Capítulo 6

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-No me dan miedo las muñecas Daruma-


El sonido metálico del tic tac provocó que las puntiagudas orejas del duende se movieran con entusiasmo un poco. Después de deslizar sus dedos por el engranaje y utilizar –lo que él denominaba– el "estorboso" destornillador de calidad humana, presionó con suavidad la tapa de la caja musical. Dejó pasar unos segundos y con entusiasmo comenzó a girar la pequeña manija plateada. Una suave melodía infantil llenó el taller. Light no pudo evitar sonreír, a pesar de que amaba reparar cosas y fabricarlas, su parte favorita siempre era verlas cobrar vida. Su suave risilla atrajó la atención de Darcy, quien se encontraba con unos lentes de varias capas de aumento y sus guantes negros, reparando minuciosamente la pintura de una pequeña taza. Al alzar los lentes de aumento, su frente quedó despejada. Sus cejas oscuras formaban un suave y elegante arco. Abrió sus pálidos labios:–Es una bella melodía.

Los vellos de la nuca de Light se crisparon. A pesar de que ya había reparado algunas reliquias en el taller, esta era la primera vez que Darcy decía algo ¿Era esta música especial para él? ¿O sólo estaba pensando demasiado? Al ver los lentes de Darcy descender de su cabeza nuevamente a sus ojos y continuar su tarea, Light se relajó. Tal vez estaba pensando mucho. Un duende era observador. Los labios del joven Dagger parecían ligeramente curvados. Cuando Light alzó la mirada nuevamente, ese atisbo desapareció. Prestó especial atención a la música, antes los viejos engranajes la hacían parecer una música de un filme de terror, quebrada y chirriante. Pero después de un ligero ajuste, Light incluso podía distinguir las campanillas que acompañaban las notas agudas del piano. Light no reconoció esta melodía. Las personas que visitaban la tienda no podrían reconocerla con facilidad tampoco. Era una antigua canción de cuna, de hace decenas de años.

Light no pudo evitar inmiscuirse en aquello que provocaba, aunque fuese mínima, una reacción en el terrible joven.

–¿Esta canción es común entre los humanos?– Darcy no parecía sorprendido. No era la primera vez que alguien preguntaba por esa canción.

–No lo sé. Los humanos tenemos diferentes gustos– Light parecía confundido. Era una respuesta simple, que no le respondía nada.

–Oh.

–Es Berceuce en re bemol mayor Op 57.

–Oh– Light estaba aún más confundido. Había leído acerca del mundo humano en algunos libros de la biblioteca de artesanía, sin embargo, lo que leyó se limitó solo a ello. Ignorando totalmente la cultura, la música, la sociedad, la historia y el arte. Con cierto esfuerzo podía recordar qué año era en el mundo humano. . . ¿Tal vez ya era el siglo XX? Probablemente lo era. Antes de ser degradado a recolector, la última vez que visitó el mundo humano fue en una excursión de un curso avanzado, en 1700.

Darcy al ver que el pequeño duende se perdía en sus pensamientos, bajó su mirada hacia la taza blanca de porcelana que tenía entre sus manos. Sin embargo, contrario a lo usual, continuó hablando:

–Es de un pianista famoso– Pianista. Piano. Un destello pareció brillar en la mente de Light. Desconocía la música, pero conocía la estructura y el mecanismo de cada instrumento.

–Me gustan los pianos.

–¿Te gusta escucharlos? ¿Tocarlo?

–Fabricarlos.

–Ah– Darcy pensó que la mente del pequeño duende siempre giraba en torno a la artesanía. No le sorprendería si algún día dejaba de comer o dormir para estar todo el día en el taller. Pensando en ello, creyó que era una verdadera lástima que una persona así, fuese separada de lo que tanto amaba.

El duende recolector de llaves y el coleccionista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora