Capítulo 7

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Nitofilia.

Ya tenía un mes trabajando en casa de los Lannister, me hice muy amiga de Jasper, James y Blanca. Estamos en el mes de Octubre, los chicos empezaron sus clases hace unos días en la institución que estaba ubicada en la central de Madrid.

Me acople muy bien en la casa, me he quedado varias noches aquí, Blanca y yo hemos <Chismeado> todo lo que nos hemos encontrado cuando vamos al supermercado a comprar las dispensas.

Megan y Cloe han estado yendo a mi casa cuando me quedo allá, la hemos pasado muy bien juntas, hemos salido más a menudo a la discoteca, y pese a que cada vez que salimos para la disco, el mismo chico que me bailo la vez que fuimos, me sube al escenario para bailarme «aveces pienso que le gusto o le gusta bailarme». Se ha tomado como algo muy normal cuando vamos para allá, «Y yo no me pienso quejar de eso».

De hecho, hay veces que me manda a llamar con los de seguridad para bailarme y Cloe me dice que está enamorado, no le creo pero si le llevo la contraria es como nadar contra corrientes.

Respecto a Jayden, no lo paso con agua, ni siquiera con saliva. Me sigue cayendo tan mal, cada día es más insoportable, por más que trato de evitar cruzarmelo, siempre aparece en mi camino y me molesta, no entiendo cuál es su maldita obsesión en querer molestarme.

Le estoy pidiendo a Diosito que me dé bastante paciencia, porque no es fácil poder tolerar con una persona así todos los malditos días.

Me saca de quicio y ya estoy empezando a detestarlo, no mide sus palabras cuando me habla, me trata como si fuera su sirvienta y eso es lo que termina de colmar mi paciencia.

Pero nunca le demuestro que me ofende ni nada.

He recibido mi primera paga y me ha servido bastante para poder comprar algunos libros y algunas cosas intimidas.

—¡Violet! —gritan desde adentro.

Estaba en el patio trasero, recostada en unas de las sillas que estaban cerca de la piscina.

Tenía un traje de baño de dos piezas color negro, y un vestido playero de color amarillo con grandes flores playeras, unos lentes de sol y el cabello suelto.

Puedo admitir que este traje de baño resalta mi tono de piel y mis curvas no tan pronunciadas.

Me levanto, camino hacia la puerta de vidrio que estaba a unos escalones de la entrada trasera, cuando llego a la cocina, estaba Blanca agarrando la correa gruesa que sostenía a Zeus.

—Hoy es día de pasear a Zeus al parque —me dice entregando la correa, yo la acepto frunciendo el entrecejo.

—Se supone que hoy le tocaba a Jayden —digo mirando al perro y este solo me mira con la lengua afuera.

Zeus y yo también hemos establecidos una buena amistad de mascota a niñera, ya que siempre tenía que bañarlo y sacarlo a pasear cada vez que pueda.

—Jayden aun duerme y esta es la hora de llevarlo al parque —Blanca va a la cocina y yo la sigo trayendo al perro conmigo.

—Son las nueve de la mañana, el tiene que hacerse responsable de su mascota —me quejo.

—Entonces ve y dile.

No es necesario que me lo diga.

—A eso voy —salgo de la cocina y empiezo a subir las escaleras con Zeus siguiéndome.

Aparte de que me lo detesto, quiere también abusar.

Voy a la puerta que se encuentra del otro lado del pasillo y cuando la abro, todo estaba oscuro, me acerco a la ventana y deslizo las cortinas, haciendo que la Luz del día ilumine la habitación.

Cuando Te Conocí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora