Capítulo 17

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-La deidad más sexy hace su aparición

(En palabras de la misma deidad)-.


El cuerpo de Vain se sintió similar a recibir una descarga eléctrica, ni siquiera las canicas verdes del artesano sagrado lo habían dejado congelado como un estúpido. No necesitaba ser muy inteligente para conocer que el hombre que acaba de aparecer, era uno muy poderoso. No sólo poderoso, toda su aura exudaba un sentimiento dominante y aterrador. Aun con una mirada perezosa, sus ojos dorados podían ver a través de todo. Los mellizos resintieron todavía más el aura de Bastet, siendo espíritus zorros, Bastet era la deidad a la que rendían homenaje. Sin embargo, la persona que sentía más temor en ese instante, era Light. No pudo soportarlo más, su rostro calmado y su cuerpo relajado, ocultaban el temblor de sus dientes. Las lágrimas descendían por sus mejillas.

Bastet mantuvo la mirada en aquellas tres figuras debajo de él. De repente, sonrió. Su belleza se vio acentuada ante ese simple gesto, los tres jóvenes que estaban a punto de compadecer un terrible final, se mantenían aún bajo estas circunstancias cegados por la belleza de Bastet. Vain incluso pensó que la muerte era un buen precio a pagar por poder admirar una deidad tan bella desde la cercanía. Sin embargo, Bastet no parecía interesado en jugar con estas personas. Con un simple chasquido, un portal se abrió. Los ojos de todos quedaron asombrados, Bastet parecía haber abierto un portal hacia el Bosque Sangriento, lo cual era casi imposible. La mirada arrogante de Bastet parecía responder ¿Imposible? No uses palabras humanas en mí, soy una deidad. Antes de mandar a aquellas tres figuras a través del portal, giró su muñeca cerrando el puño al mismo tiempo. Un sonido de crack provino de los tres jóvenes. Las articulaciones de sus rodillas y codos fueron dislocadas.

–No me gustaría regresar estos presentes al Bosque Sangriento sin ninguna herida, esto es sólo diplomacia, nada personal–. La mirada de Bastet agregaba en un silencio tácito Si fuera algo personal, ya estarían muertos. A pesar del frío de sus palabras, lo único que Vain pudo pensar antes de desaparecer por el portal fue que la voz de aquella deidad contenía un tinte especial, terso y profundo que invitaba a perderse totalmente en esa figura.

Bastet giró para centrar su atención en el pequeño duende artesano que mantenía una postura calmada mientras lloraba. Se pellizcó el entrecejo con dolor de cabeza ¿No era este duende el que antes había lanzado miles de artefactos sin pestañear? ¿Por qué ahora se encontraba tan aterrado? Bastet alzó dos delgados dedos. Un tintineo provino de sus anillos.

–Dos veces– Bastet sonrió –Esta es la segunda vez que salvó tu vida– Light tragó saliva.  Se palmeó el pecho que contenía su miedo estancado y se concentró, debían encontrar a Darcy.

–Tenemos que buscar a tu dueño–. Bastet alzó una ceja. Light estuvo a punto de morderse la lengua, claramente una deidad no tendría dueño. Ahora recordaba un poco acerca de que el "gato" fue traído por el abuelo del joven Dagger.

–Mn. Busquemos a Darcy–. Bastet parecía haber perdonado el error de Light –Tu dueño– Light no se atrevió a corregirlo, así que sólo asintió. Estaba a punto de utilizar su líquido para seguir saltando en el aire cuando escuchó a Bastet decir:

–¿Debería transformarme en mi forma de bestia? Podría llevarte más fácilmente–. Light pisó mal al escuchar esto. Ni siquiera notó que caía por el aire mientras luchaba por reprimir los recuerdos de las fauces de Bastet. Bastet lo sostuvo en el aire y lo depositó en el suelo con cuidado, cuando estaba a punto de burlarse del pequeño duende, su tez palideció, dando la apariencia de que estaba a punto de desmayarse, Light se preocupó, su boleto de oro parecía estar en problemas.

El duende recolector de llaves y el coleccionista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora