Agatha: cada una de esas rosas tenía un centro en forma de corazón, lo que le recordó inmediatamente a la reina de corazones de las películas muggle de Disney.
El jardín estaba perfectamente cuidado, con setos recortados en forma de naipes, formando laberintos intrincados. A medida que Agatha se adentraba en el jardín, podía escuchar suaves susurros desde detrás de los arbustos, como si el propio jardín tuviera vida propia.
El césped era tan verde y exuberante que parecía una alfombra esponjosa bajo sus pies. Agatha caminaba cautelosamente, temiendo que en cualquier momento alguien o algo saliera de la nada y la delatara por estar en ese extraño lugar.
En medio del jardín, se alzaba un majestuoso palacio de estilo rococó. Estaba adornado con detalles dorados y grandes columnas que daban una sensación de grandeza. La arquitectura del lugar parecía desafiar las leyes de la gravedad, ya que las formas eran retorcidas e imposibles de duplicar en el mundo real.
Detrás del palacio, Agatha pudo divisar una enorme puerta de cristal, que parecía la entrada principal. Estaba decorada con arcos en forma de corazón y rodeada por enredaderas de plantas trepadoras llenas de más de esas rosas de corazón.
A medida que Agatha avanzaba, se daba cuenta de que no estaba sola. Aparecieron peculiares personajes en el jardín, vestidos con exuberantes trajes inspirados en el mítico personaje de la reina de corazones.
-Buenos días-
-Bu-buenos días- Tartamudeo Agatha ante esto-
Algunos llevaban sombreros estrafalarios, otros vestían capas y se movían con gracia cartas, e incluso algunos tenían el rostro pintado con corazones.
-¡¿QUIEN SE A COMIDO MIS TARTAS?!-
Agatha se sintió aún más desconcertada al ver a la Reina de Corazones en persona, caminando con su característica elegancia y mirando a todos con superioridad. Su vestido era desafiante y provocador, con un corsé apretado y una falda voluminosa de colores rojos y negros, su fuerte tono de voz hizo que Agatha se escondiera tras una columna y viera la situación.
