El duende recolector de llaves y el coleccionista.

Capítulo 21

21

-Linaje-.

Light pestañeó aturdido. Sus oídos parecían zumbar levemente, algo calientes. Y una voz, que parecía haberse perdido hace cientos de años, adquirió fuerza en su memoria "Mamá ama a Light". Una sensación olvidada. Alguien lo amaba. Light no sólo había perdido a la última persona que amaba en ese túmulo coronado torpemente en flores, sino también, a la única persona que lo amó.

Apretó sus brazos, rodeando con mayor fuerza el cuello de Darcy. Abrió los labios, cosquilleando por responder a la calidez. Las palabras que pensó que se deslizarían con naturalidad, no fueron capaces de salir. Te amo. No podía hacerlo. En el fondo de su pecho, aún tenía miedo. Una vez que correspondiera a estas palabras, el destino se encargaría de arrebatarle nuevamente a la persona que era objeto de su afecto.

Darcy no lo presionó. No esperaba respuesta ante esta oración. Sólo era su deseo egoísta de decirlo, de querer a la otra persona, sin esperar correspondencia.

–Yo. . .lo siento– Light escondió el miedo de su pecho y continuó con vergüenza –En un futuro, en un futuro tú también podrás oírlo de mis labios– Es una promesa.

–Esperaré. No tengo prisa. Tenemos tiempo– Darcy no dudó de las palabras de su amante. El pequeño duende no podría ocultar el rojo de sus orejas aunque usara un gorro.

La mente de Darcy, que antes se había visto abrumada por el dolor, ahora podía pensar claramente. Dedicó unas cuantas miradas al atuendo de Light, que había cambiado de sus pantalones de cuero y chaleco por una vestimenta que parecía antigua y delicada: capas de gasa blanca y una ligera línea dorada que recorría su cintura. Antes de que pudiera acercar sus yemas hacia la tela que transmitía un toque sedoso, Light cambió su atuendo con un movimiento de su ranita comunicadora. Darcy tuvo que contenerse, centrando sus pensamientos nuevamente en la biblioteca. Debido a que Light había acudido antes, no necesitarían la compañía de la bestia conejo. Esto tranquilizó al joven de cabellos negros. A pesar de que abandonó su porte cordial y falso, y se mostró más relajado, abandonar la piel que le desagradó por demasiado tiempo, pero le ayudó a vivir, no fue fácil. Seguía manteniendo una barrera mental hacia los demás. Su vida a través de distintos tiempos, no se retrataba sólo de días pacíficos y corazones amigables. Darcy conoció las diversas caras del mundo, aquellas que escondía entre las esquinas de sus bordes oscuros, en los callejones llenos de gente hambrienta, en las mansiones repletas de esclavos, en la miseria diaria, que prevalecía sin importar el paso del tiempo.

–Entonces, vamos.

Light tomó la mano de Darcy y se puso de pie.

La primera vez que Light entró a Alejía, lo hizo bajo una fuerte presión mental. Sólo ahora pudo ser consciente de la maravillosa arquitectura y los cientos de tomos de contenido especial que la conformaban. Darcy sentía que si no existiera una llave de la creación pérdida y una relación entre él y Light, el duende abandonaría la existencia del mundo exterior, viviendo en Alejía hasta memorizar todo el contenido de ella. Darcy sobó los cabellos de Light.

–¿En qué está pensando esa cabeza tuya?

–En información valiosa para rastrear la llave de la creación, obviamente.

–Mírate, has aprendido a mentir tan descaradamente.

–Bueno, no tiene que ser mentira si me dejas observar por unos días . . . antes de empezar a trabajar– Light sonrió. No hablaba enserio. Sabía que la búsqueda de Darcy no se podía posponer un día más –Sólo bromeaba.